Capitulo 32

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No te rindas, por favor no cedas
aunque el frio queme
aunque el miedo muerda,
aunque el sol se esconda y se calle el viento,
aún hay fuego en tu alma,
aún hay vida en tus sueños.

- Mario Benedetti-

Los dias en Buenos Aires pasan tan rápido que al final, pierdo la noción del tiempo

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Los dias en Buenos Aires pasan tan rápido que al final, pierdo la noción del tiempo. Pudieron haber pasado semanas o incluso meses desde mi vuelta. La tregua con Benjamín durante nuestro viaje parece haber acabado, ya que él volvió a su rutina familiar, con su esposa y su hija y retomó su trabajo con normalidad. La vida de Felipe y su familia también transcurre en su habitual esquema. La de mi madre. La de todos.

Excepto la mía.

Me la paso encerrada en casa, sin hacer contacto con el mundo exterior excepto cuando voy al supermercado. Una vez por semana viene una psicóloga a casa, pero continúo en mi abstinencia de hablar. Aunque para Felipe es más que eso, es una abstinencia de vivir.

- Ni siquiera la anima ir al galpón – Lo escuché hablar con mi mama en la cocina, un dia que vino de visita.

- Yo ya no sé que decirle… - Replicó mi mamá apenada.

- Parece como si… hubiera perdido las ganas de vivir – Dijo él.

Por fin alguien que le pone las palabras correctas a mi "shock traumático".

- La psicóloga cree que lo mejor es medicarla – Murmuró ella.

- Esperemos un tiempo…. – Se limitó a contestar él.

Por la tarde, vienen Cecilia y Aurora a casa. Me llevan al parque que está a la vuelta y merendamos ahí. Cuando Cecilia va en busca de más agua caliente para el mate, me quedo a solas con la niña.

- ¿Ya no hablás mas? – Me pregunta ella.

No la quiero asustar, porque ella es tan pequeña para entender de penas tan profundas, asi que pronuncio mis primeras palabras en semanas:

- Con vos si…

- ¿Estás enojada con nosotros?

- No. Nunca podría estarlo con ustedes…

- ¿Y por qué no hablas entonces?

- No me siento muy bien para hacerlo…

- ¿Estás enferma?

Sonrío por primera vez en semanas.

- Algo asi.

- ¿Te duele la garganta, no?

- Un poco.

De pronto suena su celular y ella atiende.

- Hola tío – Exclama – Si. Estoy con mi mamá y la tía Cami.

𝗠𝘂𝗿𝗮𝗹𝗹𝗮 𝗮𝗹 𝗖𝗼𝗿𝗮𝘇ó𝗻 [Completa] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora