Capitulo 14

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Hay quién escribe a las musas.

Yo lo hago a mis infiernos.

   @ versos_nomadas

Al principio no entiendo nada

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Al principio no entiendo nada. Mi cuerpo es una hoja que se deja llevar por los subidones de emociones. Alto y bajo. ¿Es que esta semana nunca va a acabar?

Mientras bajamos en el ascensor, Feli me lo explica.

- Pedro fue a la clinica… – Me dice, dejando flotar la frase en el aire del pequeño espacio como si fuese obvio.

Al notar mi cara de confusión, agrega:

– Fue a la clinica a buscar a Benjamín.

- ¡¿Qué?! – Casi grito. – ¿Le hizo algo?

- No sé. Martina estaba histérica. No le entendí nada… parece que discutieron.

No me podía imaginar a Benjamín discutiendo con alguien. Menos con Pedro. La imagen mental de ellos dos juntos en una sola habitación me parece inverosímil, casi cómico.

- Esto no puede ser… ¿que le pasa a este pibe?

Felipe se encoje de hombros y subimos a su auto. Abro las ventanas enseguida porque me ahogo o quizá es el calor que emana mi cuerpo.

- ¡Cuando lo vea lo voy a matar! ¿Qué tiene en la cabeza?

- Tranquilízate, vamos a una comisaria, te van a dejar adentro junto con él si seguís así…

- ¡¿Qué comisaría?¡ Vamos a la clínica!

Felipe me observa con curiosidad. Luego gira las llaves de contacto y  enciende el motor.

En media hora ya estamos ahí. Subo lo mas rápido que puedo las escaleras, imaginándome a Benjamín golpeado.

No. No creo que Pedro sea tan animal de golpear a alguien recien operado.

Sin embargo, al entrar a su habitación me encuentro con una escena completamente distinta a la que esperaba. Una escena muy cotidiana podría pensarse si los que se besan son marido y mujer. Eso es  muy esperable. Pero no para mi cerebro, que en algún momento hace corto circuito y deja de enviar señales a mis extremidades, las cuales se quedan congeladas en su sitio.

Benjamín y Martina no me escuchan entrar, así que continúan su beso con naturalidad mientras a mi me consume el fuego.

- Bueno, bueno – Dice Felipe detrás de mi, con su habitual actitud descontracturada – Paren un poco que hay una menor presente.

Rita está en su cochecito, durmiendo tranquilamente. Benjamín voltea para  observarnos  y parece confundido e incluso… ¿enojado? Martina parece complacida. La primera vez que la veo a gusto con mi presencia. Y yo… bueno. Por lo menos puedo mover mis piernas ahora, que caminan hasta donde está Benjamín.

Le hecho una ojeada rápidamente y a simple vista, no alcanzo a ver ningún golpe en su cuerpo.

- ¿Qué pasó? – Le pregunto.

Benjamín parece aun confundido.

- Tu novio vino y empezó a decirle cosas a Benja – Me contesta Martina, ya que al parecer Benjamín no puede.

- ¿ Que te dijo? ¿Te hizo algo?

- Nada, deja…ya fue… - Contesta él.

- No. Quiero saber – Insisto.

- Martina exageró… - Replica con cansancio.

Sé que miente porque evita mirarme a los ojos.

- Contame, por favor…

Martina resopla con impaciencia y me lo cuenta ella.

- Tu noviecito vino y le gritó un montón de barbaridades a Benja. Me insultó a mi también y yo estaba con la nena… tuve que llamar a seguridad. – Exclama irritada.

La atmósfera de la habitación se solidifica luego de las palabras de Martina. Curioso, pienso, porque cinco minutos atrás el ambiente era totalmente otro.

- Ah – Continúa ella – tambien le preguntó si entre ustedes dos hay algo…

Miro a Benjamín y él parece avergonzado. No sé si por el comportamiento de su mujer o por la situación.

Martina, por su parte, está cruzada de brazos mirándonos a ambos con gesto expectante. ¿Espera una respuesta acaso? 

De pronto me inundan las ganas de que me trague la tierra y desaparecer de ahí. Pero además de avergonzada, estoy sorprendida. No puedo creer que Pedro se haya animado a hacer semejante locura. Siento el calor subir hasta mis mejillas. Nosé muy bien qué es lo que me gana en estos momentos:  si la furia o el pudor.

- ¿Qué más te dijo? – Le pregunto a Benjamín.

Él me mira indeciso. Parece conflictuado en su interior. Al final, responde:

- Que… sabia lo que habia pasado… entre nosotros – Dice muy lentamente, arrastrando las palabras.

Es oficial. Lo voy a matar.

Salgo hecha una furia de la habitación y Felipe va detrás de mi.

- Pensá bien lo que vas a hacer Camila – Me dice por detrás, mientras me sigue.

- Si ya pensé... ¡En cómo voy a matarlo!

- ¡Pará un poco! – Me toma del brazo y me detiene – Dejá de ser tan impulsiva...

- Ah! ¡Hola! ¿Que tal? – Ironizo.

- ¡Escuchame! A Pedro lo vi mal estos dias..

- No lo conoces…

- No. Por eso mismo. Si hasta yo me di cuenta de eso… ¿Cómo vos no?

Pienso un segundo. Tiene razón. Pero no voy a dar el brazo a torcer ahora.

- Tuve mil cosas en la cabeza estos dias ¿Cómo voy a estar en todo?

- Lo tuviste a Benja en tu cabeza, querrás decir.

- ¿Vos tambien con eso?

- Aaah! Admitís entonces que tengo razón.

- No. No la tenés.

- Pedro te hizo un desplante porque está celoso ¿no? - Insiste.

Mi silencio se lo confirma.

- Te voy a llevar a la comisaria - Cede luego de un momento - Solo si te tranquilizás. Vos decidís.

Feli me mira muy serio. Casi nunca lo veo ponerse asi, pero cuando lo hace, es mejor tenerle respeto.

Respiro hondo y asiento con la cabeza.

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𝗠𝘂𝗿𝗮𝗹𝗹𝗮 𝗮𝗹 𝗖𝗼𝗿𝗮𝘇ó𝗻 [Completa] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora