Perseo.

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—No puedes —Decía el rubio de forma tajante al pequeño niño que estaba sentando en la cama frente a él.

—¿Por qué no? —Hizo sonar chupete molesto, cruzo sus brazos sobre su pecho.

—Ya lo hablamos, no puedes estar conmigo en la ducha y punto —El niño lo miraba con su ceño fruncido mientras tomaba una toalla y se adentraba al baño. Percy se bajo de la cama y camino hasta la puerta del baño —No Percy, no puedes —Trato de sacarlo una vez más del baño.

—Si puedo, quiero ver lo que haces y que no huyas —Replico el niño mientras el otro lo levantaba y lo ponía en su cuna.

—No voy a huir, solo voy a estar en el baño. —Se metió enseguida al baño, todo estuvo bien por cinco segundos. Lo siguiente que escucho fue un golpe, un gruñido y el llanto al final, salió corriendo del baño —Percy —

—Yo solo quería, yo solo —Seguía llorando mientras el otro revisaba la herida que se había hecho en la frente. Cayo de su cuna directo al suelo, seguramente de estirarse por querer salirse de esta, el rubio lo consoló hasta que dejó de llorar y se resignó a que tendría un acompañante eterno para sus duchas.

—Jason ¿Estás ahí? —Percy estaba sentado en el suelo del baño ahora, dándole la espalda a la ducha. Jason comprendió que el no sabia nada acerca de privacidad, bueno siendo un "príncipe" del mar, criado con un montón de hermanos y su manía de nunca estar solo, seguramente siempre había estado vigilando que siempre haya alguien cerca. Incluso cuando se bañaba.

—Si, aquí sigo. No voy a huir —Contesto el rubio mientras se enjabonaba, ahora sus alertas se encontraban al máximo. Percy siempre abría la cortina de la ducha —Incluso cuando prometía no hacerlo—

—¿Vamos a ir con Annabeth? —Pregunto Percy y al rubio casi le dio algo cuando la cortina se abrió hacia un lado. Los pequeños ojos verdemar estaban mirándole fijamente.

—¡Percy! —Chillo tapándose con sus brazos el bóxer mojado y blanco que cargaba —Ya hablamos de esto —

—No has contestado mi pregunta —El niño apretó el borde del muro de la ducha con sus pequeñas manos mientras su cuerpo se inclinaba hacia adelante.

—Si, iremos donde Annabeth, ahora date vuelta y deja que me bañe —Cerro la cortina bruscamente una vez más. Miro por última vez a Percy, este se sentó de nuevo en el suelo con las piernas cruzadas estilo indio dándole la espalda a la ducha. El rubio no sabia que pensar exactamente, o era muy inocente cuando hacía estas cosas, o muy pervertido, pero no creía demasiado en lo segundo.

Cuando termino de bañarse fue el turno de Percy para hacerlo. Jason lo tomaba como una segunda ducha para él, aún se comportaba como un niño de tres años, chapoteaba, gritaba, jugaba y llenaba todo de espuma. No podía bañarse sin espuma para baño.

—Si supongo que Piper también irá —Jason secaba con cuidado el cabello de Percy.

—Me agrada Piper, es buena, aunque no me gusta cuando esta cerca de ti.

—Lo he notado, pero no entiendo porque —Lo bajo de la silla en la que estaba subido, Percy volteo a mirarlo. La diferencia de alturas era abismal, pero aún así las miradas de Percy cuando se lo proponía podían dejar de ser las de un niño. Jason casi podía verlo de su altura mirándole fríamente.

—No me gusta —Murmuró con simpleza, luego sacudió la cabeza y sonrió —¿Me cargas? —Estiro sus manitos hacia el rubio, este obedeció.

—Bien vamos de una vez —Lo acomodo en sus brazos —Y deja de lanzarle mis cosas a Teseo —

—Me gusta lanzarle cosas —Se recostó contra el hombro del rubio.

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En algún aeropuerto de la ciudad de Florida, un joven de cabellos negros caminaba tratando de esquivar a la gente, tenía algo de sudor en el cuello y maldecía entre dientes. Se notaba que no estaba a gusto de estar en un lugar tan cálido.

El Extraño Niño Del Mar [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora