Gym

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Kukiko ha podido darse una refrescante ducha. En momentos como estos se alegra de tener una habitación para él solo ya que puede merodear todo lo que quiera desnudo o en toalla sin la vergüenza de tener ojos sobre él. No le gusta que los demás le vean, ni siquiera cubierto por su ropa interior. Kukiko se siente feo. O más bien él le hizo sentirse así.

No puede evitar pensar en cómo les estará yendo a los chicos con el guía. Tampoco puede evitar quedarse como tonto leyendo una y otra vez el plan escrito por ese chico. Sus ojos se quedan fijos siempre cuando llega a esos tres corazones pequeños al final.

Él no lo entiende. Por qué un chico tan lindo como Jung siquiera se fija en alguien como él. Lo único que se le ocurre es que ese chico solo quiera tener sexo o algo así, sino por qué razón le mira tanto. Tal vez lo vea como una presa fácil.

Un suspiro sale de sus labios pero el sonido de su celular llama su atención, asustándolo de sobremanera cuando solo un número desconocido se adorna en la pantalla. Desbloquea su celular y su corazón duele cuando descubre unas 30 llamadas y unos 40 mensajes provenientes de ese número. Él ni siquiera tiene que revisarlos, ya sabe de dónde provienen. Por eso borra todo y bloquea a ese nuevo número, siendo esta la quinta vez que tiene que hacerlo.

Sus ojos tiemblan ante el temor. Él no va a rendirse, no va a dejarlo en paz hasta destrozarlo por completo.

Kukiko aprieta sus párpados con fuerza y lanza su celular a su cama. Está molesto, triste y muy asustado. Él hizo este viaje solo para alejarse de esa persona, para intentar salirse del infierno en que se había convertido su vida.

Ahora se siente mal consigo mismo. ¿Por qué cae tan fácil ante los que se fijan en él? ¿Acaso nunca va a aprender la lección?

....

La hora de cenar ha llegado y Hoseok aún está peinándose frente al espejo de su habitación. Tarareando una melodía se asegura de que sus revoltosos cabellos empaten de alguna forma. Frente a él, en la mesa yace la ficha del lindo chico japonés y él aparta sus ojos de su reflejo solo para disfrutar de su linda foto. Incluso ha releído bien sus datos y algunas ideas han surgido en su cabeza que podrá utilizar a su favor.

Cuando por fin se digna a bajar hacia el restaurante, puede encontrar a su grupo fácilmente, agrupados en una esquina del enorme lugar. Puede verlos a todos sentados en una sola mesa a excepción del castaño quien ha terminado en un pequeña mesa solo. Hoseok saluda a los demás con su mano y ellos le devuelven el gesto con una extraña sonrisa, pero él no le toma importancia. Simplemente se dirige hacia Kukiko, quien ya tenía su comida servida y esperaba con su mentón apoyado en su mano.

-Hasta que llegas...

-¿Estabas esperando por mí? Qué agradable.

-Es educación básica...

Hoseok se sienta en la silla frente a él y puede notar que ni siquiera ha subido su mirada, solo parece estar concentrado en su plato de comida.

-¡Mmmm! ¡Dios! Está deliciosa la comida ¿cierto?

-¿Uh? Sí...- Hoseok se lleva un bocado a la boca y le mira de reojo ante su corta y bajita respuesta.

-Sabes, nos fue muy bien hoy. El bajito estaba emocionado todo el tiempo. Hice un buen trabajo- Le habla emocionado pero él no responde. Ni siquiera parece estarle prestando un mínimo de atención.

-¿Qué te ocurre? No te notas muy animado.

-¿Uh? No pasa nada, solo...no me gusta hablar cuando como.

-¿Seguro?- Y Kukiko finalmente alza su mirada, Hoseok le sonríe automáticamente y él se maldice en su interior por siempre dejarse llevar por ese traicionero gesto.

You!! STOP!! 🔸️JungHope🔸️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora