Mi Querida Dama

Un Inicio Y Un Final

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Piel morena, cabello negro, brillantes ojos marrones, labios rojizos, curvas delirantes, un vestido blanco y una sonrisa perfecta... Todo en ella me parece una obra de arte, todo en ella me hace desear gritar con todas mis fuerzas lo mucho que la amo y al mismo tiempo también deseo odiarla, eso último lo puedo sentir en mi interior aunque lo mantenga escondido mientras la veo caminar hacia mi. Sus ojos conectan con los míos y su radiante sonrisa se borra de golpe, me mira con tristeza y yo solo puedo sentir como mi corazón se acelera; ella llega a mi lado sin despegar su vista de mi, me entrega el ramo de flores que trae entre sus manos y luego me da la espalda.

Queridos hermanos, estamos aquí hoy para presenciar la union entre Alice y Bastian... -iniciaron-

Escucho que alguien habla, pero no le prestó mucha atención pues mi mirada está clavada en la nuca de la morena que tiene su mirada puesta en Bastian. Ella se está casando... Está uniendo su vida a la de el, y aunque quisiera, la triste realidad es que no puedo detener la boda por qué yo elegí esto, yo fui quien decidió ser solo una espectadora de su felicidad y no luchar por ser parte de ella.

¿Y tú, Alice? ¿Aceptas a Bastian como tú legitimo esposo hasta que la muerte los separe? -mi atención se centro en el hombre que hablaba y luego de nuevo en Alice-

Para ese momento mi rostro ya está bañado en lágrimas amargas que todos confunden con lágrimas de felicidad por ver a mi mejor amiga casándose; la morena giro un poco la cabeza hasta lograr verme, de
nuevo una sonrisa triste surco en su rostro y con solo ese gesto me dijo «Mirame... Esto es tu culpa», luego su vista regresó a su novio.

Aceptó -dijo con firmeza poniendo por completo el punto final que yo empecé a escribir-

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Desperté de golpe sentándome sobre la cama, por mi rostro resbalan gotitas saladas cargadas de dolor, de furia y de arrepentimiento. El dolor de verla casarse ni siquiera en mis sueños puede disminuir por qué al final dolor es dolor y ese dolor ni siquiera yo puedo controlarlo, puedo negar que está ahí, pero no puedo aniquilarlo por que solo lo haría regresando a los brazos de Alice y aunque deseé hacerlo, la verdad es que no puedo... ¿Que tanto más puede doler un corazón roto? ¿Cuánto más debo sufrir antes de poder ser feliz? ¿Que necesito para olvidarla...? ¿Por qué el recuerdo de sus labios en mi piel me torturan de está forma?

Decidí levantarme de la cama por qué de cualquier forma ya no podré dormir después de ese horrible sueño, salí de mi habitación y casi de inmediato empezó a sonar el teléfono dijo de mi casa, corrí para contestarlo y finalmente lo hice. 

¿Hola? -dije aún pensando en mi sueño- 

Hola... -susurro una voz muy conocida para mi-

Alice... -susurre con tristeza- ¿Por qué me llamas? 

Yo... deje algunas cosas en tu departamento y me preguntaba si puedo ir a recogerlas... -dijo nerviosa-

Claro, son tuyas después de todo -suspire- te ayudaré a empacarlas, solo dime a qué hora pasarás a recogerlas para dejarlas con el portero...

No es necesario, puedo ir y empacarlas yo misma... -dijo nerviosa-

No, lo haré yo y las dejaré abajo para que no tengas que subir -dije más brusca de lo que esperaba-

De verdad ya no quieres tenerme cerca... -dijo dolida-