Casual

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Un par de semanas fue lo que pasó desde sus vacaciones, Joaquín  desde que regresaron, comenzó a ver algunas cosas de la boda, está más que emocionado quiere que todo sea perfecto. El problema es que aunque quiera no puede hacer demasiado, porque con el trabajo se le complica un poco. Justo ahora se encontraba recostado en la cama rodeado de gamas de colores, algunos diseños de centros de mesas y propuestas para salones de fiesta.

— ¿Que haces? —preguntó Emilio, recargado en el marco de la puerta, mirando al menor que le sonríe. — Amor te he dicho que no debes estresarte con tantas cosas. —se sentó en la cama.

— Pero quiero que todo sea perfecto, además tengo que aprovechar cuando no voy a trabajar —dijo el menor abultado sus labios.

— Mira bebé como no quieres contratar a alguien, puedes dejar de trabajar si eso quieres. —murmuró el rizado llevaba pensando en esa posibilidad un tiempo, toma a su novio, sentandolo entre sus piernas, abrazándolo por la espalda— Sabes que yo no tengo ningún inconveniente —susurró justo antes de comenzar a juguetear con la oreja del contrario, besándola y mordiendo.

— ¡Emi! —jadeo Joaquín al sentir escalofríos y cierto placer— No hagas eso, necesito que me ayudes a elegir los colores principales.

— Elige los que más te gusten, a mi dejame seguir con esto —pidió, continúando besando.

Joaquín se separó, para voltearse y quedar a horcajadas del mayor, uniendo sus labios comenzando a besarse, en un beso suave y lento, ambos suspiran por la sensación.

El castaño guía sus manos hasta la playera de Emilio, para subirla un poco en busca de quitarla. Al separarse del beso quito la prensa y de paso quitaron la propia, se sonrieron mutuamente antes de volver a unir sus labios pero esta vez fue un beso más pasional y necesitado.

El calor comienza a sentirse en la habitación, el rizado baja al cuello, clavícula y pecho de Joaquín donde no solo deja besos húmedos, sino también muerde y chupa, dejando múltiples marcas que no se quitaran en varios días.

Al menor le es imposible no jadear ante las sensaciones, soltando un gemido agudo cuando siente como estimulan su pezón, aun así lleva sus manos al pantalón de Emilio donde comienza a desabrocharlo algo torpe y lento. Cuando rizado se da cuenta de  lo que quiere hacer deja de besarlo, ayudando a quitarlo, quitando también el contrario.

Los besos se reanudan, mordiendo ligeramente los labios contrarios, empezando a jadear entre el beso por la fricción que comienzan a hacer sus miembros, los cuales están más que duros. Se separan del beso ahí aprovechan para quitar ambas prendas de ropa interior, dejándose completamente desnudos, analizando el cuerpo contrario, no era la primera vez que se veían desnudos, pero seguían amando ver el cuerpo desnudo contrario.

Mientras Emilio se comía con la mirada a su novio, esté fue al buro y tomó el bote de lubricante y los condones, extendiéndoselos ganándose una mirada confundida.

— ¿Qué? si llevamos tiempo sin usar condon—murmuró dudoso y confundido el mayor.

— Debo seguir con lo de la boda así que no tengo tiempo para limpiar tu desastre —dijo Joaquín volviendo a extender los condones y el lubricante.

— Pero amor, se siente más rico piel con piel —reprochó haciendo puchero.

— Ya dije con condón o nada.

A reconradientes Emilio tomo las cosas entre manos, dio un gran suspiro, abrió la botella de lubricante empapando sus dedos, llevándolos directo a la entrada del castaño empezando a masajear la entrada, ganándose un jadeo del castaño, para prepararlo introduciendo dígito por dígito.

Una vez listo el mayor toma el condón entre sus manos, abriéndole para colocarselo, y después lurbicarlo antes de dirigirlo a la entrada del menor introduciendose lentamente.

Joaquín está gimiendo bajito, mientras cierra los ojos disfrutando de las sensaciones, en el momento que el rizado saca ñ casi todo su miembro volviendo entrar de una, logrando sacarle un gemido.

Ese movimiento se repite una y otra vez, sacando de parte de ambos algunos gemido y jadeos. Emilio continúa moviéndose, se inclinó sin dejar los movimientos, para poder besar las mejillas y labios del castaño, quien a cada movimiento comienza a gemir más por lo que no puede evitar pedir que aumente el ritmo; lo cual es de inmediato cumplido.

Joaquín suelta un gran gemido a lo que el mayor sonríe por que sabe que es lo que a tocado, da otra estocada a ese punto en específico haciendo gemir aun más.

Sus cuerpos comienzan a llenarse de una ligera capa de sudor, Emilio se ve bastante bien, piensa el menor a verlo con sus rizos pegados a su frente y jadeando. Lleva sus manos a la espalda del mayor para clavar ligeramente sus uñas.

— Ahhh ¡Emi! Me v-voy a ve-venir! —avisó el menor en el momento que lo dice, las estocadas se detienen. —¿Qué pasa?

— El sábado es la fiesta con mi familia, y quiero jugar un poco, ese día contigo —propone.

— Ya se que quieres, no voy a usar  todo el día el vibrador que controlaras tu —reprochó de inmediato Joaquín, el rizado sólo le sonríe, empezado a  retirarse — Lo usó otro día pero con tu familia no, de por si me odian. —su pareja niega, repetidas ocasiones— Ya veremos, ahora continúa.

Emilio sonríe tímido antes reanudar los movimientos, en un ritmo bastante rápido, logrando que de inmediato los gemidos se hagan presentes de nuevo. Bastan unos movimientos para que el menor se libere, teniendo un gran orgasmo.

Emilio da unos movimientos más y se libera también, dentro del condon claro. Ambos con las respiraciones agitadas se dejan caer en el colchón totalmente exhaustos, sin importarles nada.

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Creo que ya saben de qué tratará el siguiente capitulo, así que esperenlo.

Los amo 💜

Nuestra Vida Sexual ~Emiliaco~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora