Mi Querida Dama

5.6K 400 49
                                    

Me veo en el espejo sin poder dar crédito a lo que esta frente a mi... ¿Cómo puede una chica estar tan enamorada de su reflejo?

Luces tan bonita -dijo Zoe diciendo exactamente lo que yo estaba pensando-

Tú también te ves muy linda -admiti al verla enfundada en su vestido largo de color azul marino-

Si, pero no soy más bonita que la novia -me tomo de las manos y sus ojos se cristalizaron-

No llores... -pedi- si lo haces yo también me voy a poner a llorar y me caso en diez minutos

Es que estoy tan feliz por ti... Por ambas, pero más por ti -apreto mis manos entre las suyas- por qué yo fui testigo de todo lo que luchaste contra ti misma, contra Bastian y bueno, contra el mundo entero solo por ella... Pude ver que eras capaz de darlo todo por tenerla contigo y me alegra que no hayas renunciado al final del día -se acerco y beso mi mejilla- te mereces esto... Mereces tenerla en tu vida y amarla con cada latido de tu corazón, Elle...

Gracias -sonrei tratando de contener las lágrimas-

Ahora... ¿Dónde demonios se metieron las tres princesitas? ¡No es momento para que desaparezcan en la nada! -tomo su móvil para llamarlos y luego se alejo al otro extremo de la habitación- ¡Agnes! ¿Dónde carajo están tú, Cat y la princesa Noah?

Decidí no prestarle atención a su plática y en vez de eso volví a mirarme en el espejo, sin duda luzco hermosa... Para el día de hoy elegí usar un vestido ajustado hasta la cintura y con una falda suelta nada voluminosa, recogieron mi cabello en un moño algo despeinado y por petición de Ali, terminé con una tiara de flores acomodada en mi cabello, mi maquillaje es suave ya que no quería nada pesado para el lugar de la boda... Sin duda me veo demasiado linda, pero quizá lo más significativo es la enorme sonrisa que tengo pintada en los labios.

Es hora de irnos, Elle -dijo la castaña más que emocionada- tienes que esperar a tu mujer en el altar

Asentí, la castaña me entrego el ramo de flores blancas que usaré y luego de tomar el suyo, además de otros dos, ambas salimos de la habitación donde nos esperan los tres desaparecidos.

Ay, perdón que nos hayamos ido, Elle, pero Alice nos pidió que fuéramos a darle el visto bueno -afirmo la pelirroja que se ha vuelto nuestra amiga más inusual- y luce preciosa, igual que tú -sonrio-

Después de que me comprometiera con Alice hace ya más de año y medio, lógicamente la pelirroja Catherine me llamo pidiendo que nos viéramos, le dije lo que había pasado y después de unas cuantas peleas entre Ali y ella al final ella se volvió amiga de ambas, una chica que adora nuestra relación y que incluso se ganó el cariño de mi morena.

Caminamos por el pasillo de la casa escuchando la voz de Alice, cuando pasamos por enfrente de su habitación la puerta de abrió y de ella salió Tara con el mismo vestido que usan las otras tres damas de honor, la chica se unió al cortejo nupcial con nosotras y así nos plantamos en la puerta que da justo frente a la playa donde decidimos casarnos en la casa que pertenece a la familia de mi prometida.

Listo, chicas y chico -dijo Zoe- como saben primero sale la novia número uno con su padrino -señalo a Noah- detrás de él salen Agnes, luego Cat, luego Tara, al final yo y luego sale la novia número dos con sus padres -afirmo sonriente-

La castaña salió rápidamente, una música suave se empezó a escuchar y así salí del brazo de Noah quien me mira con una sonrisa.

¿Estás feliz? -pregunto el castaño y solo pude asentir incapaz de hablar sin lanzarme a llorar- les deseo lo mejor, Elle...

Le sonreí, llegamos hasta donde está el sacerdote que va a casarme con Alice, me quedé ahí mientras las cuatro damas de honor iban pasando y tomando sus lugares. Paso lo que me pareció una eternidad hasta que pude divisar su belleza casi divina, ella caminaba con sus padres a cada lado, está usando un vestido ajustado a su cuerpo con unos finos tirantes, lleva el cabello suelto y sin duda alguna luce preciosa... Cómo un ángel; me fue imposible no soltar un par de lágrimas mientras imagino mi vida a su lado, ella también luce conmovida y muy feliz. Sus padres me la entregaron y al tomar su mano la calma me invadió.

Hola... -susurro con los ojos cristalinos-

Hola -sonrei-

Estamos reunidos hoy, para unir en santo matrimonio a estas dos chicas... Alice y Giselle -inicio el sacerdote-

Me perdí en la mirada de la morena que también me observa con una sonrisa dulce. Simplemente creo que jamás imaginé lo especial que podía ser este momento, no le hice justicia alguna a lo que estoy sintiendo en este momento... A decir verdad creo que jamás podría explicar lo que estoy sintiendo, casarme con ella es algo... perfecto.

Ahora las chicas dirán los votos que escribieron -afirmo- primero Alice...

Elle... Mi dulce y maravillosa, Elle... No puedo decirte nada que no te haya dicho en este último año, creo que... jamás había sentido lo que siento contigo, eres mi calma y al mismo tiempo me vuelves loca todo el tiempo -sonrió- a cada segundo que estoy contigo tengo que detenerme un momento para verificar que eres real... Que estás ahí siendo incondicional, dulce, ligeramente malévola y que me amas con tal fuerza que algunas veces me abruma por qué no sé que hacer para conservar ese amor intacto y no hay nada que quiera más en esta vida que tenerte en ella por siempre, por qué te amo y daría todo lo que tengo por ti -para ese momento mis lágrimas fluyeron con tranquilidad- te amo...

Ahora es tu turno, Giselle -asenti-

Durante mucho tiempo te vi como un imposible... Pensé que eras ese hermoso sueño que jamás iba a poder tener y ahora que te tengo aquí... Aún creo que es un sueño -sonrei- pero no quiero despertar por qué eres todo lo que necesito en este mundo... Eres ridículamente alocada y poner mi mundo de cabeza a cada segundo del día, pero amo ese desorden que pones en mi vida... Te prometo que yo siempre voy a ser lo que necesitas, seré tu fiel compañera y siempre voy a amarte con todo el corazón... Lucharé por qué esto sea para siempre... Te lo juro -la morena me miró con lágrimas en las mejillas y una sonrisa radiante-

Alice, ¿Aceptas a Giselle como tu esposa para amarla y cuidarla por el resto de sus vidas, incluso cuándo la muerte las separé? -dijo con el ligero cambio que hicimos nosotras-

Si, acepto -Zoe le dio el anillo de bodas y la morena lo puso en mi dedo-

Y tú, Giselle, ¿Aceptas a Alice como tú esposa, para amarla y cuidarla por el resto de sus vidas, incluso cuándo la muerte las separé? -tome el anillo y lo deslice por el dedo de la morena-

Acepto -sonrei-

Entonces, por el poder que me ha conferido la santa iglesia las declaro esposas, puedes besar a la novia -sin perder el tiempo me lance a los brazos de Alice-

La besé con dulzura saboreando ese primer beso de nuestra nueva vida juntas... Una vida ya no como su mejor amiga, sin esconder lo loca que estoy por ella, sin más dolor y miedo... Una nueva vida donde soy la otra novia y no la querida dama de honor.



Mi Querida DamaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora