Capítulo 14

487 96 2
                                    

    Las horas se hacen eternas, las agujas del reloj marcan los minutos muy despacio.
La noche ha llegado,  no se ve ni una estrella, las nubes las tapan, Argus no le suelta la mano a su hija, su corazón late despacio, siente una impotencia, unos nervios de tener que vivir de nuevo la situación que años atrás vivió con su mujer. Con su rostro cansado, abatido con las fuerzas justas reza para que todo salga bien.

A primera hora de la mañana, unos celadores van a buscar a Denisa, mientras un médico habla con su padre.

––Papá todo saldrá bien, no te preocupes. Te quiero––,dice Denisa mientras la preparan para llevársela a quirófano.

––Te quiero, hija sé fuerte mi vida.–– Dice ese padre entristecido que ve como se llevan a su hija al quirófano.

   Al momento llega Celine en compañía de sus padres, quiere estar en la operación de su amiga.
Sentado con sus manos apoyadas en su cabeza mirando al suelo, Argus levanta la cabeza cuando oye la voz de Oriol Zayed,  su enemigo en los negocios.

Sin poder apartar los ojos uno del otro, Argus se queda impactado, Oriol con un apretón de manos abraza a ese hombre desaliñado, y débil de carácter. Los dos se abrazan mientras Argus no puede sujetar sus lágrimas de la emoción.
Su mujer Irene, también lo abraza dándole ánimos, se sientan en la sala de espera haciéndole compañía Argus junto a su hija Celine.
Una hora después, llega Aline con sus padres, todos abrazan a Argus dándole ánimos.
El tiempo pasa y la desesperación va incrementando, todos tratan de tranquilizarlo como pueden, sabiendo la situación de éste hombre.

Ya pasadas varias horas, un cirújano y un médico salen para hablar con Argus, le cuentan como ha ido la operación y como será su recuperación.

Al minuto todas las personas que han estado acompañándolo, hacen un corrillo, éste con una pequeña sonrisa esperanzadora, con sus ojos vidriosos les cuenta que todo a salido bien, ahora queda la recuperación.
Bajo el apoyo y el consuelo de esas personas que no sean separado de él muy preocupados  lo abrazan dándole ánimos e intentando consolarlo hablándole con palabras alentadoras.

Tras un cristal, Argus ve a su hija conectada a una máquina entubada. Su cabeza está vendada y se ve tan pálida, el dolor se apodera de él, su corazón se achica, su pecho se oprime, su desesperación aumenta y su pavor comienza a fluir por cada rincón de su cuerpo, apoya su frente en el cristal mientras sus lágrimas de sufrimiento no cesan de recorrer su rostro.

Fuera de la universidad, Moses había quedado con Dymas para poder hablar.

––Hola, Moses, que hay tío ¿que te pasa?, te encuentro un poco raro.––dice Dymas que acaba de llegar de tomarse algo con Adara.

––Exhala––, Sí, ando un poco chungo, creo que las cosas con Celine no van bien, se ha distanciado un poco.

–––Vaya y eso, a ver cuenta, ¿que os ha pasado?

––A mi nada. De verdad he intentado ser compresivo pero sus excusas, sus mentiras me han echo dudar de ella.

––No sé qué decirte,  Celine es buena chica.

–– Lo sé, pero pasa mucho tiempo con Denisa.

––¿Con Denisa?,– pregunta extrañado Dymas.

––Si, me lo ha dicho una amiga de Adara que la escuchó decir que iba a ver a su amiga.

––Pero bueno, es que Celine es tonta, después de lo que nos hizo va y le habla, increíble tío.

––Eso he dicho yo, tendré que volver a hablar con ella.

La campana suena, da por finalizada  las clases.
Celine escribe un WhatsApp a Aline, de pronto se encuentra a Moses  con un gesto serio y algo molesto. Puniéndose delante de ella le pregunta con voz muy seria.
––¿Dónde vas, cari? ¿Parece que tienes mucha prisa?

––Eee...si..voy...a..–-responde Celine muy nerviosa sintiéndose acorralada.

––Vas a ver a Denisa, ¿verdad?

––Yo..Moses...

––¡¡BASTA!!,– grita Moses muy enfadado.

––Moses, todo tiene una explicación,  créeme, yo no puedo decirte nada lo prometí.

––Lo único que se Celine, que eres el perro sirviente de Denisa, hace lo que quiere contigo por que no eres capaz a decirle NO, se vale de que eres una persona que no sabes tomar tus propias decisiones para manejarte como una marioneta, y lo peor de todo, lo peor que tú le haces caso. Me das pena Celine, pensaba que eras más astuta, más inteligente.

––Moses, escúchame,  no hables así, yo...yo.

––Se acabó Celine, se acabó. ––pronuncia con pocas fuerzas, esas palabras son puñales para él.

––No, no, por favor—Celine le agarra de su brazo —no me hagas esto, yo te quiero, no me dejes, confía en mi.

Sus ojos marcan el dolor que siente, oír esas palabras de su amor hace que Celine se derrumbe, no quiere perderlo pero también está la promesa que hizo.
Lo único que  puede hacer en ese momento es callar para sufrir y perder al chico que tanto quiere.

No me Juzgues, Ponte en mi lugarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora