Capitulo 28

1.2K 74 9
                                    

Me enseñaste
que se puede
decir la verdad
cuando el mundo
solo sabe
disparar.
Me llenaste
de paz y
calmaste
mis aludes
internos.

Pero un dia
tuviste que
marcharte lejos
sin quererlo,
a buscar un
futuro mejor.
Como se va
el invierno
cuando el sol
necesita huir
de su guarida
de hielo.

Tienes que saber
que he roto
el tiempo para ti.
Porque me veo,
sin dudarlo,
dentro de todos
tus sueños.

Que vivo, si.
Pero tambien
te guardo.

Porque un buen amor
forjado en los años
solo tiende a crecer,
solo quiere poder
sostenerse.

Y es que,
sin agujas de reloj
y sin golpes
de ningun calendario,
existes en mi.
Y tu aliento
mantiene el calor
de un mañana
que será eterno.
De un "para siempre"
que será únicamente
"nuestro"

-Isabel Polgach-

Cuando conocí a Camila, ambos trabajábamos en Chiquitas

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Cuando conocí a Camila, ambos trabajábamos en Chiquitas. Éramos chicos e inexpertos en sentimientos, pero aún asi al verla por primera vez sentí ese típico cosquilleo en la boca del estomago, y el efecto fue inmediato.

¿Amor a primera vista? No lo sé.

Me costó acercarme a ella. Desde pequeña construyó ese muro a veces infranqueable que, para quienes no conocían de belleza, era amenazador.

Pero para mi no. Su carácter y su frontalidad me parecían una bocanada de aire fresco ante tanta similitud . Su sinceridad me parecía alucinante y ansiaba poder hablarle, aunque solo me mandara a freír churros.

Cuando me acerqué, sorprendentemente nuestra conversación empezó a fluir. Descubrí que teníamos muchas cosas en común. Su simpatía y carisma me atraparon y con solo 14 años ya era suyo. Asi de fácil me enamoré por primera vez en mi vida. Fuimos novios un año, pero al comenzar las grabaciones de Rebelde Way ella se alejó. No quería a la prensa encima ni escándalos. Solo queria arrancar en paz esta nueva etapa de su vida y disfrutarla.

Pero yo me hundí. No comprendía el porqué de su decisión y me destrozaba saber que ella nunca me amó como yo a ella. ¿Qué otra razón podia tener sino? Analizándolo en perspectiva, habré parecido solo un chiquillo creyendo conocer perfectamente el amor, cuando solo era un enamoramiento pasajero. Yo también lo quise creer. Pero el sentimiento nunca perdió intensidad, sino que creció.

Si es que eso era posible.

Rápidamente, me dejé llevar por la anestesia inmediata al dolor: el alcohol. Salía a fiestas y me emborrachaba. Nunca me faltaban chicas cerca y conquistas de una solitaria noche. Pero ese vacío nunca se llenaba. Empeoraba. Cada cosa que hacía para mitigar el dolor, causaba el efecto contrario.

𝗠𝘂𝗿𝗮𝗹𝗹𝗮 𝗮𝗹 𝗖𝗼𝗿𝗮𝘇ó𝗻 [Completa] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora