Capitulo 44

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Hubiera preferido evitar
la distancia pero creo que
podemos arreglarlo entre las
sábanas y olvidarnos un rato
del mundo.

- Simón Caballero-

En algún momento de la noche nos mudamos a mi cuarto, para evitar ser interrumpidos por mi mamá. Aunque sospecho que intuyó algo de lo que iba a pasar porque hace un largo rato se marchó y aún no vuelve.

La habitación está en penumbras, pero aún asi puedo vislumbrar el rostro de Benjamín gracias a la luz blanquecina de la calle que se cuela por la ventana.

Su expresión refleja una tranquilidad envidiable y parece estar teniendo un sueño agradable. Sus brazos están enredados en mi cuerpo y los míos en el suyo. Mis pechos desnudos están pegados a la parte superior de su abdomen.

Aprovecho y recorro sus labios con la punta de mis dedos, que luego bajan por su barbilla hasta detenerse en su cuello.

Es hermoso. ¿Cómo pude vivir sin él durante tanto tiempo?

Y ahora no puedo creer que estemos al fin juntos. Si alguien me lo hubiera anticipado dias atrás o incluso hace unas horas, no le hubiera creído.

Apoyo mi oreja en su pecho y puedo contar cada latido de su corazón, aquel que me da vida y amor. El único que pudo salvarme.

Disfruto de la quietud del momento y unos minutos más tarde, él se remueve debajo de mi.

- Hola - Murmura con voz ronca - ¿Dormiste algo?

- No mucho - Contesto.

- ¿No estás cansada?

- Aun no - Sonrío.

El se incorpora en la cama y se apoya sobre su codo. Comienza a besar la piel desnuda de mi espalda enviándome electricidad con cada roce.

- Puedo solucionar eso - Murmura con picardía en sus preciosos ojos celestes.

Besa cada rincón de mi espalda con delicadeza, como si yo fuera de cristal y me fuera a romper con facilidad.

Me giro para quedar frente él y lo beso, sin importarme mucho morder sus labios con rudeza. Me contuve tanto en hacerlo durante tanto tiempo... que quiero recuperar el tiempo perdido.

Él parece seguir mi ritmo a la perfección y pronto se acostumbra a mi fuego y arde junto a mi.

Siento su peso encima de mi cuerpo y tambien percibo la suavidad de su piel desnuda sobre la mia. Continúa besando cada centímetro de mi ella, ahí donde antes habia grietas pero ahora solo hay calor.

Me impregno de su perfume, del sabor de sus besos y me dejo llevar.
Muerdo con suavidad el lóbulo de su oreja y el gime de placer. Lo mismo hace con mis pechos y yo ya veo las estrellas y el universo entero.

𝗠𝘂𝗿𝗮𝗹𝗹𝗮 𝗮𝗹 𝗖𝗼𝗿𝗮𝘇ó𝗻 [Completa] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora