Set; drabbles de Haikyuu!!

AoHina

Inclusión

Hinata era el niño más popular de la escuela primaria. Todos los días aparecía su sonrisa deslumbrante por la puerta del aula, preparada para enseñarle a sus compañeros de clase un mundo de diversión y caos capaz de opacar la obligación de estudiar. El joven pelirrojo era adorado y seguido en cada una de sus aventuras, por lo que necesitaba más emoción en su vida diaria. 

Un día llegó un niño nuevo al colegio. Se llamaba Aone, era mucho más alto que los demás, tenía el cabello blanco y unas cejas prominentes en las que no se distinguía ni un solo pelo. Su expresión seria logró intimidar a unos cuantos, pero la peor parte llegó cuando otros tantos niños intentaron hablar con él y preguntarle cualquier cosa. 

Por lo visto, el joven Aone solo les había dedicado una mirada desganada y se había marchado al pupitre más lejano de los demás, sin mostrar ningún interés en ellos. Él traía algún cuaderno a clase y hacía dibujos hasta que era el momento de atender a algún profesor.

De alguna forma, su actitud terminó espantando a todos, que dejaron de intentar acercarse al chico nuevo. A todos excepto a Hinata Shouyou. Él también se había asustado la primera vez que cruzaron miradas, pero su curiosidad era mayor que su prudencia, por lo que decidió acercarse a él en cuanto tuvo ocasión.

—¡Hola, Aone! Soy Hinata; ¡espero que nos llevemos bien! —Su último grito había hecho que el niño pegase un salto sobre la silla, por lo que le dedicó una mirada inquisitiva—. ¡Cuéntame algo de ti, venga! ¿De qué escuela vienes? ¿Te has mudado de ciudad? ¿Cuál es tu comida favorita?

Como única respuesta recibió un leve parpadeo antes de volver a enfrascarse en sus dibujos. Hinata pensaba protestar, pero entonces se fijó en lo que estaba haciendo. Quizá fuese algo tosco, pero ese diseño era sin lugar a dudas su cabeza, con su cabello pelirrojo pareciendo una hoguera y una sonrisa que le cubría la mitad del círculo que enmarcaba su cara. 

—Ese soy yo, ¿verdad? —Recibió un asentimiento de su parte. Aquello no pudo emocionarlo más; no es que no sintiese interés en nadie, es que no sabía comunicarlo. Hinata tenía un amigo que también era un desastre con las palabras y con las situaciones sociales, por lo que ya estaba acostumbrado a ciertas actitudes—. Oh, ¿y te puedo pedir otro? Que esté así, ¿vale?, como si estuviese rematando una pelota de volleyball. —El se limitó a asentir de nuevo y ponerse a dibujar algo nuevo. 

Así pasaron todas las clases, con Hinata intentando hacer todas las tareas con él y preguntándole por sus dibujos. No fue hasta que vinieron sus padres a recogerlo, una vez terminada la jornada, que supo por qué se comportaba así: Aone era un niño autista. Hinata nunca había conocido a nadie como él, así que su interés no hizo más que aumentar, prometiéndole a los padres del chico que cuidaría bien de él y le presentaría a los mejores amigos del mundo.

Entonces los tres desaparecieron por la carretera, y a Hinata le pareció ver que Aone se había girado para observarlo hasta que su cuello y su vista no pudieron ayudarlo a mantener el interés. 

No sé si está confirmado o no, pero para mí Aone es autista y no puedo dejar de imaginarlo siendo atraido (momentáneamente) al mundo de la luz gracias al rayito de sol de Hinata, así que salió esto, ndlfksofks.