Cap 3: Calmantes

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La había invitado a montar a Fiona y allí estaban ahora. Ella riendo sin tratar de sonar desconsiderada y Mina con una pierna alzada, en la montura de su caballo y dando saltos para poder subir.

A pesar de que la morena insistió en que podía lograrlo sola, Chaeyoung se acercó y dejó una mano en su cadera y otra en su espalda.

Sabía que, si la dejaba más tiempo intentándolo, solo lo derrocharía y no lo conseguiría.

— Cuando te impulse, rodeas a Fiona con tu otra pierna y déjate caer sobre ella. No es muy difícil —le aconsejó y la morena gruñó notablemente.

— Para ti —

— No es muy difícil —repitió efectuando su ayuda y riendo, cuando segundos después, Mina siguió sus órdenes sin problemas y yacía sentada sobre el animal.

Chaeyoung retrocedió unos pasos y la observó: lucía distinta y por primera vez estaba escuchando su risa. Era sonora pero sincera, prueba congruente de que estaba disfrutando el momento y ella no iba a interrumpirla.

Solo le hizo una seña, moviendo su dedo en círculo para que comenzara a andar. Sin embargo la japonesa sacudió su cabeza y, mientras intentaba agarrar inútilmente todo el cuello de la yegua, caballo como todavía Mina seguía diciéndole, le pidió que no la dejara sola.

— Soy muy joven para morir, Chaeyoung, por favor. No me dejes sola aquí —

— Fiona sabe lo que hace—sonrió ella — solo...sostente del amarre y conduce por dónde quieras llevarla—

— ¡No! — Protestó la morena cuando el animal comenzó a relinchar y dar pequeñas vueltas — no es divertido. Ayúdame a bajar... ¡Por favor! —

A pesar de que distinguía el miedo en la chica, Chaeyoung sonrió de medio lado y llegó a ella. Tomó las riendas y de un salto se acomodó tras Mina.

No supo cómo, incluso ella misma se hubiese propinado un recordado golpe, pero la japonesa volteó y se abrazó a su cuello, temblorosa y sollozante. Con los brazos en sus hombros y su cabeza hacia atrás, enviándole miradas al rostro de Fiona, la rubia taloneó apenas a su animal y comenzaron a andar.

— Pensé que te gustaban los caballos — murmuró y Mina giró a verla. Notó como, tal vez de manera inconsciente, los ojos marrones se detuvieron un momento en sus labios antes de ascender y cruzarse con sus avellanas — cuando llegaste, parecías emocionada cuando te hablé de Fiona por primera vez —

— Me gustan —le aseguró. Con la mirada tras ella, en el camino, Chaeyoung asintió ligeramente y esperó a que continuara — pero nunca había montado uno —

— ¿Y entonces cómo sabes qué te gustan? —

— Bueno...hay cosas que con solo verlas te gustan. Te impactan y fascinan de tal modo que...que si no puedes apartar los ojos de ellas mucho tiempo, entonces es notorio que te gustan —ella bajó la mirada y Mina la sostuvo un momento, antes de desviarla y carraspear.

— ¿Por ejemplo? —

— ¿Por ejemplo qué? —

— Por ejemplo, cuáles son esas cosas que te gustan a ti —

Aprovechando que la mirada de Chaeyoung se concentraba en el verdoso camino, Mina estudió cada rincón de su rostro. Su piel clara, la suavidad que demostraba y el perfil definido a la perfección cuando sonreía alejada, como si algo gracioso inundara su mente y se desconectaba de la realidad para disfrutarlo.

Sus ojos no se extrañaron al bajar y notar nuevamente la blanca camiseta que se asomaba bajo la volante camisa. Hacía calor, incluso más obvio que en sus lugares de veraneo pero de Chaeyoung no caía ni una gota de sudor. Y la envidiaba, quizá en el mejor de los sentidos porque no podía envidiarla y sonreírle de esa forma.

My Lady | Michaeng [PAUSADA] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora