Capitulo 13

1.3K 63 22
                                    

Te observo de lejos, dejándome
llevar solo por lo que tú decides
mostrar de ti. Me he inventado un
cuento completo en mi cabeza de
una vida entera contigo, pintando
cada esquina de mi atrevida
imaginación con todas las cosas que
haríamos tú y yo ¿Por qué será?
Con tan solo un instante calculado,
perdemos toda noción de la realidad,
tal vez por nuestra coqueta
intuición de perseguir la curiosidad
hasta ver a donde llega, por ahora te
dejo saber que al menos reconozco
tu esfuerzo.

Ojalá mañana nos vaya mejor.

@ versos.escondidos

Esa misma noche, luego de que todos se fueran a dormir y de que pusiéramos colchones en el living para Felipe y su familia (ya que ni él ni Cecilia podían manejar por el alcohol que habían consumido), Pedro y yo nos quedamos solos en la habitación

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Esa misma noche, luego de que todos se fueran a dormir y de que pusiéramos colchones en el living para Felipe y su familia (ya que ni él ni Cecilia podían manejar por el alcohol que habían consumido), Pedro y yo nos quedamos solos en la habitación.

Hacia varios dias que estábamos distanciados, incluso sin hablarnos. Pero, sin embargo, él se acerca a mi, me abraza por la espalda y comienza a besarme la nuca. Su respiración envía electricidad a través de mi cuerpo. No obstante, su olor a alcohol me desconcentra. ¿Desde cuándo toma tanto?

Me quita la remera en un solo movimiento y besa la piel de la espalda. Me giro para quedar frente a él y dejo que continúe el recorrido con sus labios: mis pechos desnudos, mi cuello y orejas hasta llegar a mi boca. Dejo que el beso se prolongue para ver si eso finalmente me enciende. Pero nada. No logro concentrarme y él lo percibe.

- ¿Qué pasa? - Me pregunta.

Lo mismo me gustaría saber a mi - Pienso.

- No sé... estoy cansada...estos dias estuve de acá para allá...

- De acá para él... - Masculla entre dientes, volviendose a colocar su remera.

- ¿Qué? - Le pregunto. No tenia sentido su frase.

- Nada, nada. Mejor vayamos a dormir.

Nos acostamos dándonos la espalda. De esto se trata tener a alguien tan cerca y a la vez tan lejos pienso, como si nunca lo hubiera experimentado. Pero me miento a mi misma. Muchas veces sentí ese dolor que te quema la boca del estómago, esas ganas de saltar un muro infranqueable y la impotencia que sobreviene después.

Con Benjamín me pasaba todo el tiempo. Era frustrante sentir esas ganas de ir en su búsqueda aunque esté a mi lado, de sincerarme con él aunque sabia que iba a ser inútil. Y así, me pasé la adolescencia, sufriendo por algo que nunca iba a ser. Viendo lo mismo en sus ojos y en los míos, pero sin poder hacer nada.

O al menos si hacíamos algo: exponer nuestros sentimientos en cada escena que nos tocaba hacer juntos, hablarnos con los ojos cuando no podiamos hacerlo con las palabras. Eso nos dio popularidad en la audiencia pero al final del dia quedábamos desbastados.

Al otro día tengo las ojeras por el piso. No pude pegar ojo en toda la noche. ¿Quién hubiera dicho que volver a Buenos Aires iba a significar literalmente volver a mi pasado?

Desayuno con Cecilia, Aurora y mi mamá porque Felipe se fue a ver a Benjamín a la clinica y Pedro... nadie sabe a donde se fue. Solo sé que se fue temprano y sin desayunar.

Intento no darle muchas vueltas al asunto y me tomo varios mates con las facturas que compró Cecilia. Luego Aurora me hace trenzas en el pelo mientras me cuenta cómo le va en el colegio y con sus compañeros. Cecilia, a su vez, me pasa la máquina de cortar pelo al costado de la cabeza, ya que estaba bastante crecida esa parte y me acostumbré tanto a verme con ese corte que le pedí que me lo haga nuevamente.

Cuando Felipe regresa, ya estamos por almorzar.

- Esta mucho mejor - Nos cuenta acerca de Benjamín mientras comemos - está muy inquieto, ya se quiere ir de ahí.

- Y si... - Comenta mi mamá - ¿Hace cuanto que está ahí?

- Tres dias - Responde él.

- Se recuperó bastante rápido - Señala Cecilia.

- Por suerte si. Yo sé quien es la responsable - Dice Felipe mientras me mira.

No contesto y sigo comiendo. Felipe sonríe de oreja a oreja y yo estoy pensando preguntarle a qué hora se va.

- La sangre que le donamos entre los tres me refiero, por supuesto - Aclara.

Al mirar la cara de confusión de todos , él se echa a reír mientras yo lo miro con cara de asesina.

Una llamada a su teléfono interrumpe nuestro cruce de miradas. Él atiende riéndose pero luego cambia totalmente su expresión mientras dirige toda su atención a mi.

- Tranquila Martina... no te entiendo nada. Hablá sin gritar...

Al instante sé que algo malo le pasó a Benjamín. Un escalofrío nace del centro de mi vientre y se esparce en todo mi cuerpo. No estoy segura, pero creo que mi corazón paró de latir por un segundo. Y ese segundo es eterno.

Me levanto de la silla y me pego a Felipe. Él continua con el teléfono apoyado a su oreja.

- ¿Todavia está allá? - Pregunta de pronto. Espera un momento y responde: - Ok. Ya vamos.

- ¿Qué pasó? - Alcanzo a decir cuando el nudo en mi garganta me lo permite.

- Pedro está en la comisaría.

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
𝗠𝘂𝗿𝗮𝗹𝗹𝗮 𝗮𝗹 𝗖𝗼𝗿𝗮𝘇ó𝗻 [Completa] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora