Anillo Vibrador

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El día de hoy Emilio tenía planeado probar algo nuevo con su novio, aún no llegaba a casa ya que estaba terminando de comparar el nuevo juguete que usarían, lo pago y salió del local. Minutos después llegó a casa, al no ver señales del castaño, subió a la habitación que compartían guardando la nueva adquisición en un cajón, para luego bajar y encontrarse a su pareja recién llegando.

— Hola amor —saludó el rizado, dándole un beso al menor.

— Hola Emi, ¿quieres cenar? —preguntó Joaquín pues acaba de comprar la cena, recibió un asentimiento como respuesta.

Ambos se sientan frente a la mesa comenzando a disfrutar de los alimentos. Obviamente el castaño noto un poco extraño a Emilio, pero decido no darle importancia y continuar en lo suyo.

Al terminar de cenar el rizado de inmediato propuso subir a la habitación al principio Joaquín no aceptó pero al final cedió.

En un movimiento rápido Emilio aventó al castaño a la cama y este soltó un gritito de la sorpresa.

— ¿Qué pasa Emi? —preguntó Joaquín, bastante confundido.

— Ya verás que es lo que pasa —fue lo único que dijo el rizado.

Emilio se sube encima del castaño para comenzar a besarlo de una manera pasional y necesitada. Bajando los besos por el cuello y clavícula, momentos después, le retiro la playera de una manera rápida, para seguir bajando los besos hasta el abdomen, de ahí desabrocho el pantalón y lo quito con todo y bóxer. Dejando a su novio completamente desnudo en tan solo unos momentos.

— Esto es injusto —reprochó Joaquín haciendo referencia a que él está desnudo el rizado seguía vestido.

Emilio se desnuda a sí mismo lo más rapido que puede, saca el lubricante del buro, lo abre, aplicando un poco del líquido en sus dedos, empezando a masajear la entrada del castaño, haciendo un poco de presión para comenzar a introducir un dedo, agregando un segundo y después un tercero cuando fue necesario. Debió sacar sus dedos del interior al terminar de prepararlo.

— Cierra las ojos —pidió el rizado, siendo obedecido por Joaquín, ya que a esté le encantaba cuando él llevaba el control, por eso no pudo ninguna objeción en ningún momento.

Lo más sigiloso que puede Emilio se dirige al cajón saca la nueva adquisición, regresa a la cama lo abre y se lo coloca, enciendiendolo escuchando un ruidito. Escuchando como Joaquín pregunta pero decide  ignorarlo.

—Solo espera —pidió el rizado, tomando su miembro entre sus manos, guiandolo a la entrada.

— Ah, se siente bien —expresó Joaquín, soltando pequeños suspiros, als enrir las ligeras vibraciones en su interior.

Emilio empieza a entrar y salir lentamente, disfrutando de la estrechez y calidez de su novio más las vibraciones del aparato. Mientras que el castaño está más que disfrutando la manera en la que se mueve su novio más las vibraciones, aumentando las sensaciones aún más.

El ritmo va aumentando, Joaquín siente cómo tocan su punto y gime aún más alto, moviendo su cuerpo ligeramente, ganándose una sonrisa satisfecha del rizado que comienza a moverse aún más rápido.

— Ah...ah... Emi —gimió el castaño aferrándose a las sábanas, buscando aliviar un poco su cuerpo e tantas sensaciones.

El rizado comienza a bajar el ritmo hasta que se detiene, sale del interior de Joaquín y se acuesta en la cama. No tarda mucho en lo que su novio entiende y se sube encima de él  introduciéndose de nuevo.

Joaquín apoyándose de los hombros del mayor, comienza a dar como pequeños saltitos, sobre el miembro, sintiendo como acariciaba su cuerpo  cómo cintura, trasero y pezones. El ritmo aumentó siendo las estocadas más rápidas y profundas, dando como resultado el sonido que provoca el chocar de sus cuerpos y los gemidos altos de parte de ambos.

— ¡Ah, ah, Emi! —gimió el castaño sintiendo como tocaban su punto. 

El cuerpo de Joaquín empezó a temblar ligeramente, sabiendo que su orgasmo estaba cerca aumento el ritmo, sintiéndo el cosquilleo en el abdomen bajo, pero aún asi siguió moviéndose aún con má velocidad, hasta que no resistió, inclinándose  escondiendo su cabeza en el cuello de Emilio, mientras se liberaba teniendo su orgasmo.

Emilio se encargo de acariciar la espalda de su novio al sentir, como el cuerpo del castaño tiemblo ligeramente mientras tenía su extasis. Unos momentos después se recuperó un poco se volvió a levantar, mirándolo.

— Aún no entiendo como simpre duras más que yo —se quejó Joaquín, ya que siempre que estaba arriba, debían hacer una pasusa para que tuviera y se recuperará de su orgasmo.

El rizado solo sonrió un poco, llevando sus manos a la cintura de su novio ayudándolo a continuar moviéndose.

— Lo haces muy bi...ah —Emilio no pudo terminar porque sintió como Joaquín movió su caderas de una manera espectacular.

— Con que te gusta —susurró Joaquín sonríendo malicioso.

El castaño comenzó a mover aún más sus caderas en círculos logrando hacer gemir de manera espectacular a Emilio. Aunque claro no se quedaba atrás con los movimientos que hacía lograba tocar su punto en algunas ocasiones, causando el gran placer.

Más pronto de lo esperado el rizado  sintió el cosquilleo en su abdomen, en un par de movimientos más en vez de venirse, le comenzó a doler y en ese momento recordó que se tenía que quitar el aparato antes de su orgasmo pues no podría tenerlo. Separó a Joaquín de él se quito el anillo y de inmediato se vino, con un gemido de alivio.

— Había olvidado que lo tenía que quitar — dijo Emilio, respirando pesadamente.

— Baboso —insultó el castaño frunciendo su ceño.

— No me insultes —pidió el rizado finjiendo enojo, el menor le sonrió tiernamente — ¿Te gustó? —intrigó.

— Si, y bastante diría yo —confesó Joaquín besando la mejilla de su novio— Te amo ricitos.

— Te amo chulo —susurró Emilio, acomodándose para que el castaño se acostara y poder abrazarlo, sonriendo cuando lo hizo.

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Espero que les gustará, no olviden que si tienen una idea en especial, la pueden dejar en los comentarios y con gusto la haré.

Los amo 💜

Nuestra Vida Sexual ~Emiliaco~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora