Entiéndeme {EreMika}

Capitulo XIV

~Me gustaría ser yo
el que está a tu lado~

Y de nuevo, otro día más el sol aparecía y era viernes, quizás el mejor día para todos los estudiantes.

Nadie se atrevió a comentar nada de la pelea que sucedió el día anterior. La mañana siguiente, Sasha volvió a clases con cara de muerta al igual que su mejor amiga, sus ojos perdidos y un semblante decaído, incluso una aura siniestra las rodeaba. No se dirigieron palabra alguna, las dos entendían que necesitaban unos días, pasando de todo y así se recompondrían.

La llegada de aquel nuevo estudiante no cambió muchas cosas en la academia, bueno, solo llevaba un día a penas entrando a clases, por el momento no pretendía dar explicaciones de su comportamiento en la pelea, pero era fácil de saber, lo único que quería era terminar esos golpes y ya.

De esa forma, el chico de cabellos rubios se dirigió hasta su amiga de la infancia, quién estaba algo agobiada mientras atendía una llamada y guardaba bastantes libros que llevaba en la mano, fruncía el ceño algo molesta y suspiró con pesadez cuándo todos los apuntes que estaban en su mano ahora se encontraban repartidos en el piso.

— Puta mierda.— murmuró para ella misma. Colgó la llamada mientras sus piernas se arrodillaban para recoger todo lo esparcido a su alrededor.

Annie movió un mechón de su cabello en cuánto sus ojos se pusieron sobre los azules de su amigo, a quién tenía al lado y le ofrecía su ayuda ya que también recogía como ella sus apuntes.

— ¿Estresada?— cuestiona con una sonrisa pequeña en su rostro. Su amiga asintió y se puso de pie al igual que él ya habiendo recogido todo.— Deberías descansar un poco.— Armin condujo su mano a la cabellera rubia de la fémina y así la acariciaba con una dulce sonrisa en su rostro.

— N-no tengo tiempo...— respondió con nervios ante el acto de su amigo. Armin podía ser muy cariñoso incluso en su edad.— A demás, después de lo que sucedió con la pelea de ayer....

— ¿Te preocupa eso?— susurró el Arlet bajando su mirada hacia la de la joven.

— El chico va a una de mis clases y supongo que sí me preocupa...— explicó Annie desviando su atención a un lugar que no sean los ojos azules del chico. — Puede que sea un chico problemático.

— Bueno. Tu novio podría protegerte, ¿no?— el tono de su voz cambió drásticamente, ni siquiera él fue consciente de ese cambio. Armin miró a la nada transformando su mirada a una de fastidio. Chasqueó la lengua con molestia para después llevar de nuevo su atención a su contraria, dónde se estrujó su corazón al verla de esa forma, en las que sus ojos estaban llenos de lágrimas que amenazaban con salir, su vista centrada en Armin mientras llevaba los labios entre abiertos encontrándose nostálgica.

— Oh, la hiciste llorar.— una tercera voz se escuchó entre ellos dos. El infiltrado se colgó del hombro del muchacho mientras miraba con curiosidad a la Leonhart, ella rápidamente se giró al tanto que limpiaba sus ojos con verguenza.

— ¿Eh?— el rubio movió su cabeza hacia el más bajito para descubrir el rostro de él y con algo de temor se apartó bruscamente del azabache de ahí.— Eres tú...

— Me llamo Levi, amigo.— rectificó el joven entretanto que se paseaba hasta llegar a la rubia, aún dándoles la espalda.