Capitulo 56

928 49 10
                                    

Nos gusta la bala hasta que tenerla dentro empieza a escocer.
Y asi nos va.
Enamorados de la herida pero no del dolor.
Y asi nos va,
sintiendo pánico hasta del roce.
Y asi nos va,
odiando nuestra burbuja e incapaces de romperla.
Y asi nos va,
sintiendo sentir que sentimos lo que otros no sienten.
Y asi nos va,
viviendo por nada y muriendo por todo.
Y asi nos va.
Solo piensa que prefieres:
si arriesgar o tener miedo.
Y si odias las victorias,
dime que haces apretando este gatillo.

- Martalar

Benjamín

Mis ojos arden cuando la luz del sol de la mañana entra en contacto con ellos.

No pude dormir en toda la noche. La opresión en mi pecho no me lo permitió.

Preocupación es poco para describir lo que siento ahora.

Estoy desesperado.

No entiendo cómo Martina encontró ese maldito sobre y pensar en que Camila se puede enterar que le escondí por tanto tiempo esa información me vuelve loco.

Soy un idiota.

Me baño y me cambio a duras penas antes de que Rita se despierte y preparo el desayuno para ambos.

Hoy no es un buen dia para ninguno de los dos, ya que la niña tambien está bastante irritable. Se empeña en tomar la cuchara, poniendo sus pequeñas manos en puños, y metiéndolos en el plato en el que preparé su papilla. Vuelca casi todo su contenido y termina comiendo de la mesa.

Suspiro agotado, y dejo que termine su desayuno sola. Mientras, aprovecho y llamo a mi amigo en busca de un consejo que me aclare la nebulosa en la que mi mente está inserta.

Felipe atiende la llamada con voz ronca.

- Boludo, ¿Todavia seguís durmiendo? – Pregunto.

- ¿Qué hacés llamándome? ¿No podés mandar un audio como la gente normal? – Replica con evidente mal humor.

- Es algo urgente.

- ¿Qué pasó? – Pregunta, alarmándose.

- Camila está por enterarse… lo del sobre.

Felipe enmudece por un momento del otro lado de la línea.

- ¿Sos boludo? – Exclama por fin - ¿No habíamos quedado en que le ibas a contar?

- No pude… - La voz comienza a temblarme de los nervios.

Felipe suspira y cuando vuelve a hablar, su voz suena más sosegada.

- ¿Por qué decís que está por enterarse? ¿Quién más sabe de esto?

- Martina.

- Te doy mi pésame hermano… - Replica.

𝗠𝘂𝗿𝗮𝗹𝗹𝗮 𝗮𝗹 𝗖𝗼𝗿𝗮𝘇ó𝗻 [Completa] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora