Capitulo 20

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Amor libre

Preciosa muchacha
Corazón de princesa
Alma de diosa
Esencia de reina.

Vengo a expresar
Lo mas humilde de mi corazón
Con mi voz tartamuda
Deseo entregar mi amor.

Un amor libre
Un amor incondicional
Un amor que escapa del tiempo
Un amor que no tiene momento.

Fugaz como el viento
Veloz como un sádico movimiento
Imperceptible como la mirada mas fugaz
Sutil como la sonrisa de un niño, al amar

De pura inocencia
De pura travesura
Intensos sentimientos
Y con mucha holgadura.

Sin cadenas sin ataduras
De perecedera necesidad
Solo por placer y por gusto
Las ganas de entregar.

Entregar mi luz mas brillante
Entregar el beso fulminante
A tu alma de diosa
Amándote libremente en esta prosa.

Piero Brull.

Un silencio eterno se apodera de la habitación, como si nuestras palabras sobraran y solo las miradas tuviesen un valor real

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Un silencio eterno se apodera de la habitación, como si nuestras palabras sobraran y solo las miradas tuviesen un valor real. Ambos sabemos que el otro recordó ese último día y ahora nos sentimos vulnerables, expuestos. O al menos yo me siento así.

Soy la primera en interrumpir nuestras miradas.

- Al final, ¿Qué es lo que estabas haciendo en Palermo a esas horas?

Benjamín parece desconcertado por el cambio de tema en la conversación y algo frustrado. Yo también lo estoy conmigo misma.

¿Por qué soy tan cobarde?

Esquivo sus ojos celestes que ahora me miran con curiosidad y me limito a observar mis manos.

- Nada - Replica él - Volvía de la casa de unos amigos...

El ambiente se enfrió. O yo le eché un balde de agua tan fria como los lagos de Bariloche en pleno invierno.

- ¿Te quisieron robar?

- Si. El auto... justo estaba caminando hasta donde lo estacioné cuando un flaco me amenazó con un cuchillo... - Explica mientras me ceba un mate.

Escuchar esa frase con la voz siempre tan tranquila de Benjamín me parece un disparate. Vuelvo a recordar el charco de sangre alrededor de su cuerpo inmóvil y un frio me recorre el cuerpo, dejándome los pelos de punta. ¿Cómo puede hablar tan ligeramente de un tema así?

Mientras me alcanza el mate, sus manos rozan las mías en un movimiento para nada inocente.

- ¿Qué pasa? - Me pregunta con picardía en su expresión - ¿Te pusiste nerviosa?

- No, ¿Por?

Me cuesta tragar saliva.

- Porque te toqué recien...

- No... no me di cuenta... estaba caliente el mate. Nada más - Se lo alcanzo de nuevo y él me sonríe - ¿Hiciste la denuncia? - Continúo evitando su mirada.

- Martina la hizo... tendría que ir yo a rectificarla... pero no me acuerdo nada de ese dia... - Se encoje de hombros.

- Si necesitas testigos...

- Ah si... vos y Pedro.

Su nombre provoca que los recuerdos irrunpan en mi mente. Frunzo el seño disgustada.

Él malinterpreta mi reacción.

- Mirá que está todo bien con él ¡eh! - Exclama a la defensiva - Ni me acuerdo cuando vino al hospital, estaba medio boludo esos dias... no me acuerdo nada.

- No estuvo bien lo que hizo... - Espeto fríamente.

- ¿Qué es tuyo? - Pregunta de repente.

- Era, en todo caso - Tengo la impulsiva necesidad de aclarar.

¿Vi mal o se le iluminaron los ojos?

- ¿Se pelearon?

- Algo así...

Él me mira intrigado. ¿Qué le voy a decir?¿Que me peleé con él porque estaba celoso de mi ex, por quién, probablemente, aún siento algo?

- Quería volverse a Bariloche - Le miento.

- ¿ Y vos no? - Intenta comprender.

No lo habia pensado. Mañana tendría que estar volviendo.

- Capaz me quede unos dias más... - Pienso en voz alta.

Benjamín sonríe y de repente ya no me molesta retrasar mi vuelta. ¿Qué tienen de malo unos dias más lejos de mi hogar, no?

Al rato vuelve Felipe.

Entra a mi habitación y me da cariñosamente un beso en la frente. Luego se queda con nosotros tomando mate y hablando de la recuperación de Benjamín.

Al verlos a ellos dos juntos, hablando pavadas y riéndose como unos adolescentes no puedo evitar recordar las tardes compartidas entre grabaciones, donde la vida era prometedora y no tan injusta, y la idea de separarnos era impensable.

De pronto, el recuerdo de Luisana se entromete en mi cabeza y todo en la habitación hace eco de su ausencia.

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𝗠𝘂𝗿𝗮𝗹𝗹𝗮 𝗮𝗹 𝗖𝗼𝗿𝗮𝘇ó𝗻 [Completa] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora