Disfraz

3.8K 355 36
                                    

-4

Han pasado un par de días, Joaquín decidió probar algo nuevo y de paso consentir un poco a su prometido; ya que el la mañana tuvieron una pequeña discusión, nada muy preocupante, aunque para el castaño le es imposible no sentirse mal.

Ayer Emilio llegó pasando las diez de la noche, Joaquín entendió el hecho de que tuviera mucho trabajo, por lo cual no dijo nada, hablaron un poco el mayor prometió que pasarían parte de la mañana con el castaño, quien asintió feliz. Pero después de eso las cosas se volvieron un poco intensas ya que sin pensarlo Emilio le gritó a su prometido, pidiéndole que lo dejará dormir ya que estaba cansado.

Joaquín intentó entender la irritabilidad que tenía el rizado, pero le fue imposible no sentirse mal; decidió ignorarlo aunque fue imposible hacerlo cuando a la mañana siguiente se levantó temprano a preparar su desayuno y al momento en el que Emilio bajó, solo era para despedirse ya que debía irse de nuevo al trabajo; sin poder evitarlo comenzó a reclamarle.

Aquella discusión, terminó en un Joaquín llorando de la impotencia y un Emilio bastante molesto.

Habían pasado un par de horas, ambos se sentían completamente mal, odiaban el haber peleado, ellos no eran así; decir que jamás discuten es mentira, pero siempre que lo hacen, mantienen la calma.

Para Joaquín era obvio que tenían que hablar seriamente en cuanto llegara el rizado, pero eso no le quita la idea que traía; el esperaba arreglar todo esta noche y después de hacerlo como ya era tradición tendrían una noche de sexo, por ello decidió ir a comprar algo nuevo que sabe que le encantará.

En castaño no es el único que se siente culpable, Emilio desde que se le pasó la molestia o enojo, no ha dejado de sentirse mal por todo lo que pasó; estaba muy molesto consigo mismo por haberle gritado la noche anterior, y por el no haber mantenido la calma esta mañana; recuerda perfectamente la imagen de su prometido llorando y eso hace que se le encoja el corazón, siempre se ha a encargado de defenderlo para evitar verlo mal y esta vez fue él quien lo provocó.

Desde que llegó al trabajo no a podido concentrarse en lo absoluto, no deja de sentirse mal y culpable de lo que pasó; sin pensarlo dos veces tomó su saco y salió de la oficina directo a casa. Algunos mininos después había llegado, no vio ninguna señal de su prometido por lo que decidió subir a la habitación, vaya sorpresa que se llevó.

Joaquín había llegado hace más de diez minutos después de comprar el disfraz, su curiosidad le ganó haciendo que se lo probará, sin notar a su prometido en la puerta.

- Vaya -susurró el rizado, haciendo que el menor de un saltito por el susto, mientras lo miraba sorprendido- Te vez precioso -murmuró acercándose para tomarlo de la cintura.

- Y-yo Emi -suspiró- No pensé que llegarías temprano.

- Estas muy sexy, ¿A que se debe el disfraz, gatito? -dijo.

Joaquín se sonrojo por completo, bajo la mirada y al hacerlo noto la erección del rizado; pensó por un momento en su plan original, pero si el orden de los factores no afecta el producto, no había ningún problema. Sin esperar más beso a su prometido, sintiendo como lo abrazaban por la cintura.

El ambiente de inmediato se tornó caliente, Emilio cargo al menor hasta acostarlo en la cama, se separó un momento para ver con mayor detalle al disfraz del castaño, que consiste en unas pequeñas orejas de gato, al igual que unas bragas y una cola, de color blanco al igual que todo.

Volvieron a besarse, como podía Joaquín empezó a quitar la ropa del mayor, dejándolo solo en ropa interior. Se dedicaron una mirada antes que que cada quien quitara la ropa interior dejándolos totalmente desnudos. Emilio se colocó entre las piernas del castaño y fue ahí que noto como era que se sostenía la cola, al parecer tenía un butt plug.

- Estás más que precioso -susurró contra el oído del menor.

El rizado se estiró para tomar el bote de lubricante, tomó la cola entre sus manos, y lentamente comenzó a retirarlo ganándose un jadeo del contrario; una vez que lo hizo lubrico su miembro, comenzando a introducirse lentamente.

Emilio comienza a entrar y salir lentamente, disfrutando de la estrechez y calidez de su novio más las vibraciones del aparato. Joaquín no se siente diferente le encanta cómo se mueve su novio. El ritmo va aumentando, Joaquín siente cómo tocan su punto y gime aún más alto y se retuerce, el mayor sonríe satisfecho y comienza a moverse aún más rápido.

- ¡Ahh Emi! -gimió el menor.

Las estocadas aumentaron aún más, haciendo que los gemidos lo hicieran igual, el castaño se aferró a los hombros de Emilio, mientras que su cuerpo comenzó a temblar un poco empezando a sentir el cosquilleo en el estómago, escondió su cabeza en el cuello del rizado mientras se liberaba teniendo su orgasmo.

El rizado lo acompañó momentos después viniendose en el interior del contrario. Aún un poco jadeantes se separaron acostándose en la cama.

- Lo lamento, lamento el gritarte anoche, lamento el no valorar el hecho de que te levantaras a hacerme el desayuno; me siento muy mal-musitó Emilio.

- Te perdono, yo también no debi molestarme tanto, entiendo que es tu trabajo, pero yo soy tu pareja debemos pasar tiempo.

- Entiendo, ambos cometimos errores, hay que intentar no volver a pelear así; sabes cuando odio el verte llorar y el pensar que yo lo cause me hace sentirme muy mal.

- Emi, sabes que soy un poco sensible no debes culparte por ello -suspiró - Mejor dejemos todo esto en el pasado ¿de acuerdo?

- Esta bien -aceptó el rizado, Joaquín asintió, llevó sus manos para quitarse la diadema con las orejas de gato, pero se lo impidieron- Déjalas, te hacen ver muy sexy que me hacen pensar en una segunda ronda.

El castaño asintió con una gran sonrisa, antes de besar suavemente a su prometido.

-----------------------------------------------------------

Gracias por leer, los amo 💜

Nuestra Vida Sexual ~Emiliaco~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora