No me Juzgues, Ponte en mi lugar

Capítulo 3.

Con cara de asombrada, lentamente Denisa se pone histérica, tiene delante a la "estúpida", como la llama ella.

– Hola.– saluda Celine con voz baja y algo avergonzada.

– ¿Es que no había otra chica para ponerme como compañera?.– grita todo eufórica Denisa mientras se dirige hacia esa pobre muchacha, la cual no se explica porqué le cae mal. Con su dedo índice alzado, Denisa se pone muy cerca de Celine  diciéndole en tono de advertencia:-
–Mira, no me queda de otra que tenerte que aguantar como compañera de habitación,  pero que te quede claro que yo soy mejor que tú, más guapa... Y no suelo rozarme con nerd. Trato de hacer amigas y no me gustaría que relacionen contigo ¿te quedó claro?

– Mira, no se ni cómo te llamas, y – ¿Por qué me juzgas si no me conoces?— Le responde Celine todo lo calmada que le permite su estado de nervios.

– Me llamo Denisa, punto.

Apartándose su cabello ondulado rojizo hacia atrás  con aire de superioridad, camina para su lado de la habitación para ponerse algo de ropa.

Su compañera la observa, la impresión que le ha dado es que Denisa se lo tiene muy creído,  por ello no hará nada por intentar ser su amiga.

A las seis de la mañana toca la campana, todos los alumnos deben despertarse, asearse, para comenzar con sus clases.
Denisa se despierta malhumorada, ella no está acostumbrada a levantarse tan temprano, por ello comienza a discutir con Celine.  Ésta que ya se encuentra vestida sale de la habitación muy enfada, pensando en la chica tan egoísta, mimada, estúpida que le ha tocado como compañera.

La primera semana en la universidad ha tocado a su fin, muchos hacen sus maletas para salir del campus e ir a visitar a su familias y otros se quedan en el centro como Dymas.

La cafetería está algo más tranquila de lo habitual, de pie en la barra pide una tostada y un descafeinado,  se sienta en una mesa dispuesto a leer una revista.

– Disculpe – Sus ojos azules miran a esa chica que tiene delante. Es morena, ojos grandes marrones, su pelo negro recogido con una trenza, mediana estatura, algo rellenita.

– Hola,  ¿En qué puedo ayudarte?– le pregunta Dymas con una sonrisa.

– Pues nada, te he visto solo... Nada déjelo, me iré a otra mesa- dice la muchacha todo tímida.

– Espera, puedes sentarse aquí,  estoy solo.– A su vez le hace una señal para que se siente a su lado.

– Hola que tal, me llamo Dymas.–Se presenta extendiendo su mano.

La muchacha algo menos avergonzada, deja su bandeja encima de la mesa, le extiende la mano a Dymas,
– Hola yo soy Celine, mucho gusto, perdona mi atrevimiento pero como te visto solo, y es la primera vez que te veo, yo...es que no soy de tener muchos amigos.

– Pero ¿por qué?. – pregunta Dymas extrañado.

– Bueno, como habrás observado yo no soy de la talla 38, como te habrás dado cuenta,  no soy como las chicas que hay aquí.
Agachando su cabeza, hace un pequeño gesto apartando su bandeja de comida.
Al ver ese gesto, él le coge de sus manos mirándola con sus ojos azules y una sonrisa encantadora, le dice a Celine intentando consolarla;
-– Mira Celine, por lo que me cuentas estas acomplejada con tú cuerpo, pero piensa que tú tienes algo muy bonito que no se ve.

-–¿Así,  y qué es?,– pregunta con sus ojos rajaos en agua.

– Tu corazón y tú simpatía.– - le responde Dymas a su vez que la da un abrazo.

– Gracias – dice ella más aliviada cuando se separan.

-– A ti. Y ahora espero que no te sientas tan acomplejada, quiérete tal y como eres.  Por cierto si soy nuevo,  vengo desde España por beca de estudios.
La muchacha todo entusiasmada escucha las palabras de ese guapo español, que desde hoy comienzan su amistad.