Locura

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—¡No! ¡Eso es una locura! ¡Estas loca! —Vociferaba el rubio fuera de si cubriendo los oídos del niño, este solo seguía jugando con su pulpo mientras los hermanos parecían arrancarse las cabezas con la mirada.

Hace más o menos una hora que habían llegado a su destino, era una casa verdaderamente preciosa. Más que casa normal una mansión. Prácticamente cubría unas dos cuadras enteras junto con sus jardines y la piscina.

Con lo rápido que Thalia había conducido, estuvieron ahí en tan solo en unos minutos. El rubio aún recordaba el viaje, Percy se había reído mucho como si no notara que pudieron morir en más de una ocasión.

—¡¿Quieres parar?! —Había comenzado a gritarle a su hermana cuando habían girado bruscamente. Se sentía en uno de esos juegos de feria, en los que te subías y todo se movía a todos lados, el único objetivo del juego era que la gente se estropeara. Y lo último que deseaba Jason era: Estropearse.

Sus manos se aferraban con fervor al pequeño y frágil cuerpo del niño que llevaba en su regazo. Este al contrario no parecía nada asustado con ello, soltaba risas divertidas y daba saltitos sentado en las piernas del rubio, también aplaudía con sus manitos. Y a Jason le daba la impresión de que la alentaba a conducir más rápido.

—Δώστε τον Πρεσβύτερο! Δώστε το! Ταχύτερα! Ναι! (¡Dale Anciana! ¡Dale! ¡Más rápido! ¡Yay!) —Soltó una risa más fuerte cuando el auto se fue hacia adelante, el pudo haber salido volando contra el parabrisas de no ser porque Jason lo estaba sosteniendo.

El rubio no entendía porque el era el único que parecía asustado con la forma de conducir de su hermana. Percy seguía riendo, a pesar de que su brazo en una de las frenadas había dado contra la puerta del auto, solo se había reído aún más y aplaudía divertido. Su chupete no había dejado de sonar desde que ella había aumentado la velocidad y más con la música de Metal que sonaba.

—¡¿Nos quieres matar?¡ —Pregunto a su hermana cuando por fin estaban cerca y una luz roja les había detenido. La primera que su hermana respetaba de todo el trayecto.

—No, pero debía asegurarme de que nadie sepa a donde vamos —Contesto ella con tranquilidad.

—Έχει τελειώσει; Θέλω περισσότερη ταχύτητα (¿Ya se acabó? Quiero más velocidad ) —Percy hacia pucheros mientras ella comenzaba a conducir con calma. Jason se limitaba a acariciar su cabello —Γέρος, μου αρέσει η ταχύτητα. Γιατί σταματήσατε; (Anciana, me agrada la velocidad ¿Por qué te has detenido?) —Miraba con reproche a Thalia.

—Πρώτον, μην μου πείτε γέρο, γέρο. Το όνομά μου είναι Thalia, επαναλάβετε μαζί μου Tha Lia (Primero, no me digas anciana, anciano. Mi nombre es Thalia, repite conmigo Tha Lia) —Percy miraba fijamente a la hermana de Jason.

—Tha... Lia... ηλικιωμένη γυναίκα (Anciana) —Percy se río con fuerza cuando Thalia frunció el ceño con enojo. Jason solo suspiro, no entendí nada de lo que estaban diciendo ninguno de los dos —Thalia —Repitió con esfuerzo cuando ella estacionó el auto.

—Καλά είσαι έξυπνος (Bien, eres algo listo ) —Felicitó ella bajando del auto.

—Claro, siganme ignorando no más —Rodó los ojos Jason también bajando del auto junto con Percy.

—Είμαι λαμπρός (Yo soy brillante) —Se ufano el pequeño y ella río a carcajadas. Jason solo cargo con él al interior de la casa.

Todo se veía como el rubio la recordaba, grande, blanca y solitaria. Su casa era tan fría que apostaba que un pingüino del ártico viviría más que feliz ahí, también había algo particular en su casa y eso era que habían estatuas, estatuillas, figuras de bronce, todo lo que fuera de los dioses. Bueno de la mayoría de dioses, ya fueran griegos, o romanos, solo había uno del que no tenían nada.

El Extraño Niño Del Mar [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora