Capitulo 5

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Felipe me mira desconcertado mientras le cuento todo lo ocurrido

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Felipe me mira desconcertado mientras le cuento todo lo ocurrido. No puede creer la coincidencia y mucho menos que yo haya regresado a Buenos Aires. La verdad que yo tampoco.

Me dice que es un milagro que yo haya estado justo ahí para ayudarlo, considerando que esa zona no es muy concurrida, menos a esa hora. Pero yo no quiero repensar la situación y decir que si no hubiera llegado a tiempo, él ya estaría muerto. Además estoy cansada. Así que me quedo callada, dejando que él divague, planteando escenarios posibles y preguntándose qué hacia en ese lugar Benjamín.

Pedro es otra historia. Desde que llegó Felipe, está sentado a dos sillas de distancia de nosotros sin mirar a nadie. Por momentos veo que cierra sus ojos y suspira. Conozco esa expresión. Y sé que cuando lleguemos a casa me pedirá explicaciones. El problema es que no las tengo. Ni siquiera para mi. Lo cierto es que todo esto no tiene ningún sentido, salvo el que siento justo debajo del estómago, luchando por ser descifrado.

¿Es algo nuevo o siempre estuvo ahí, esperando la oportunidad de salir de su ataúd? Hasta hoy, nunca había creído en resurrecciones.

Pedro sabe lo suficiente de mi pasado como actriz en televisión. Me dijo haberme visto un par de veces, pero nunca prestó demasiada atención en las tiras en las que trabajé. Cuando decidí alejarme de las luces de las cámaras y abocarme al teatro sentía que al principio tenia que ganarme mi espacio como actriz, porque sabía que los demás pensaban que al venir de otro ambiente trataría de imponer mi estilo de trabajo. Pero pronto se dieron cuenta que yo estaba sedienta de aprender nuevas formas, tenia muchas ganas de producir obras de teatro y tenérmelas que ingeniar con poco presupuesto. Y así aprendí que la verdadera riqueza se encuentra en las cosas simples. Y lo convertí en mi lema de vida, de hecho.

Luego, al conocer a Pedro, no tenia ya esa necesidad de encajar en ese nuevo mundo,  sino que me sentía parte de él. Así que nos fuimos construyendo juntos, yo entendiendo sus inseguridades y su contraste con mi propia personalidad y él me aceptó, sin estar en el medio de las dos Camilas que formaban parte de vidas totalmente opuestas. Solo conocía a la verdadera, la que yo podía mostrarle desde entonces. O eso creía. Cuando lleguemos a casa hoy. ¿Cuál Camila verá en mi?

Pasa una hora más. Nadie se detiene a fijarse en nosotros. Nadie se pregunta que hacemos ahí hace ya largas cinco horas. La gente solo se limita a pasar a nuestro lado, siendo nada mas que tres estatuas petrificadas.

Cuando un doctor finalmente se nos acerca, yo ya espero lo peor.

—¿Ustedes están con el chico de la herida de arma blanca?

Mientras asiento, me levanto rápidamente. No me abalanzo sobre el doctor porque todavía me queda un poquito de cordura.

—Está estable — Comienza a explicar — Fue una operación de casi cinco horas. Queríamos parar la hemorragia sin extirparle ningún órgano. Tiene comprometido el colon y parte del intestino delgado. Aunque el cuchillo no los llego a perforar.

Nuestros rostros empalidecen a la par por el detalle de su relato.

—Es joven — Nos tranquiliza — Pero está muy débil. Así que las próximas horas son cruciales para su cuadro y para descartar posibles infecciones. Queda en terapia intensiva.

Está estable.

Saboreo esas palabras. Las siento como cuando luego de un día húmedo y caluroso, la lluvia trae su alivio.  Y así lo hacen mis lágrimas. Felipe me da una palmadita en la espalda. Él también está aliviado.

—Lo que si necesita sangre — Agrega el doctor — Si no hacemos una transfusión, no pasa de esta noche.

Nos explica que su tipo de sangre es compatible con casi todos los factores. Así que los tres nos ofrecemos a donar. Una vez hecho, el doctor nos dá las gracias.

—Acaban de salvar una vida chicos, no se olviden. Ahora coman algo y vayan a casa. El muchacho va a estar bien.

—Vayan ustedes — Dice Felipe — Yo me quedo. Descansen un poco.

Nos disponemos a juntar nuestras cosas y luego salir por la puerta principal de la clínica cuando una luz resplandeciente me deja ciega por un momento.

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𝗠𝘂𝗿𝗮𝗹𝗹𝗮 𝗮𝗹 𝗖𝗼𝗿𝗮𝘇ó𝗻 [Completa] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora