𝗠𝘂𝗿𝗮𝗹𝗹𝗮 𝗮𝗹 𝗖𝗼𝗿𝗮𝘇ó𝗻 [Completa]

Capitulo 37

Amor oculto

Aqui me encuentro
Atrapado en un laberinto eterno
De hermosas flores
De hermosa vida, pero tambien de melancolía.

Porque no existe dolor mas grande
Que ocultar un amor
No existe peor que ocultar mi pasión
Pasión causada por ti.

Por qué tratamos de compararnos
Con otros tipos de amor
Si el nuestro es único
Prohibido pero por sobre todo escondido.

Dejemos de mezclar
Dejemos de intentar parecernos
A otros seres incompletos
Creemos nuestro propio universo.

Basemonos en nuestros recuerdos
Nuestras caricias en nuestros momentos
Eso es único y nadie mas sabe
Solo tu, yo, la luna y el sol.

Creemos nuestra propia identidad
Quizas como unidad
Quizá de manera individual
Pero al estar juntos todo podrá pasar.

Explosiones, desastres y desesperación
Amor, palabras y creación
No importa que ocurra
Tampoco como ésta nos descoloque.

Porque nunca antes se ha visto esto, bajo el sol
Tratarse de igualar o de parecer
Porque nada es igual, nada es prohibido
Solo es un amor oculto y divertido.

Piero brull

"Preguntate a vos misma lo que querés"

Las palabras de Felipe resuenan en mi cabeza como un disco rayado imposible de detener. Me esfuerzo por sumergirme en mi interior y buscar esa respuesta. Como si fuera tan fácil.

Recuerdo entre mis viajes a Perú uno en especial. Fue en 2017, cuando hicimos un retiro espiritual con ayahuasca cerca del centro de Cusco, antes de ir al Machu Picchu. Lo hice con Carolina y Emilia, una chica que conocimos en ese viaje.

Luego de mi agitada vida en los medios y de mi separación con Benjamín, mi vida estaba muy lejos de encontrar mi voz interior. Sin embargo, algo me decía que el camino que habia elegido era el correcto aunque en aquel momento viera todo negro. Por eso, con los años, fui interiorizándome más en mi y le di más prioridad a mi deseo, aprendiendo a escuchar el silencio.

Hasta que me llegó la oportunidad de realizar una sanación espiritual, actividad que siempre quise experimentar.

La purgación de los dias previos fue ardua y no la pasé tan bien. Del momento de la ingesta, casi no recuerdo nada. Solo alguna que otra imagen difusa. Luego solo hubo silencio. Paz. Armonía. Y sabiduría.

Porque ya sabía mi camino. Ya no estaba perdida. Me habia encontrado a mi misma, mi misión en esta vida y la convicción de que lo lograría. No fue una receta mágica sino solo aprender a escuchar mi silencio. Mi voz.