Desde hace casi media hora estoy parada frente a la puerta de mi departamento y la razón es que estoy sencillamente aterrada, me encuentro presa de el pánico por qué estoy considerando que en cuanto entre por esa puerta le diré toda la verdad a Alice... Y eso es aterrador, no se como pueda reaccionar y eso me pone ansiosa, me hace sentir como una niña pequeña que se robó un caramelo y piensa que es lo peor que pudo hacer en la vida. Tomé valentía de algún lado de mi ser y gire la llave en el picaporte, abrí la puerta y de inmediato escuché sus tacones resonar sobre el suelo, pasaron solo unos cuantos segundos para que la tuviera frente a mi... Se nota que ha llorado, además es fácil percibir su tristeza y su enojó hacia mi persona.
Tenemos que hablar -escuchar esas palabras me congeló la sangre, de nuevo me sentí aterrada-
¿Sobre que? -pregunte fingiendo demencia-
Quiero la verdad -respondió simplemente-
¿La verdad de que, Alice? -camine hasta llegar a el sofá donde me dispuse a tomar asiento para después mirarla-
De por qué eres diferente conmigo desde hace un tiempo... Por qué pareces detestar que esté cerca de ti, por qué me miras como si te doliera mi presencia -sus ojos se cristalizaron- ¿Hice algo malo? ¿Soy una mala amiga? Puedes decirme que está mal conmigo y lo voy a arreglar, solo no te alejes de mi... Te necesito
Es que... yo... -me pase las manos por el rostro-
De nuevo mi interior entro en debate, por un lado estaba la parte que desea gritarle lo que siento y por otro está esa parte que está aterrada por las consecuencias que mi confesión pueda traer... ¿A qué parte hacerle caso si ambas tienen buenos puntos?
No lo pienses tanto, Giselle -dijo recuperando mi atención- no tienes que hacerlo mas llevadero para mí... Solo dime qué ocurre de una vez por todas
Abrí la boca para decir algo pero las palabras se quedaron trabadas en mi mente pues no pude organizar una oración coherente para explicarme...
¡Solo dímelo! -grito desesperada- si me vas a decir que me odias y que no quieres volver a verme lo entenderé aunque me duela... -sollozo- ¡Habla de una vez, Giselle!
Las palabras seguían sin ordenarse en mi cabeza, tengo tantas cosas que decir que ni siquiera se que es lo que debo decir... Esto es una pesadilla.
Bien... no me digas nada -me miró molesta y sollozante- me ire a casa de mis padres -se dió la vuelta y camino hacia si habitación-
Intenté seguirla, pero de nuevo mi mente me traicionó, me quedé ahí de pie en medio de la sala de mi departamento sintiendome una absoluta idiota, pensando en todo lo que debo decir y sin poder mencionar ni siquiera una sílaba. Cuando la morena apareció de nuevo en mi campo de visión traía sus maletas, me miró una vez más con las lágrimas cubriéndole el rostro, se dispuso a salir de el departamento y ahí tuve una horrible sensación en el pecho... «La estás perdiendo» fue lo que se escuchó en mi mente y supe lo que significa, si ella sale por esa puerta será el fin de todo.
Espera... -dije de prisa-
La morena se volteó a verme, me miró interrogante y expectante a lo que diría, pero de nuevo las palabras se quedaron en mi mente.
Me tengo que ir, Giselle -dijo al notar mi falta de palabras-
Abrio la puerta y el miedo se hizo aún mas nítido en mi interior.
¡Te amo, Alice! -grite de forma muy nítida y fuerte-
El mundo se detuvo, ella se quedó estática en dónde estaba y yo sentí como las lágrimas bajaban turtuosas por mis mejillas, poder decir esas tres palabras es un enorme alivió tanto como es una agonía... Pero bueno, ahora que las dije es muy tarde para arrepentirme, solo me queda decirle todo lo que siento.
Te he amado desde hace mucho tiempo... Y jamás fue mi intención amarte -solloce- un día simplemente me di cuenta de que ahí estaba ese amor... fuerte y nítido, para entonces ya era muy tarde para hacer algo contra el... -la morena volteó a verme con un enorme gesto de sorpresa- decidí callarme por qué me aterraba y un me aterra la idea de perderte, pensé que era mejor tenerte como mi mejor amiga a no tenerte nunca más... -sonreí débilmente- Pero estos últimos meses, el sentimiento solo ha estado creciendo día con día y no tienes idea de lo mucho que duele -me desplomé sobre la alfombra- se me estaba complicando cada vez más tener que callarme lo que siento... Cuando te tenia cerca lo único que deseaba era poder gritarte lo mucho que te amo, incluso inventé que lo que siento por ti lo sentía por Agnes por qué estúpidamente pensé que eso me ayudaría un poco, pero solo empeoró la situación por qué me provocó peleas contigo y... ya estoy harta de esto, Alice -me puse una mano en el rostro cubriendo mis ojos- ya no soporto tener que callarme...
El silenció se extendió por la habitación, un silencio que para mí se sintió como una agonía más fuerte a cada segundo; dicho silencio solo se rompió cuando escuché los tacones de Alice golpear contra el suelo y luego escuché como la puerta se cerraba, en un primer momento pensé que ella se había ido, pero ese pensamiento se desvaneció cuando el ruido de sus tacones se hizo presente de nuevo, cuando menos lo pensé pude sentir sus manos en mis brazos, lentamente me hizo apartar las manos de mis rostro y luego me obligó a mirarla, lejos de la mirada de desprecio y asco que esperaba ella me recibió con una sonrisa dulce y una mirada cariñosa.
Ya no llores... -pidió en un susurro- sabes que detesto que lo hagas -con sus dedos limpio una de mis lágrimas-
No me odies... -suplique-
Jamás podría odiarte, Elle... -me acarició la mejilla-
Su mirada se enfocó en mis labios, la mía también fue a sus perfectos labios y entonces ocurrió... Ella me besó.
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Mi Querida Dama
Romance"Ver a tu mejor amiga casarse puede ser una gran dicha o la peor destrucción de todas" -Giselle Rowling Alice y Giselle son dos mejores amigas que siempre han soñado con el día en que se casen. Cuando eran pequeñas prometieron que serían la dama de...