capitulo 38

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4 años después.

abril;

ya estaba llorando, me costaba mucho despegarme de mi hijo pero tenía que ir al jardín.

-chau ma- me abrazó y entró con sus compañeritos, la puta madre, quería llevarlo a casa y quedarme con él jugando.

tomás lo miraba con una sonrisa, tobias lo saludó con la mano y entró al jardín.

-dios, no puedo, lo voy a buscar- dije para poder entrar al jardin pero tomás me agarró de la mano.

en estos últimos años, con tomas hablamos y pudimos dejar las cosas bien, no volvimos pero quedamos como amigos.

-tranquila, es el jardín abril, no es un internado, dejalo que se lleve con sus compañeritos y todo- dijo él tratando de calmarme.

tenia razón, estaba como paranoica.

asentí y suspiré, mi hijo tenía que convivir con nenes de su edad.

decidimos ir a casa y tomar unos mates ya que ninguno tenía nada que hacer hasta después de las doce.

llegamos y entramos a mi casa, me alquilé una casa con dos piezas, cocina, living, baño y patio.

lo justo y necesario para mi y tobias.

pasamos a la cocina y puse a hervir el agua para tomar mates.

-¿y que onda con tu último tema?- pregunté.

-lo subo mañana a las cinco de la tarde, unos nervios tengo encima- dijo sentandose.

-tranqui que va a salir todo piola, sos el crakero acordate- rió.

-y con lo de el cumple de tobi, le alquilé una quinta- contó, el cumpleaños de mi hijo era en una semana.

-yo ya tengo todo para la comida y eso, encargué a una señora lo que sería lo salado y lo dulce como la torta y alfajores de maisena los hago yo- asintió.

-bueno, la quinta es la de acá a tres cuadras, la tenemos desde las nueve de la mañana hasta las doce de la noche- contó.

-¿cuantos invitados hay entre los pibes y la familia?- pregunté- por que los amiguitos de tobi son como veinte-.

-son setenta y cinco entre todos, más los veinte serian noventa y cinco, entramos igual, la quinta es para docientas personas- respondió.

-bueno, yo despues te doy plata por que alquilaste la quinta vos solo y no da, ¿cuando te salió?- pregunté y negó.

-es un regalo mio, no es para que me devuelvas plata Abru- sonrió.

saqué el agua y me sente, el primer mate lo tomé yo por que estaba frió y el segundo se lo di a él.

-¿seguro?- pregunté, quería devolverle la plata para no parecer rata.

asintió y me devolvio el mate.

-si boluda, tranqui que es mi regalo para mi hijo, nada de devoluciones- sonreí.

-está bien- respondí y me tomé un mate.

infierno * C.R.ODonde viven las historias. Descúbrelo ahora