El Extraño Niño Del Mar [Terminada]

Entrenamiento.

—Mañana entro a clases —Jason salto a un lado esquivando la espada —¿Qué va a pasar con Percy? —Rodó por el suelo evitando el fuego que lanzaba el aparato contra el que luchaba.

—No lo sé, pero no te distraigas —Contesto Thalia tomando de su vaso. Estaba recostada sobre una tumbona Blanca, llevaba un pequeño short jean y una blusa negra.

—El tendrá que ir contigo —Teseo jugaba con Percy en la piscina. Pero no se veía como una persona normal, en el lugar donde debería tener piernas había una cola, una larga cola de color morado, poseía dos aletas y Percy estaba a su lado, nadaba con unos lindos flotadores de Nemo en sus brazos —Apesar de que le dijeron al rubio que no los necesitaba—

—Jason —Llamo Percy. Si, por fin había entendido su nombre. Después de también aprender algunas otras cosas más en estos días.

Jason aún recordaba ese día que aprendió a decir su nombre. Fue hace dos días, un día después de que le dijeran que era un semidiós. Estaba en la casa solo con Percy, sus hermanos estaban tratando de establecerse en el mundo moderno, por ende tenían cosas que comprar.

—No sabemos dónde está la caja contenedora, sin ella no podemos irnos —Explicaba Teseo mientras caminaban para salir de la casa ese día.

—Y hasta que la encontremos estaremos aquí, porque Percy no puede regresar con nosotros sin ella. Una cosa es que respire bajo el agua estando despierto, pero no puede dormir sin esa caja —Decía Belerofonte y por alguna razón a Jason le parecía el más agradable de los cuatro. Además era con el que menos Percy peleaba, se lo veía más tranquilo cuando estaba con él —La buscamos entre los escombros, pero no la hayamos, así que hasta que podamos ponerlo de nuevo dentro y sea uno de nosotros quien pueda ejercer dominio sobre Percy. Estamos atados aquí —

—Creenos cuando decimos que ninguno quiere estar demasiado tiempo aquí —Gruño en esa ocasión Tritón. Jason sabía que era el mayor de todos ellos, también conocía algo de su historia y hasta dónde entendía nunca había puesto pies en tierra después de casi milenios.

—Yo tengo que ir a hablar con papá, también conseguir cosas con nuestro primo —Thalia tenía las manos detrás de la cabeza y caminaba despreocupada, abrió la puerta y salió. Todos salieron detrás de ella, la servidumbre había sido despedida, debían cambiar de personal decía Thalia, porque ahora tendrían que contratar personal más adecuado.

—Bien, estamos tu y yo Percy —Le sonrió con cariño al pequeño, este río abrazándose a su cuello. Pero en cuanto Jason lo soltó, la tortura del rubio comenzó.

Todo en la casa de Jason era delicado. Era, es la palabra clave. Porque en unos segundos muchas cosas comenzaron a terminar en el suelo, en especial porque Percy no entendía lo que decía Jason. Adiós al carísimo jarrón de la dinastía Ming, adiós a la estatua que llevaba en la familia desde que Jason recordaba —Había sido de Zeus— Adiós al cuadro de la diosa del matrimonio —La madre de Jason lo iba a agradecer, siempre lo odio— Adiós también a la colección de armas antiguas romanas que tenía su padre.

—Cuidado —El rubio logró sacar a Percy del pedestal de un fauno de piedra antes de que cayera al suelo y se hiciera añicos, no quedaron ni los pequeños cuernos de este. El niño contrario a asustarse río mucho y aplaudió —Debemos hablar de esto —Miro con severidad a Percy.

—Γιατί το έχεις στο ξανθό πρόσωπο σου; (¿Para qué tienes eso en la cara rubio? ) —El niño le quitó las gafas, o al menos lo intento. Jason se las quitó y le quedó mirando —Φαίνεται καλύτερα χωρίς αυτούς. (Te ves mejor sin ellas.) —Apretó las mejillas de él entre sus pequeñas manos, el otro las retiro despacio.