Capítulo VII

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~ Permite que tus notas se quede
grabadas en mi mente y aún
en la aflicción, las recuerde ~


- Eh...

Sus ojos seguían posados sobre aquellos rosados labios que pertenecían a la de cabellos negros. Tenía inmensas ganas de poseerlos y tomarlos como suyos de una vez, ya. De nuevo sintió esas inmensas ganas de monopolizarla, hacerla sólo de él. Sabía que no podía, pero seguía escondiendo una esperanza.

La tenía entre sus dos brazos, provocando que el cuerpo de la fémina tirase hacia atrás, chocando contra uno de los casilleros. Se abalanzó contra su rostro esperando tocar esos suaves labios que tanto anhelaba.

- Marcel.- lo nombró con su siniestra voz mientras con agilidad, posicionó su mano en la boca de su contrario evitando el choque hacia ella.

- Joder, Mikasa. Ya te vale.- se quejó el azabache y al tanto la dejaba libre de su agarre.

- Deja de hacer el idiota.- bajó su mirada visualizado sus pies, con un pelín de nervios. Sabía que aquel muchacho ya había tratado de besarla muchas veces pero está vez ella no pudo evitar sentirse más acorralada que nunca, todo por culpa de Eren.

- Es que me gustas, ¿Sabes?- aclaró el joven llevando sus manos a los bolsillos, y así, la mirada por encima del hombro.- Y voy en serio.

- Ajá, deja que me lo crea, estúpido.- se cruzó de brazos manteniendo el contacto visual contra aquel, era la única manera que tenía de protegerse, aterraba a los demás con sus fríos ojos y así dejar claro quién mandaba.- Nadie va a enamorarse de la zorra de todo el centro.

- No eres eso, Ackerman.- rectificó Marcel con la mirada en ella, pero la apartó rápido sabiendo que en ese juego nunca la ganaría. Estaban solos en aquel pasillo.

Aprovechó el descuido de la joven pensando que estaba sola, pero se vió arrinconada trás ingerir de nuevo esas pastillas. Así, cuando giró su rostro volvió a encontrarse con Marcel, casi se había convertido en un vicio para él cometer ese tipo de actos.

- Con esta van nueve veces.- comentó mientras el chicle que tenía en su boca hizo una burbuja explotándola al instante.- Si eres capaz de teñirte el pelo por mi también puedes dejar de acosarme.

- Sabes que es imposible.- admitió con una sonrisa ladeada apoyando su brazos en uno de los casilleros posicionándose cerca de la chica de nuevo causando que ella levantase su ceja esperando algo más.- Pero si aceptas salir conmigo quizás deje de molestarte.

- Pero accedería a ser tu novia y para que tus amiguitos guays ser rían paso.- contestó calmada poniendo un toque de ironía en su tonalidad.

- P-pero Mikasa.- la nombrada se marchó de ahí dejando al chico aturdido y con más ganas de hablar con ella.- Joder.

~

- ¡La chica que corría!- exclamó el de cabellos rubios con dulce sonrisa de oreja a oreja en cuándo visualizó con claridad a la que se había topado en la mañana.

- ¿A-armin?- cuestionó Mikasa con el rostro dudoso al verlo de nuevo. Coincidía con el en literatura.

- ¡Holis!- levantó su mano aún con una sonrisa pegada en la cara. Verlo tan contento irritaba a la azabache, no podía entender como estaba tan feliz en un mundo como este.

- Oye, ¿haces también literatura?- murmuró la Ackerman al tanto que se sentaba junto con el rubio. Aunque la irritase, ese afecto pasaba rápido y se tranquilizaba al escucharle, algo que le sucedía también con Sasha.

Entiéndeme {EreMika}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora