Cap 17: Por sobre los deseos de ella: de la confianza al terror

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Despertar a su lado estaba ya sin duda en la lista de las cosas que más disfrutaba. En el rancho, Chaeyoung siempre la abrazaba con protección y le acariciaba la nuca con su nariz, antes de relajarse y dormir plácidamente.

Siempre tras ella, tan pegada a ella que apenas podía moverse pero no amanecía con molestias ni dolores musculares. Eran esas situaciones tan extrañas e irreales en consecuencias y buscadas en la causa, con las que efectivamente no precisaba nada más.

Y a pesar de que aquel sillón del pórtico era placentero para retenerlas, su propia cama era otro punto de confort que lo superaba ampliamente. Más de una vez había despertado en la madrugada y descubrió a Chaeyoung durmiendo siempre en la misma cómoda posición: boca abajo, reteniendo la almohada con un brazo y su cintura con la otra.

Y ahora, tras abrir los ojos minutos atrás, la sensación de mayor felicidad se apoderó de ella ¿podía seguir sonriendo aún más por cada cosa que las incluía a ambas? De manera paradójicamente divertida, sí. Pero no había problema en sonreír por cada vez que lo recordara. Después de todo, el gesto más sincero y enamorado no era agotador.

Mina giró sobre su espalda y de perfil a la rubia le acarició el abdomen. Descubierto por la camiseta levantada y tan plano como apetecible que debió morderse el labio, escondiendo las ganas de hacer algo más. Escaló fantasmalmente y se detuvo al llegar bajo sus pechos, descubriendo a Sheila ronroneando y masajeando la prenda.

Se estiró apenas, intentando quitarla para no perturbar el sueño de Chaeyoung pero tras el primer jalón la dejó, al notar los puntos rojos y llamativos en el cuello y bajo el, arruinando la piel blanca y tersa de la rubia.

Las tocó con dos de sus dedos y enseguida Chaeyoung despertó para rascarse. Inflando su pecho algo molesta, tomó a su mascota con ímpetu y la quitó de la cama:

— Vete al sillón, Sheila... ¡al sillón! —exclamó señalándole la puerta pero la gata maulló, ignorándola y volvió a treparse al pie de la cama.

— ¿Qué sucede? —preguntó Chaeyoung abriendo apenas los ojos y con la voz somnolienta.

— Lo siento ¿te desperté? Aún es temprano, puedes seguir durmiendo —se apresuró ella al dejarle un beso en la mejilla pero la rubia retuvo su cadera.

— ¿Está todo bien? —

— No sé, dímelo tú ¿Por qué no me dijiste que eras alérgica a los gatos?... ¿o no lo sabías? —agregó apenada de que así fuera —

— Sí, sí lo sabía pero Sheila...—

— ¡Ha dejado marcas en todo tu cuello! Veré si tengo pomada o iré a la farmacia por una ¿te duele? —

— No. Lo que estaba diciéndote era que Sheila estaba muy bien aquí y no iba a quitarla. Además dijiste que siempre dormía contigo. Esta es su cama, no la mía —

— Eso no importa —aseguró con lentitud para que comprendiera. Chaeyoung se sostuvo con sus codos y le sonrió con esfuerzo, esperando porque entendiera su punto — si eres alérgica a Sheila, no debe pasar mucho tiempo contigo. Comprendo lo que has dicho pero no debe ser así —

— ¿Acaso hay algo de malo? La alergia se cura con pomada, nada más Minari. No creo que sea para tanto —ella la miró ofendida.

— Si vas a aguantarte la comezón sin chillar ¡bien! Solo te daré una pomada y asunto resuelto —

— ¿Acaso te enfadaste? —le preguntó Chaeyoung totalmente sorprendida y reteniendo su brazo cuando quiso alejarse.

Mina vagó su vista en ella, en su rostro inerte a lo que estaba reclamándole y entonces se sintió tonta. Llevaban unas horas en su departamento, en su cama y la rubia parecía disfrutar de Sheila, por eso quizá le restó importancia a la situación que ella exageró dramáticamente. Pero no lo hacía solo para llamar su atención, antes solía actuar así para conseguir lo que quería y porque era una niña mimada que solo de esa manera obtenía las cosas.

My Lady | Michaeng [PAUSADA] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora