(Chiques, perdón si este cápitulo es una verga, les cuento que repetí de año y me quiero automoler a trompadas :))
Abril.
Tomás se fue con Tobias hace un rato y yo ya estaba nerviosa, ¿Y si necesita algo? ¿Y si llora?
-Gorda, estás re preocupada boluda, tranquila se lo llevó el papá, no un desconocido- me trató de calmar Paulo, justamente un desconocido estaba siendo para mi, ya no era el Tomás de antes.
Asentí pero igual los nervios no se iban, me estaba comiendo las uñas y la piel de los lados.
Paulo me abrazó y algo pasó, se fueron llendo los nervios y me iba tranquilizando de a poco.
Lo miré a los ojos y me estaba sonriendo.
-¿Mejor?- preguntó, volví a asentir y me acomodé en sus brazos.
-Gracias Pau- dije para luego cerrar los ojos, él besó mi cabeza y se acomodó.
-No hay por qué agradecer chichon de piso- rió bajito y lo volví a mirar haciendome la ofendida.
-¿Que te pasa zanaoria?- pregunté corriendola de piola y ahora él se ofendió.
-Soy rubio, daltonica de mierda- reímos los dos y yo me paré para ir a la cocina, tenía sed.
Agarré un baso y me serví agua, tomé un sorvo y pasos se escucharon dirigiendose a la cocina.
Me di media vuelta y Paulo estaba detrás mío, se acercó y me agarró de la cintura, yo lo agarré de los hombros, de seguro me quiere abrazar y por eso esto.
Me impulse un poquito para abrazarlo y el también, pero me sorprendí al ver que impactó sus labios contra los míos.
¿Qué? ¿Paulo besandome?
Tardé unos segundos pero se lo seguí, encontramos nuestro ritmo y siendo sincera me gustó.
Cuando nos separamos por falta de aire, el cordobés me miró sonrojado.
-Perdó...- no lo dejé seguir y lo besé de nuevo, sus labios inchaditos me tentaron.
El beso duró unos minutos hasta que de nuevo la falta de aire se hizo precente.
Nos soltamos de nuestro agarre y fuimos como si nada al living.
Acabo de besar a Paulo y me gustó, ¿Que hago ahora man?
