Reconciliacion

6.3K 360 89
                                    

1 año atrás

La pareja lleva más de un año de relación, el día de hoy justo cumplen los veinte meses. El menor está más que emocionado pues lleva más de una semana planeando el regalo que le dará, lo citó en su casa, aprovechando que su madre estaría de viaje. Terminó de arreglar los últimos detalles del regalo, y fue a cambiarse el, colocándose un lindo crop-top color rojo, acompañado de un pantalón negro, peino sus rizos, justo en el momento que tocaron el timbre terminó, bajo las escaleras abrió la puerta encontrándose con su novio.

— Hola lindo, te ves muy bien —saludo el mayor  antes de darle un beso a Joaquín.

— Gracias, también te ves bien guapo. Anda vamos a mi cuarto que te tengo una sorpresa —murmuró Joaquín mas que emocionado tomándo de la mano al rizado para llevarlo, una vez enfrente de la puerta, le tapa los ojos, adentrándose en la habitación.

— ¿Ya me dejaras ver? —protestó Emilio, casi de inmediato le descubren los ojos, dejándolo sorprendido al ver la habitación decorada con algunos globos, además de una gran caja. — Amor no debiste molestarte.

— No digas eso, anda ve a abrir tus regalos —pidió el castaño as que emocionado se sienta al otro extremo de la cama, mirando cómo es que el mayor comienza a abrirla.

Emilio saca primero una pequeña cajita, envuelta con papel de regalo, el cual quita rápidamente; quedándose sorprendido al ver el disco de su cantante favorito, que además de todo firmado, se lanza a abrazar a Joaquín a manera de agradecimiento. Continúa sacando algunos de sus dulces favoritos, sonriendo.

Una vez que ya no había ningún dulce, sacó lo último de la caja, sintiéndose aún más feliz al ver que era un álbum de fotos, abrió la primera página, donde estaba la primera foto que se tomaron, cuando aún no eran novios, pegada con algunas palabras escritas. A cada página que pasaba había una foto diferente y algo nuevo escrito.

— Bonito es precioso, no debiste tomarte tantas molestias. Pero aun no entiendo ¿por qué tantos regalos? —en ese momento la sonrisa que tenía Joaquín se quitó por completo, dejándolo con un semblante triste.

— ¿Cómo? ¿No te acuerdas que hoy cumplimos veinte meses? —preguntó decepcionado, al ya saber la respuesta.

— Ah e-este, lo lamento, si se me olvidó, pero enserio lo lamento —murmuró el rizado sin saber que decir, intenta abrazar al menor, pero este se quita de inmediato.

— No me toques, no puedo creer que se te olvidará Emilio, me esforcé mucho en tu regalo, y tú ni siquiera te acordabas. Simpre nos damos algo por nuestro aniversario —exclamó Joaquín molesto, levantándose de la cama.

— En serio lo lamento, te comprare algo, para que no te sientas mal —comentó Emilio sin darse cuenta.

— ¿Es enserio? Piensas que estoy molesto, porque no me diste nada de obsequio, que estúpido eres —dijo el castaño negando

— Ya amor lo lamento, que importa solo es un mes más.

— ¿A sí? Bueno como no te importa, tampoco lo hará que nos quedemos en veinte meses, terminamos —dicho eso se levanta rápidamente, saliendo de la habitación, dejando a Emilio en shock.

Cuando el rizado logra reaccionar, de inmediato va a buscar a Joaquín para hablar, lo encuentra en la cocina,  intentando preparar algo de comida mientras azota las cosas, lo cual hace siempre que está furioso normalmente. Decide escabulle colocándose atrás de él, abrazándolo por la espalda.

— Amor, no hay que tomar decisiones precipitadas, debemos pensar las cosas, antes de decirlas. —le susurró el mayor en el oído al castaño, causándole un estremecimiento.

— Ya dije Emilio, terminamos, así que déjame en paz —sentenció Joaquín removiendose intentando zafarse del abrazo, pero le es imposible.

El rizado piensa por un segundo, como hacer que el castaño logre perdonarlo. Decide calentarlo un poco, ya que no hace mucho tuvieron su primera vez y desde entonces a querido repetirlo, pero jamás se logró, así que tal vez si le da lo que desea lo perdone.

Emilio comienza a subir las manos que tenía en la cintura, introduciendolas debajo de la playera, llegando a los pezones, acariciandolos con sus pulgares, haciéndolo jadear. Inconscientemente el menor inclina la cabeza hacia atrás, dándole la oportunidad de que le besen y muerdan el cuello.

—¡Emi! —gimió Joaquín, al sentir como pellizcan su pezón. Aunque lo que le sorprendió fue como aquellas manos dejan esa zona, moviéndose al pantalón que posee, desabrochandolo y bajandolo junto con la ropa interior, empezando a acariciar la entrada. —¡Ah! Emi, no podemos hacerlo aquí. — jadeo maldiciendo internamente por no poderse controlar.

— Te demostrare que si se puede —dijo el rizado sin más introduce un dedo en el menor comenzando a prepararlo. Al agregar un segundo dígito, consigue que su novio se recargue en la barra, con sus brazos, mientras se inclina, buscando más contacto.

— ¡Estoy l-listo! —gimió el castaño al sentir como rozaban su punto. Soltó un pequeño jadeo al sentir el vacío en su interior.

El menor mordió su labio ansioso saber que vendría después de que Emilio terminará de quitarse la ropa de la parte inferior. Algunos segundos después, empiezan a introducirse lentamente en él sin moverse, para que se acostumbre.

— Me avisas — pidió el mayor fascinado, al sentir la estrecheces al rededor de su miembro. Joaquín asintió múltiples veces jadeando ante la sensación de estar lleno, por completo.

Emilio toma de la cintura al menor, una vez que esté movió sus caderas dándole a entender que estaba listo. Se empezó a mover, a un ritmo lento, pero profundo.

El castaño a cada instante, gime más que extasiado, le fascina la sensación, de sentir sus piernas un poco débiles. Sus gemidos son cada vez más fuertes, al igual que los de el mayor.

El ritmo aumenta y la excitación también. Sus cuerpos comienzan a llegar al límite. Ambos están llenos de una ligera capa de sudor por el esfuerzo. Joaquín comienza con espasmos en el abdomen auminviando el orgasmo sin embargo  una fuerte estocada en su punto logra hacer que se libere, teniendo su orgasmo, disfrutando de las sensaciones.

Emilio continua con el ritmo aún después del orgasmo del castaño, persiguiendo su propia liberación, que tarda unas cuantas estocadas más en liberarse dentro del menor.

Una vez que ambos recuperan el aliento.

— Debemos limpiar todo —murmuró el menor aún agotado y adolorido.

— No me moveré de donde estoy, hasta que olvides la pelea absurda, por la que me terminaste —exigió Emilio, aún dentro del castaño.

— Sal de mi, si de por sí me espera un dolor horrible, lo vas a aumentar —comentó frunciendo su ceño aún no revuerda cuanto dolió la primera vez, se remueve enojado.

— Esta bien —sede el mayor saliendo del interior del menor, tampoco deseaba lastimarlo.

— Te parece si olvidamos lo que te dije de terminar, y mejor me llevas a la ducha —pidió Joaquín extendiendo sus brazos, invitándo a que el rizado  lo cargue.

Emilio solo ríe, toma en brazos a su novio  llevándolo a la ducha, para después venir a limpiar el desastre.

Tiempo actual

— Ya podrías dejar de recordar eso, lo importante es que no te termine, miramos aquí seguimos —reprochó Joaquín

— Esta bien, solo por eso —aceptó, el rizado colocándose encima de su novio, dedicándole una mirada que sólo significa una cosa...


-----------------------------------------------------------

Gracias por leer los amo 💜

Nuestra Vida Sexual ~Emiliaco~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora