Cap 30: Empezar a vivir

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Regresé bien pronto, ¿me extrañaron?

— ¿Y aquí? ¿Qué ves aquí, Chaeyoung? —Chaeyoung miró a la mujer y ladeó la cabeza, antes de estudiar el dibujo que sostenía.

La señora Trevor estaba sentada frente a ella, con unos cartones contra su pecho y que iba cambiando mientras le preguntaba en cada uno lo mismo. La rubia no entendía el por qué. Mina le había anticipado que en alguna sesión harían esa actividad y que respondiera lo primero que ocupara sus pensamientos en relación a lo que veía.

Y eso estaba haciendo, a pesar de que la profesional pasó el sexto dibujo y negó ligeramente con la cabeza para el siguiente.

— Chaeyoung —insistió y ella entrecerró los ojos para estudiarlo mejor. Sin embargo, acabó por responder lo que creía era.

— Una mujer —aseguró. Caroline le dedicó su atención con una mueca y luego pasó al siguiente dibujo, cuestionándole lo mismo — ese es…un jardín. Un gran jardín con dos niños jugando —

— No, Chaeyoung. No lo es. Ni nada de lo que has respondido antes lo era —

— Mina me dijo que ningún dibujo tiene significado y que solo respondiera con sinceridad, que de eso va este ejercicio —se defendió con un toque de molestia que hizo a la mujer sonreír y quitarse los anteojos, luego de dejar los cartones a un lado.

— Y no se equivoca. Pero este test tiene una finalidad, Chaeyoung y tú no la cumpliste, no has llegado a ella ni por casualidad ¿entiendes mi preocupación? —

— Quizá podamos hablar de esto en la próxima sesión. Mina está esperándome —

— Y no se irá a ningún lado —la detuvo seriamente cuando ella se puso de pie.

Chaeyoung la miró. El desafío a que cruzaran la línea de minutos establecidos perforó sus ojos a través de los de su psicóloga y la obligó a sentarse nuevamente, a pesar de las ansias de ir por su novia que la consumían.

Habían ingresado al tercer mes de embarazo al fin y esa misma tarde visitarían a la doctora, para hacer una ecografía y conocer así si un niño o una niña crecía en el interior de Mina.

— Chaeyoung, quieres mucho a Mina ¿cierto? —la rubia sonrió enseguida, ilusionada ante la idea de que el amor que sentían para la otra fuese notorio para los demás y evitar inconvenientes o personas que intentaran interponerse.

Luego de la fiesta, en una visita a la casa de los Myoui, el ex novio de la nipona volvió a cruzarse con ella y la imponía a apretar sus puños, al notar las miradas que le dedicaba y la manera en que le hablaba.

Y así como él, le temía a cualquier otra persona que sintiera interés por su novia.

— Sí. La amo —contestó con sinceridad y la señora Trevor asintió lentamente.

— Estás aquí porque ella te trae y te vas de aquí porque es ella también la que te espera para hacerlo. Dibujas cosas y situaciones relacionadas a ella y respondes a lo mismo. A ella. A Mina —

— No he hablado de Mina —se excusó — usted solo me preguntó qué veía en esos dibujos y le respondí —

— Directamente no has hablado de ella —le explicó la mujer con total calma — pero no puedes olvidar, Chaeyoung, que la sesión terapéutica implica un proceso evolutivo y sicológico de tu parte. Si no tienes ganas de avanzar, no avanzarás —

— Pero las tengo. Mina dice…—

— Mina, Mina y Mina —la interrumpió Caroline y ella se humedeció los labios. Un escalofrío le recorrió la espalda y un dolor se acumuló en su pecho, en cada bombeo violento que su corazón daba — Mina no eres tú y tu vida no puede ser manejada por alguien que no seas tú ¿Sabes qué había en el primer cartón? —le preguntó girando a tomarlo del escritorio y recordándoselo al volver a mostrarlo — tú dijiste que eran dos ojos marrones. De acuerdo, sí hay un leve tinte marrón…pero no son más que dos alas. De algún ave, quizá. O solo dos alas —

My Lady | Michaeng [PAUSADA] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora