No me Juzgues, Ponte en mi lugar

Capítulo 13

Sus pasos son lentos y cortos, sus ojos miran hacia un lugar no definido, sus pequeñas gotas no paran de resbalar por sus mejillas, tan solo el brillo de la luna la acompaña en  este momento tan cruel y difícil para Denisa.
Casi sin fuerzas, con su cuerpo frío, busca el calor del amor, del cariño,  del apoyo que tanto necesita y su padre se lo da envuelto en un abrazo.
 Nada más llegar a su habitación,  Argus la examina, ve que dentro lo que cabe está bien, agarrándola de su cintura la acompaña hasta su cama necesita descansar.

Por los cristales de la ventana, entra los primeros rayos de sol, parpadeando varias veces, Denisa se incorpora en la cama, una pequeña sonrisa se dibuja en su rostro, hoy para ella empieza un nuevo día.

Sentada en la mesa en compañía de sus padres, Celine intenta desayunar, pero su estado de desánimo solo consigue que abandone la mesa, ni la comida le entra.
Preocupada su madre sale tras ella, a solas  le pregunta que le ocurre.

––Mamá, no me ocurre nada, de verdad.

––Celine, hija, no me engañas, algo te ocurre, cuéntame que te pasa para que estés así tan desanimada.

––Mamá...es...por Denisa, ella me ha mentido, solo me ha utilizado, es de lo peor, como he sido tan confiada.

––No se hija, pero creo que Denisa no es del todo sincera, por que he visto como ella se ha portado bien contigo. Búscala, habla con ella, dos buenas amigas como vosotras no pueden desaparecer esa amistad que os tenéis.

––Pero mamá, me ha engañado, se ha burlado de mi, en mi cara.

––Celine, cariño, búscala, no pierdes nada, a lo mejor le ocurre algo y no quiere compartirlo, ¿Has pensado en esa posibilidad?

––Pues...no.

––Venga cariño, no tenéis por qué pelearos por una tontería.

––Vale, iré a su casa, pero no te prometo nada.

Por la tarde, Celine sigue el consejo de su madre y va a casa de Denisa, necesita hablar con ella.
Nada más llegar la recibe su padre, Denisa no ha salido de su habitación en todo el día, a pesar de las súplicas de Argus para que reciba a su amiga, esta se niega, no quiere ver a nadie.

Entendiendo la situación Celine se marcha, pero volverá a insistir, se ha dado cuenta de que Denisa  a hecho mal y se siente culpable. Ahora es ella quien  debe tener una razón  del porqué  está  así, el por qué  de su comportamiento.

Todos los días Celine visita a su amiga, cada vez está más intrigada, ¿por qué no irá Denisa a la universidad?

Un jueves terminando sus clases Celine se cruza con Argus por el pasillo de la universidad, ésta le pregunta por su hija, él dudando le responde que la invita a comer, allí podrán hablar.

Dentro del comedor del restaurante, con sus ojos vidriosos, entristecidos Argus le hace prometer a Celine que de momento no dirá nada a nadie, ella un poco pasmada por la situación confirma que no dirá nada.

––Celine, gracias por todo, eres una buena muchacha, gracias, pero Denisa se ha encerrado en sí misma, no quiere ver a nadie, apenas sale de su habitación, Celine, mi pequeña te necesita.

––Pero...a ver, si es por lo que me dijo está perdonada, todos cometemos errores e incluso estupideces,  pero hay que saber perdonar, admitir nuestros errores y pienso que intentar repararlos.

Argus emocionado por las palabras de esa jóven, decide contarle la verdad.

––No, muchacha, Denisa...—ese ahogo de dolor que tenía guardado sale al flote...—Celine — pronuncia—Denisa será operada en dos días de un tumor en la cabeza, es muy duro lo que está pasando,  ahora necesita más que nunca a una amiga tan buena como tú. Sé que su comportamiento no es el más adecuado, pero entiende por lo que está pasando —ese padre abatido por el dolor, sufriendo en silencio lo que está pasando pide ayuda, necesita ver que su hija está bien, aun que nuestro destino nadie lo sabe,  solo en manos de Dios está escrito.

Celine no puede creer lo que el padre de Denisa le ha confesado, en brazos de su madre llora sin parar, nunca hubiera imaginado lo que realmente le pasaba a su amiga.  Un poco más relajada madre e hija van a casa de Denisa, lo que si tiene claro Celine es que no se irá sin hablar con ella.

Para suerte de Celine, Denisa le abre la puerta, ambas se miran, Celine la abraza entre lágrimas.
La dos amigas se dan un fuerte abrazo, sentadas en el sofá, Denisa le cuenta lo sucedido, su amiga la calla poniéndole el dedo índice en sus labios, no quiere ni pensar lo que puede ocurrirle  a su amiga, la coge de sus manos:
––Denisa, no estás sola, soy tú amiga. Y las amigas están para lo bueno y lo malo, te prometo que estaré ahí, te quiero amiga, no pienso dejarte sola.

–– No sé como agradecerte todo, si dicen que un amigo es un tesoro,  yo soy afortunada de tenerte.

Ambas amigas se vuelven abrazar.  Sus lágrimas de emoción son testigos de la amistad de estas dos amigas inseparables.

Al día siguiente Denisa es ingresada en el hospital,  le harán unas pruebas antes de pasarla al quirófano.
  En la universidad ha sido un día muy difícil para Celine, ha tenido dos exámenes, está muy intranquila, nerviosa, desea que pase el tiempo volando que sus clases acaben para ir al hospital, allí ha quedado con Aline.

––Hey,  ¿qué te pasa, donde vas corriendo?,– pregunta Moses que ve como su novia sale disparada para la puerta.

––Pues...que me tengo que marchar.–las mentiras no es el fuerte de Celine.

––¿Y te puedo yo acompañar?

––Eh...mejor otro día, Chao te quiero, Moses.

Como puede se escabulle de su novio, necesita ir con urgencia al hospital,  aun que se le parte el alma de mentir a Moses, pero tampoco puede defraudar a su amiga.
Quisiera poder contarle a Moses lo que ocurre, pero hacer una promesa a veces resulta muy complicado poder romper. Aún habiendo momentos en lo que si se rompen, luego viene lo peor.
Enfrentarse a las consecuencias sean buenas o malas.