Capítulo 40

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— ¿Qué rayos estás haciendo aquí?.

— Vengo a ver a mi hija, dónde está — dice con furia en su voz.

— No tienes ningún derecho de venir a mi casa a exigir conocer a mi hija — le respondo de la misma manera recalcando las dos últimas palabras.

— Tengo todo el derecho, porque soy el papá — intenta entrar.

No lo harás, mientras yo lo pueda evitar, además en este momento está paseando con la tía.

— No mientas Luisa, déjame pasar — se acerca e intenta forzar la puerta para que lo que deje pasar.

Que no vas a entrar, joder — respondo haciendo toda la fuerza que me queda — déjanos en paz de una vez y lárgate con tu familia.

— Ya te dije que tengo todo el derecho de responder por mi h... — Lo agarro del pelo y lo adentro en la casa de un tirón y cierro la puerta rápidamente.

Ey qué te pasa enferma — se queja y se soba la cabeza una vez lo suelto.

Enferma tu madre. Qué ¿acaso no querías entrar?

En eso empieza a sonar el timbre, miro rápidamente hacia mi habitación para asegurarme que esta esté cerrada.

Levántate rápido y ve hacia esa habitación — le señaló la última habitación — y te encierras.

— pero qué caraj — no lo dejo terminar y lo empiezo a empujar.

Que vallas te digo, solo hazme caso — me mira mal y se dirige a la habitación de mala gana.

Una vez el cierra la habitación respiro hondo y me dirijo a la puerta principal.

Oh por Dios, pero que sorpresa — saludo a Müller con un beso en la mejilla y un abrazo fingiendo no haberlo visto cuando iba llegando.

No podía pasar más tiempo sin conocer a mi ahijada — sonrío recordando que Kylian me había dicho que sería el padrino.

Tienes razón, eh pasa — recibo el ramo de flores y la caja de regalo que trae y me hago a un lado para que pase — muchas gracias y por favor siéntete como en casa, la niña está durmiendo en este momento, pero si quieres la traigo.

Gracias — dice y sonríe para luego tomar asiento — no, déjala dormir mejor hablemos un rato tu y yo, cuéntame ¿cómo va todo? ¿cómo te ha ido con el papel de madre?.

Bien, muy bien gracias a Dios — digo sonriendo mientras me siento frente a él — lo que me da miedo es cuando Imma esté mas grande y quiera saber de su padre.

— No tiene caso Luisa, Marco sigue siendo el padre de Imma y no puedes privarlos de verse.

— Si, pero no quiero, es todo.

— No dejes que lo pasó entre ustedes afecte a la niña por favor, ella no tiene la culpa — dice un poco molesto.

—  Mm está bien, lo pensaré ¿sabes qué Thomas? — digo mientras me levanto de la silla — está haciendo demasiado calor aquí ¿qué tal si salimos un rato? — miro rápidamente a mi habitación.

Es una muy buena idea — se levanta el también

Déjame, iré por Imma — digo con la voz un poco baja y él me mira extrañado.

Lo ignoro y corro a mi habitación, Imma continúa durmiendo plácidamente, la tomo de su pequeña cuna y la acuesto en mi cama para cambiarle la ropa, luego de que termino de vestir a Imma le dejo ahí por un momento y me acerco a su closet y tomo varias prendas y un bolso para guardar todas las cosas de ella.

Viviendo Con Fc BayernDonde viven las historias. Descúbrelo ahora