CAPITULO 35

604 93 3
                                    

DYMAS:

Desde que me conozco nunca me sentío tan cabreado, tan engañado, tan sumamente traicionado, ¡¡mierda!! pero por qué Denisa, por que tú, mierda, mierda, no me lo puedo creer que esta pava me haya engañado como lo ha hecho, para postre me ha visto la cara de gilipollas.

Estoy tan cabreado que le doy una patada a un contenedor, casi me cuesta controlar la respiración de lo cabreado que voy.

Comienzo a correr por la arena de la playa para quemar esta energía negativa que tengo. No se cuantos kilómetros llevo ya corriendo, me dejo caer en la arena, miro hacia el cielo controlando mi respiración, veo como las nubes con distintas formas van moviéndose como lo hacen mis pensamientos.
Aún recuerdo la primera vez que vine a Grecia, tenía tanto miedo, me sentía como un pajarillo enjaulado, intentaba sonreír para caer bien, así era yo, después la conocí, recuerdo la primera vez que puede sentir su tacto en mi piel, sus ojos azules mirándome con añoranza, pero haciéndose la valiente.

¿Que me pasó para que me encerrara en quererla por más que me decían que me alejara de ella, que es lo que realmente tengo aquí dentro que recorre por todas mis venas llegando a mi corazón?
La sangre me está enervando de saber que aquella chica pelirroja con la que me enamoré hace años ahora me haya traicionado.

¿Vaya y ahora quién me llama?, quien va ser si no.

-—Que quieres, Denisa, vete a la mierda.Déjame tranquilo ¿Si?.

-—Por favor, Dymas escúchame, después me juzgas,odiame si te apetece pero no me hables si no quieres..pero escúchame te lo súplico.

—-Punto uno, no te juzgo por ya te conozco, punto dos, ya te odio,  punto tres,vete al infierno.

—-Dymas...

No quiero hablar con ella,  para sentir como lloriquea pidiéndome que la perdone.
Venga ya, ya me sé ese cuento de caperucita. Vaya y ahora donde estoy, me puesto a correr como un descosido y no se donde he dejado mi coche, tendré que volver por donde he venido.

Arranco mi coche, pongo la radio a to' castaña, necesito escuchar algo que no proceda de ella, conduzco un poco deprisa, adelanto un par de coches y joder...¡¡¡¡nooooo!!!!.

Señor, señor me puede oír, intento abrir mis ojos pero a duras penas puedo abrirlos, veo  borroso, solo veo a una persona por su voz creo que es de una chica.
¿Qué me está pasando? Todo mi cuerpo me duele, intento decir algo pero las palabras no me salen, escucho sirenas, gente hablando muy deprisa, me asusto ¿qué ha pasado?

Vuelvo abrir los ojos, veo un foco blanco, miro para todos los lados pero no hay nadie, hago una mueca de dolor, una enfermera me habla, ahora me explico todo, he tenido un accidente.
Como puedo hablo con la enferma, ella muy simpática me pone la vía, me ajusta el goteo del suero, pinchándome un calmante, me vuelvo a quedar dormido. Siento que algo me está rozando, quiero abrir los ojos pero no puedo me pesan demasiado, solo escucho los sollozos de mi  madre, algunas voces más, intento mover la cabeza para otro lado, abro lentamente mis ojos  que se encuentran con unos ojos marrones rojos hinchados, no me gusta ver así a mi madre, se me parte el alma de verla sufrir. Ella me agarra la mano un poco más fuerte, Argus me mira en silencio a la vez que consuela a mi madre, intento mover mis labios para hacerle saber a mi madre que la cosa no es para tanto, pero que va no puedo.Tan solo la miro mientras ella sigue sufriendo por mi,mis ojos se vuelven a cerrar. 

Despacio me despierto, ¿cuánto tiempo llevo aquí?, le pregunto a la enferma que ha pasado a cambiarme el suero.

-Lleva usted aproximadamente díez días señor Fonseca.

No me Juzgues, Ponte en mi lugarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora