~Cántame, pero hazlo únicamente
pensando en mi.~Sus párpados empezaban a cerrarse, al igual que los de su contrario. Luchaban por no caer dormidos ninguno de los dos. Habían sido días realmente duros para ambos, en los cuáles Mikasa había dormido un total de cinco horas en esa semana. Estaba agotada, pero temía quedarse dormida antes que Eren, sabiendo que al joven también le faltaba poco para comenzar a soñar.
Se acomodaron de una forma extraña en ese pequeña cama. La mano de la menor aún posaba en la mejilla del castaño, entretanto que trataba de normalizar su respiración, su corazón se aceleraba al ver cómo el Jeaguer perdía en su pequeña competición y caía rendido al sueño. No hubo ningún sonido en la habitación después de que Eren durmiese, solo los latidos alocados en el pecho de la azabache, tampoco sabía cómo calmarlos. El calor que desprendía el joven era agradable, aunque la abrumase un poco ya que sin saberlo había comenzado a abrazarlo.
Reaccionó cuándo los brazos del chico envolvieron su cintura atrayéndola a él. El rostro avergonzado de Mikasa pasaba a estar sobre el hombro de Eren, mientras sus manos apretaban la tela del pecho del castaño. Se maldijo a si misma por haber caído en la trampa del músico, había fingido dormir para tenerla entre sus brazos.
- Me sorprendiste.- susurró en el oído de la Ackerman, manteniendo sus ojos cerrados. Una mano pasaba por la espalda de la chica hasta llegar a sus cabellos negros.
Mikasa tembló al sentir el cálido aliento del chico cerca de su oído. Y se aterró.
- E-eren.- sonó una súplica de los labios de la joven, la cuál captó rápidamente el castaño, alejando su rostro de ella pero aún abrazándola.
Fue capaz de discernir en el semblante femenino un tipo de miedo a lo que estaba sucediendo y se preguntó si ella siempre había sido así de vulnerable. Había escuchado cosas sobre la asiática, en los qué hacía pequeños favores a los hombres, ¿pero realmente actuaba con esos gestos? Era imposible pensar aquello, si sus mismo ojos estaban a punto de estallar de miedo. ¿Por qué actuaba así, entonces?
- ¿Qué te pasa?- murmuró el Jeaguer pasando la mano de su cabello cerca de su mejilla. Estuvo atento al rostro de la chica y se fijó en la herida de ella en su frágil rostro.- ¿Qué es esto?
Se quejó cuándo tocó el recién corte que le habían hecho en su mejilla derecha. Aún seguían lastimándola pero el maquillaje no tapaba todas las heridas, eso y que Mikasa era muy mala con ese tipo de cosas.
- ¿Mikasa?- la llamó cambiando sus facciones a unas de suma preocupación. - Esto no es obra tuya, ¿Cierto?- comenzó a formular teorías sobre la marcha, esa herida no era suya, se la habían causado. Los moratones que tenía a lo largo de sus brazos tampoco eran obra de ella, había alguien que los estaba dejando ahí.- ¿Quie...?- antes de preguntar quién era el causante la misma muchacha lo calló.
- Te dije que no hagas ideas raras en la cabeza.- volvió a hablar con su frío tono de siempre, mientras trataba de dar la espalda al moreno, pero este no se lo permitió.- Eres malditamente molesto.
- No actuarías así si se tratase de una falsa suposición.- la atacó el Jeaguer logrando sorprender a su contraria.- Sé que tu cuerpo rechaza el contacto con otros.- trás esas palabras Mikasa formó una especie de mueca con sus labios, tratando de reír ante algo tan absurdo.
- Estás loco.- rió nerviosa ante las sospechas del músico. Quitó sus ojos de los de él, mirando hacia el pecho del castaño.
- ¿Eso crees?- susurró calmado.- Mikasa.- tomó su barbilla para que mantuviesen en contacto visual.- Si no es cierto, hazme uno de tus famosos favores.- sus ojos no expresaron nada en ese momento, pero con tan solo ver el asombro en los grises de la Ackerman supo que había ganado.
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Entiéndeme {EreMika}
FanfictionElla era la única para él. Él era el único para ella. Los personajes no me pertenecen a mi mas la historia es mía. ❌ NO adaptaciones ni copias, me veré obligada a DENUNCIAR en caso de que ocurra.