JungHope♡
Hoseok está en el tercer año de su carrera universitaria, sin embargo no le está yendo muy bien.
Es por eso que cuando su Decano le propone ser el guía de un grupo de jóvenes extranjeros, encuentra la oportunidad perfecta para subir en la...
Hace 30 minutos que ha regresado a su habitación, sin embargo no puede mantenerse tranquilo, mucho menos dormir. A su lado están tirados los dos celulares, el suyo apagado y el de Hoseok tentándole a tomarlo y revisarlo.
Pero no, eso está mal. Él no puede revisar algo tan personal como el celular de Hoseok. Él no debería pero quiere, la curiosidad no le deja dormir. Carraspea mientras se gira para darle la espalda al aparato, pero sus ojos siguen bien abiertos. Se vuelve a girar y acerca sus dedos al rectangular objeto, lo acaricia por el borde y se muerde el labio ansioso.
Hoseok sabía las consecuencias de dejarle su celular, seguro lo hizo porque no tiene nada realmente que ocultar. Eso se dice para aligerar el peso de la culpa por lo que está a punto de hacer.
Él solo quiere saber cómo Hoseok le tiene registrado, solo eso en realidad.
Cuando se acomoda en la cama y toma el celular, justo se da cuenta de que este es de un color rosado, casi rojo, con trazos de flores, como si estuviera personalizado, y él frunce un poco su ceño porque recuerda muy bien que el color favorito de Hoseok es el verde.
Decidido a no prestarle mayor atención a ese detalle, lo enciende y su ceño se frunce un poco más cuando le recibe una bonita foto de una chica muy bonita de fondo. Él aleja el aparato un poco y entrecierra sus ojos pero el recuerdo de que Hoseok tiene una hermana menor le salva de sus macabras conclusiones.
-Wow, se parecen...- Él la mira por un rato, admirando los lindos rasgos que comparte con Hoseok, como sus hoyuelos y sus pequeños y perfectos ojos.
Luego busca la aplicación de contactos y rebusca por la letra J, incluso se fija en las K pero no encuentra nada.
-¿Uh?
Hoseok tiene muchos contactos, y ya se siente marear al ver tantas letras coreanas por eso se dirige al marcador y anota su número, apareciendo al momento el nombre de su contacto.
》🍪Pastelito 💞《
Él no puede evitar reír un poco, de esa forma que vuelve sus ojos en finas líneas y deja mostrar sus blancos y grandecitos dientes. ¿En serio guardó su número de esa forma tan cursi?
-Aishh...
Él se queda unos segundos de esa forma, solo observando su nombre reflejarse en sus oscuros orbes. Pero sus dedos tiemblan un poco y termina presionando una ventana que quizás no debió. La galería de imágenes ahora está ante sus ojos y él traga avergonzado por su nada a propósito descaro. Una carpeta en particular llama su atención y, mirando a los lados como si las lámparas y los cuadros fueran a juzgarle, presiona con su dedo en el pequeño cuadrado que se expande.
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-Oh my god...
Casi 1600 fotos solo de Jung Hoseok y él ya se siente hiperventilar solo con ver las primeras diez.
>>¡Ayyyy sus orejitas!<<
>>Realmente le gusta comer...<<
>>Jajajajaja<<
>>¿Tiene un perrito?<<
>>Uhmmm<<
>>Tonto...<<
>>¡Madre de dios sus hoyuelos!<<
>>Sip, come bien<<
>>Esto...Maigad...<<
....
Un chico japonés de cabello castaños está casi corriendo todo el camino desde su habitación hasta el elevador. Con ansiedad presiona el botón justo en medio de las dos puertas, traga dos veces y sostiene su bolsa con fuerza.
¿Cómo pudo quedarse dormido? No es posible que Kukiko, el chico ejemplar de 4to año de la Facultad de Turismo, el Guía Designado de su grupo esté llegando tarde a su transfer esa mañana. Se siente horriblemente idiota y mal justificado. Ahora señores, ¿con qué cara le exigirá al tonto coreano cada vez que incumpla con algo?
Pero a Hoseok no parece molestarle, mucho menos importarle su evidente atraso, porque simplemente le saluda con esa hermosa sonrisa y extiende la mano para tomar su bolsa.
Kukiko jadea por aire cuando llega a la salida, frente a un curioso Hoseok y un bus con sus compañeros ya a bordo esperando por él. Puede ver a Kimino ondeando su pequeña mano como saludo a través del cristal y él desvía la mirada avergonzado.
-Buenos días, dormilón- Es la voz de Hoseok la que lo trae a la realidad. Él parpadea ligeramente sonrojado y le hace señas con la cabeza para que abra el maletero del bus.
-Buenos días...- ¿Debería pedir disculpas por su atraso?
-No te preocupes mucho, apenas he llegado yo también- La calmada y dulce voz del azabache logra acelerar y calmar a su corazón a la vez. ¿Cómo es eso posible? No lo sabe- Los chicos están esperando, solo es el gruñón quien no parece muy contento...
-¿Miyuni?
-Umm...
-No te lo tomes personal, suele ser así al inicio.
Hoseok sonríe y asiente mientras cierra el maletero. Kukiko se aclara la garganta mientras rebusca en su bolsillo delantero por algo.
-Umm esto...- Él extiende su palma con el celular hacia Hoseok, quien le mira dulce y lo toma, asegurándose de que sus pieles se rozaran- Gracias por todo...
-De nada, lindo~
-¡Oy..Oye!- Hoseok ríe divertido cuando suelta un gritito, llamando la atención de los demás al otro lado del cristal.
-¿Te sientes mejor?
-¿Uh?
-Es que anoche me dejaste preocupado...
-Estoy bien.
-Como ya dije, puedes contarme lo que sea, tal vez pueda ayudarte. Como amigo, como tu guía y como futuro novio- Y el guiño que le suelta junto a su perfecta y brillante sonrisa es la gota que rebasa el pequeño vaso que mantenía a raya sus emociones.
-¿Novio?- Él le reclama totalmente rojo y alargando las o de su palabra- ¡Ja! N..no seas así durante el trabajo- Sisea haciéndole señas con sus ojos hacia atrás, donde un pequeño Tae, Namu y Kimino miran curiosos, un Miyuni con un puchero y ojos cerrados medio molesto.
-Pero si tu celular está roto no podré ser cursi en las noches- Kukiko bufa no creyendo que Hoseok le esté haciendo pucheros y hablándole como niño justo frente a sus compañeros, el chófer impaciente del Bus y el resto de clientes alojados que entran y salen.
-¡Bueno! ¡Ya! ¡Yo lo arr..arreglo para esta noche! Ya métase al Bus.
Hoseok asiente complacido y le mira una última vez antes de dirigirse hacia la pequeña escalera del vehículo. Kukiko puede ver a un Kimino cubriendo su rostro al ser descubierto y bufa aún rojo.
El Bus no tarda en comenzar su viaje hacia la próxima ciudad. Serán unas 3 horas de viaje y Kukiko ha decidido hacerle compañía a un medio dormido Miyuni, casi al fondo del pequeño Bus. Unos cuantos asientos más adelante está el tonto de Hoseok riendo y hablando, a duras penas y usando su traductor, con Namu y Kimino cómodamente.
Al principio el castaño le miraba mal, con su nariz fruncida y el ceño levantado. Pero ahora ni siquiera se da cuenta de la enorme sonrisa y manchitas rosadas que adornan su rostro mientras le ve y escucha intentar hablar sobre cualquier tema.
Estúpido y manipulador Hoseok.
.....
💖💖💚💚
La verdad no pensaba actualizar. No ando muy motivada últimamente. Espero estén bien.