You!! STOP!! 🔸️JungHope🔸️

¿Sí? -Aishh sí.

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Son las 4 de la mañana, la luna aún les vigila desde afuera y Kukiko no ha podido casi dormir. Se talla los ojos, agotado y se gira hacia su izquierda, donde un dormido Hoseok descansa. A petición del menor ambos terminaron compartiendo la cama, pero Kukiko ahora se está arrepintiendo de ello ya que Hoseok es una lombriz bailarina en la cama y no está refiriéndose al doble sentido precisamente.

Él suspira mientras le ve despamarrado a su lado, sus piernas completamente separadas, una mano extendida hacia arriba y otra colgando del borde de la cama. Se pregunta hasta qué límite ambos serán tan diferentes.

Cierra sus ojos aprovechando que el menor parece haberse detenido, sin embargo un lamento sale de sus labios cuando siente un manotazo en su pecho, luego un cuerpo moviéndose hacia él y agarrando su cuello casi ahorcándole. Por eso se levanta un poco y le llama, pero Hoseok es una roca durmiente, nada parece ser capaz de despertarle.

Kukiko rueda los ojos para luego sostener sus brazos, los une por sus muñecas con una mano y lo gira, manteniéndolo inmóvil con su cuerpo tras de él. Hoseok hace un sonido extraño y él se tensa, pero no despierta. Finalmente, luego de unos segundos, parece quedarse quieto de esa forma, apresado entre los brazos del castaño y Kukiko apenas se da cuenta de la íntima posición, como si fuesen una pareja real. Se sonroja un poco pero no se aparta. Acomoda su cabeza tras la de Hoseok, manteniendo una prudente distancia, pero aún así sintiendo esos azabaches cabellos acariciarle la punta de la nariz.

Y Kukiko es un chico con un olfato sensible, demasiado. Desde pequeño adoraba oler los perfumes de su madre, de su padre, de las niñas de la escuela, todos los olores bonitos llamaban su atención.

Por eso, seguro de que el menor está completamente dormido, se acerca a su nuca un poco más, frunciendo su nariz cuando roza con la piel, sintiendo su corazón dar un brinco ante la cercanía a otro cuerpo, y no cualquier cuerpo sino el del chico que le encanta. Después de todo llevar más de 1 año sin contacto físico de ningún tipo también tiene sus consecuencias, especialmente ahora que lo tiene apresado entre sus brazos y está husmeando en sus azabaches cabellos, deseando alcanzar ese delicioso aroma a canela.

Cuando siente a Hoseok removerse, como si estuviera programado para hacerlo cada cierto tiempo en toda la noche, él se acerca aún más, restregando su nariz en su cabello y suspirando bajito gracias a su aroma.

Dios, Hoseok huele perfecto. ¿Hay algo más que pueda gustarle de este chico? Incluso su inocente torpeza y descuido está empezando a gustarle. ¿Esto es el amor? Si es así, entonces Kukiko realmente nunca estuvo enamorado de aquel enfermo idiota.

Aishh estúpido, sensual, torpe, oloroso, cursi y lindo Hoseok.

....

Kukiko despierta cuando los rayos del sol chocan contra su mejilla. Parpadea un poco confundido cuando una mata de cabellos es lo primero que ve, sus músculos duelen un poco por la incómoda posición mantenida durante varias horas. Y es que, Hoseok continúa de espaldas a él, contenido por su peso y con sus brazos a su alrededor.

Kukiko se sobresalta un poco ante su extrema cercanía, sus piernas se enredan más abajo y su erección seguro debe estar golpeando la espalda baja del menor. Sí señor, su erección. Porque vamos, luego de más de 1 año sin dormir de esta forma con alguien y sumándole su siempre presente levantamiento matutino, era casi imposible que Kukiko no amaneciera con su pene duro y listo para arruinar la mañana.

Él intenta separar su pelvis un poco del trasero de Hoseok y...

>>Ahora, contrólate, hay que pensar con las neuronas. Ya sé que quieres tocar la suave y olorosa piel de Hoseok pero hay que mantenerse quieto. Piensa en algo distinto, no en su lindo cabello, su pequeña espalda y su redondo trasero. Piensa en la señora amable que te sirvió la comida, piensa en...<<