Capítulo 34

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- ¿Qué haces aquí?.

La voz de Marco me saco de mis pensamientos, y me cogió sin saber que decir.

- Eh vengo en son de paz, no vine a pelear, trato de arreglar las cosas *digo mientras me levanto del sofá* y no creo que esta sea la mejor manera de recibirme.

- ¿Cómo quieres que reaccione entonces?.

- Ahh ¿entonces quieres que me valla? Porque me dijiste que me extrañabas, o no lo recuerdas *digo con una voz firme*.

- No recuerdo haber dicho eso *se excusó*.

- Pero lo hiciste, así que madura *doy un largo suspiro y me cojo la frente*.

Dicho esto me dirijo a la cocina.

Abro el refrigerador en busca de una caja de leche e intento bajar la bolsa donde se encuentran cereales, está demasiado alta por lo que no puedo alcanzarla.

- Te ayudo *interviene Marco, bajando la bolsa demasiado facil*.

Benditos hombres altos.

Intercambiamos miradas pero no nos decimos nada, por lo que decido romper el silencio.

- Ehh Marco, lamento mucho haber abrazado a Kimmich, no entiendo por qué lo hice.

- Aún estoy molesto, pero no podemos estar peliados todo el tiempo *me encanta cuando las personas dejan su orgullo de lado, ya que es algo en lo que estoy trabajando mucho*.

♡♡♡♡♡♡♡♡

La reconciliación con Marco fue mejor de lo que esperaba, tan así que me invito a una cena en un famoso restaurante a las afueras de Munich.

Me estoy debatiendo entre dos vestidos, el primero es vinotinto con una abertura en la pierna izquierda y el segundo es palo de rosa, que se ajusta bien a mi cuerpo y resalta mi figura y mi barriga, al final me decido por la segunda opción, me maquillo y peino para la ocasión y finalizo poniendome unos tacones no muy altos.

Salgo de la habitación y ya Marco está esperándome en el living, mientras mira el reloj, lo que me causa mucha gracia.

- Listo, podemos irnos *digo mientras me acerco a él, viste un hermoso traje negro, con la camisa de fondo blanca, y zapatos negros.

Joder se ve tan jodidamente guapo, me derrito.

- Amor creo que ya me estoy arrepintiendo *dice mientras me mira de arriba abajo a lo que yo frunzo el ceño* me dan ganas de arrancarte ese vestido y hacerte mía ahora mismo.

Sonrió y el se acerca a mi para darme un casto beso en los labios.

Salimos y Marco se dirige al parqueadero por el auto.

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La cena no pudo estar mejor, Marco se portó muy caballeroso y ni decir la atención en aquel mágico lugar.

Viviendo Con Fc BayernDonde viven las historias. Descúbrelo ahora