ADVERTENCIA: Spoilers mazo tochos del manga.
Sus ojos castaños no lo perdieron de vista en ningún momento. Aunque su cuerpo se estuviese deshidratando y la fiebre no dejara de aumentar, no pensaba apartar la vista de la cancha y de lo que sucedía en el partido con el Kamomedai.
Se aferraba a la tablet que le había entregado Kenma como a un salvavidas, deseando que, con solo acercarse más a la pantalla, la cámara girase hacia donde él deseaba y le permitiese captar hasta los últimos movimientos de cada rival. Hoshiumi Kourai era una bestia imparable; sus ojos dorados taladraban cada esquina del campo mucho antes de derribar a todo bloqueador que tuviese delante apuntando a la punta de sus dedos.
Sus manos temblorosas apretaban con fuerza la superficie lisa y, a medida que presionaba más y más, Kenma se acercaba y lo agarraba para que la gravedad no lo tumbase.
Hinata estaba demasiado enfermo para poder transmitir todo lo que quería decirle a él y a sus compañeros.
Se sintió derrotado sin necesidad de que llegase el pitido final.
—Solo observa; no hagas juicios de valor.
Entonces se dio cuenta de que aquellos ojos dorados y felinos no habían apartado la vista de él, que aunque tuviesen el partido en la pantalla prefería fijarse en que estaba bien.
El introvertido e indiferente Kenma le sonrió, como había hecho aquella vez en el final de su partido oficial. Pero esta vez no era de satisfacción sino de comprensión.
Al principio vaciló y no supo cómo interactuar, pero el setter se sobrepuso. Extendió una de sus manos y ahuecó la mejilla ardiente y sudorosa de Hinata.
Al pelirrojo se le hizo extraño, sobre todo viniendo de una persona como él, pero no negó lo bien que se sentía aquel pequeño roce, aquel cruce de miradas y el cariño que impregnaba su suave voz.
—Cuando acabe el partido, deja que te cuide yo. Al fin y al cabo, el Nekoma no tiene nada que hacer y hasta mañana no sigue la competición. ¿Quién sabe? A lo mejor te gustan los mismos videojuegos que a mí.
En aquella ocasión ya no pudo mantenerle la mirada. Era demasiado intensa por parte de Hinata, que seguía sumido en su aura intimidante del partido.
—Gracias, Kenma... —musitó a través del cubrebocas. Se sentía demasiado débil para sonreír, pero lo hizo sin darse cuenta ante sus palabras.
Adoro el kenhina, son mis bebeeés. Además, este momento me rompió por completo el corazón y cuando lo leí me sentí fatal, sobre todo cuando pasó después lo que pasó. Aún sigo asimilando el arco final de Haikyuu!!, jwofkwkfka.
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Set; drabbles de Haikyuu!!
Fiksi PenggemarCada experiencia dentro de la cancha de vóleibol te hacía crecer como jugador. Y si algo no salía bien, siempre había un siguiente set para cambiar las tornas. Ojalá sus vidas fuesen tan básicas y simples, con una segunda oportunidad para enmendar t...