Cambio De Roles

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Los últimos días habían sido bastante interesantes, Joaquín no paraba de pedirle al rizado que lo dejara ser el activo una vez. Obviamente se negó rotundamente y a pesar de que uso el argumento de que habían quedado en experimentar cosas nuevas en la sexualidad, se siguió negando.

Después de varios días de reflexión Emilio decidió que es justo al menos intentarlo, además servía que se quitaba su curiosidad y se paso  complacía a su novio. Varios días en los que le había intentado decirle que aceptaba hacerlo. Cuando ayer estaba decidido, Joaquín le dijo que el día de hoy tendría que ir a la empresa dónde trabaja, por lo que le pareció una mejor idea darle la sorpresa, así que pidió permiso en el trabajo para salir temprano y poder preparar todo.

Aunque ahora que estaba intentando cocinar lassaña, no le parece tan buena, al parecer esto no es lo suyo. Después de tres intentos por fin quedó una lasaña, que no está quemada y tiene buen sabor. Va a preparar su otra sorpresa que tiene, en el momento que está todo listo decide marcarle a Joaquín para ver dónde está.

— Hola Emi —susurró Joaquín del otro lado de la línea telefónica, sonriendo ampliamente.

— Hola amor, quería saber ¿a que hora sales del trabajo? —intrigó el rizado, sintiéndose nervioso.

— Ya voy en camino ¿por qué? —preguntó el menor, mordiendo su labio ya que conocía a su pareja y sabía que le ocultaba algo.

— Oh, es que queria ver si pasaba por ti cuándo saliera yo del trabajo, pero esta bien te veo en casa, te amo —mintió hablando nerviosamente.

— Adiós, también te amo —susurró, riendo por la actitud que tenía el mayor.

Emilio va directo a la habitación para cambiarse, bajando momentos después, vuelve a verificar que todo se encuentre bien y en su lugar, casi de inmediato escucha que abren la puerta por lo que se coloca a un lado de la sorpresa.

El castaño entró a la casa, sonríendo al ver a su novio parado junto a una mesa decorada con algunas velas.

— ¿Y todo esto? —intrigó Joaquín mordiendo su labio.

— Quería darle una sorpresa a mi precioso novio, solo eso —murmuró el rizado, acercándose para abrazarlo, dándole un beso en la mejilla.

—Eres totalmente increíble —susurró el castaño con sus mejillas levemente sonrojadas, le encantaba cuando su novio le daba algún detalle.

— Lo sé, ahora dame mi beso o si no, no cenamos —pidió Emilio abultado sus labios, sonriendo cuando lo besaron— Hay que cenar.

El rizado recorrió la silla a Joaquín para que se sentara. Dedicándose una gran sonrisa comienzan a cenar, disfrutando de la compañía y de la comida.

Terminaron después de media hora. Emilio le venda los ojos al menor, a pesar de que al principio se negaba, lo guió a la habitación, sonriendo al ver de nuevo cómo había quedado todo, soltó un suspiro antes de retirar la venda de los ojos.

Joaquín se sorprende al ver la habitación decorada con algunas luces y unas velas, dándole un toque muy romántico al lugar, voltea a mirar a su novio, quien sonrie inocente.

— Amor esto es t-tan lindo, la cena estuvo hermosa y luego también esto, en definitiva eres el mejor novio, Te amo —musitó con los ojos cristalizados por la emoción.

El rizado hizo un puchero, aunque las lágrimas fueran de felicidad, seguía sintiéndose mal de verlo de esa manera, por lo que lo abrazo.

— Bonito no te pongas asi que siento feo verte asi ¿de acuerdo? —pidió Emilio limpiando las lagrimas del castaño dándole un beso— Ahora quiero que disfrutemos de este momento —hace una pausa— A si que disfruta ser el activo.

Joaquin abrio los ojos al escuchar esas palabras vaya que se sorprendió, pues no creia que su novio, fuera a aceptar en algun momento. Decidió no reprochar, lo tomó de la nuca acercandolo para besarlo intensamente.

Caminaron a tientas hacia la cama, calleron acostados, él castaño quedo a horcajadas de Emilio, el beso continuo hasta que sus pulmones exigieron aire y se tuvieron que seprar.

Se miraron por solo un momento, hasta que Joaquín empezó a desabrochar la camisa del rizando dejando el torso totalmente desnudo. Momentos después él se encontraba de la misma manera.

Volvieron a unir sus labios, mientras que él castaño un poco torpe desabrocho el cinturon para después seguir con el pantalón de Emilio, se volvieron a separar sus labios, por un momento que aprovecho para quitar las prendas restantes del mayor, y este hizo lo mismo con él.

— ¿Estas seguro de esto? —preguntó un poco preocupado Joaquín, recibiendo un asentimiento del contrario como respuesta.

El castaño suspiro, colocándose entre las piernas de su novio, vacio un poco de lubricante en sus dedos, llevándolos a la entrada, empezando a masajerala en círculos creando un poco de precisión. Noto como el cuerpo de Emilio se tenso, casi de inmediato, por lo que se acomodo de mejor manera y comenzó a besar la ingle y el abdomen, para diatraerlo un poco.

El menor introdujo un dedo lentamente, una vez que sintio listo agregó otro, escuchando un quejido como respuesta, asi que bajo sus besos al miebro de Emilio, moviendo sus dedos a manera de tijeras para preparar mejor. Sonrió un poco al escuchar uno que otro jadeo o gémido de satisfacción asi que agregó un tercer dedo, preparándolo por unos momentos más hasta que lo sintió listo, sacó sus dedos, ganándose un quejido por el vacio.

Joaquín tomó un poco mas de lubricante y lo exparcio por la longitud de su miembro logrando lubricarlo por completo, lo tomo entre sus manos, acercandolo a la entrada, lentamente se comenzó a introducir.

— Mhg, espera no te muevas —pidió el rizado al sentir un dolor o mejor dicho incomodidad.

Unos minutos después, Emilio mueve  sus caderas, él castaño entiende la señal e inicia con un vaen profundo pero lento.

Casi de inmediato empezó a gemir por las sensaciones, extrañamente para él se sentia bien y bastante. Pero sentía que necesitaba más, asi que con un susurro en el oido al castaño que aumentará el ritmo y esté lo hizo, sintiendo una oleada de placer inexplicable, gimio mucho mas alto, al parecer habían tocado su punto y se sentia tan pero tan bien.

— Ahí, ah, ah—gimió Emilio aferrándose a las sábanas.

Joaquin sonríe y se vuelve a introducir dandole justo en el punto, aumenta el ritmo, comenzando a hacer presente el sonido que produce el chocar de sus cuerpos. Se inclina un poco y comienza un beso un poco torpe, logrando callar un poco sus gemidos.

— Ah, m-me voy a v-venir —advirtió el rizado al sentir como su cuerpo se tensaba y el cosquilleo en su abdomen.

— Mhg yo t-también —gimió el menor.

Bastaron unas estoncadas mas para que ambos se vinieran en un gran gemido, manchando sus abdomenes.

Al recuperarse un poco de su orgasmo, se esperaron unos momentos para separarse dejándose caer totalmente acostados.

— ¿Te gusto? —preguntó él menor, aún algo jadeante.

— Al principio fue extraño, pero después lo disfrute bastante, pero sigo prefiriendo ser el activo —confesó Emilio sonrojandose un poco.

— Pienso igual, fue una buena experiencia, pero al final perfiero ser pasivo —murmuró Joaquín sonriendo, recargando su cabeza en el pecho de su novio para darle un beso.

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Espero les guste y si tienen alguna idea dejenla en los comentarios y con mucho gusto la escribo.

Los amo 💜

Nuestra Vida Sexual ~Emiliaco~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora