Recuerdos

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—¿Vas a ir hoy a la escuela esa? —Decía una mujer de cabello castaño, estaba sentada delante de un pelinegro que estaba perdido en pensamientos.

—Si, hoy tengo entrenamiento con ellos —Contesto de forma distraída —Luego iré a la oficina —

—¿No vendrás a almorzar? —Ella alzó entre sus manos una taza humeante de café.

—No, creo que comeré algo cerca de la oficina —Dejo la servilleta que antes descansara sobre sus piernas sobre la mesa —Gracias por el café Tessa —Se levanto, camino hasta ella y beso un costado de su cabeza.

—Tan frío como siempre.

—No empieces Tessa —Renego alejándose de ella para dejar la taza en el lavadero.

—Te recuerdo, que debes ayudarme a elegir las cosas de NUESTRA boda, mínimo verlas —Mencionó ella volteando a mirarle, pues ella estaba en una mesa pequeña delante del mesón de la cocina y él detrás de este, lavando su taza.

—Sabes que lo que elijas estará bien —Se quedo mirando la taza con algo de molestia, su ceño se frunció. Tessa bufó.

—Siempre dices lo mismo, parece que no te interesara la boda Perseo —Soltó ella con molestia, él no contestó. Un silencio incómodo se instaló en la habitación. —No te interesa —Murmuro con desaliento.

—Quizá es muy pronto para una boda, un compromiso es algo muy grande —Contestó el dejando la taza en su lugar. Una taza blanca, sin diseños, como cada cosa en el departamento. Todo muerto y sin vida. Ninguno volvió a decir nada por un momento.

—Veré lo de las flores esta tarde, espero te gusten las que elija —Trato de sonar animada, él sabia que era falso.

—¿Aún quieres seguir con esto?

—Es nuestra boda, mi boda, yo te amo y será un día hermoso para ambos, porque también me amas —Aseguro ella en una voz muy baja, con mucha inseguridad.

—Debo irme ya —Salio de la cocina, recogió sus cosas y salió del departamento. Estando en el ascensor se derrumbo contra la pared de este —Tessa, Tessa —Susurro cerrando los ojos con fuerza y golpeando su cabeza contra la pared. Trato de calmarse mientras bajaba.

Una vez afuera camino a su auto como si nada, tratando de fingir que todo estaba bien. Condujo con cuidado hasta estar delante de la escuela, veía a todos los jóvenes que llegaban hasta que notó algo extraño, a alguien que hace rato no veía y que no debía estar ahí.

—¿Luke? —Susurro viendo que el rubio estaba en un auto, de este bajo un azabache con un parche. Perseo se escondió detrás de algunos estudiantes y detrás de unas gradas, para acercarse a ellos.

—... Esto acabará pronto —Decía Luke sobando los hombres del chico —Y entonces podrás dormir bien —Beso su costado de la cabeza.

—Sueltame —Se zafó del agarre del rubio, este solo sonrió con arrogancia, el otro frotaba su ojo descubierto —Dormire bien, cuando dejes de querer cosas en la madrugada —

—Pero si también querías —Intento tomar al otro por la cintura, pero se detuvo. El azabache al parecer le dio una mirada de muerte, o eso entendió Perseo.

—Sólo lárgate —Gruño el azabache de mal humor, el otro sonrió mientras pasaba su mano por su barbilla.

—Dame un beso —Pidió y el otro miro a todas partes, los demás estudiantes fingian no prestar atención. Fue un movimiento rápido, fugaz, pero había besado los labios del rubio, luego desapareció de ahí.

Perseo salió cuando vio a Luke alejarse en el auto ¿Salía con un chico de secundaria? ¿Era de secundaria, o preparatoria? Trato de recordar al chico, sentía que lo vio en una de las clases, eso quería decir que era de preoperatoria. Aunque estaba muy bajito.

El Extraño Niño Del Mar [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora