Seonghwa era el único que se encontraba despierto aquel día sábado. Terminando de limpiar el gran desastre de ayer, todos dormían, excepto de Yeosang, quién no sabía dónde estaba, cuando fue a preguntarle a Hongjoong, este le susurró bastante dormido: "fue a patinar".
Ya eran aproximadamente las siete, cuando el sol comenzaba a ocultarse, Yunho a regañadientes se había levantado para ir por la ropa a la lavandería, y Mingi preparaba algo de comer para todos, Seonghwa salía del baño después de tomar una ducha, cuando llegó Yeosang, con un bolso sobre sus hombros, saludó a todos allí, y fue a dejar sus cosas a la habitacion, saliendo de esta con una toalla, entrando al cuarto de baño.
— En la madrugada, Yeosang, ya sabes, comenzó a sentirse mal — dijo Mingi con una pequeña sonrisa, Seonghwa se giró, viéndolo con el ceño fruncido mientras secaba su cabello.
— ¿A que te refires? — preguntó sin entender al menor, Mingi imitó a Yeosang vomitando. Entonces Seonghwa abrió sus ojos como plato, preocupándose al instante.
— Pero luce bien ahora — dijo aliviado, terminando en la cocina, Seonghwa asintió levemente, viendo en dirección a la habitación de Yeosang.
Cuando todos estuvieron en casa, cenaron en conjunto, hablando de temas al azar. Al terminar lavaron las cosas que habían sido utilizadas, y fueron a sus habitaciónes, Yunho y Mingi a ver su serie, y Hongjoong para seguir durmiendo.
Yeosang colocó su pijama, viendo a su compañero dormido, hizo un pequeño puchero abrumado, tomó uno de sus peluches y entre la oscuridad, se escabulló hasta la habitación de Seonghwa. Pensó que sería una buena idea, a pesar que se sentía avergonzado, sabía que el mayor no sería malo con él.
Al llegar tocó suavemente la puerta, espero unos segundos, hasta que la voz de Seonghwa se escucho a través de la puerta con un ahogado: "pase". Yeosang comenzó a sentirse nervioso, y ahora arrepentido, se sentía como un pequeño bebé, uno torpe.
— H-hyung — susurró Yeosang, entrando a la habitación de Seonghwa, quién tomó asiento en la cama, prendiendo la pequeña lámpara a un lado de su cama.
— Yeosang, ¿pasa algo? — preguntó preocupado, haciéndose a un lado para darle espacio al menor. El de pijama de conejitos se sentó a un lado del mayor, mirándolo apenado.
— ¿h-hyung, puedo d-dormir contigo? — preguntó mientras temblaba levemente. Seonghwa atrajo el pequeño cuerpo de Yeosang hacía él, arrullandolo en su pecho.
— Claro que sí, lindo — susurró, para luego apagar la luz de la lámpara, y recostarse con el menor, abrazándolo con protección, queriendo que el menor se sintiera protegido a su lado — ¿Esta bien así? — preguntó viendo cómo Yeosang se ocultaba sobre la corvatura de su cuello, aferrándose a él. Yeosang asintió tímidamente.
Se sentía bien con él mayor, las caricias sobre su espalda hacían que restregara suavemente su cabeza contra el cuello de Seonghwa. El mayor sentía que se desvanecería en cualquier momento a causa de Yeosang, desde ahora, anhelaria dormir todas las noches con el menor.
