Cap 31: Transformaciones

2.5K 191 67
                                    

Amaneciendo ese día, a pesar del sol atravesando entre rayos la cortina y sabiéndolo sábado, Mina se sentó en la cama y con la misma idea fija de la noche anterior masajeó su frente: no aguantaría más.

El cuarto mes de embarazo desaparece los antojos y cambios hormonales le había asegurado Jihyo , pero lo cierto es que a ella se le dispararon. Con 15 semanas de gestación y llegando a mitad de camino hacia el parto, su cuerpo le exigía por sí solo lo que parecía su mente aún no terminaba de asimilar.

Y si el perfume de Chaeyoung aún rondaba en la habitación, calmarse era lo único que no haría. La rubia ya no estaba a su lado por lo que se arrojó sobre la sábana y empuñándola entre sus manos la enterró contra su nariz. Cerró los ojos, disfrutando el aroma a limón sacudirle la espalda y la correntada que enviaba a sus partes más bajas. Como sus instintos. Como sus deseos.

Sus ansias animales estaban consumiéndola y no se avergonzaba si quiera de pensarlo.

Era un hecho. Cuando la palpitación nació en sus extremidades, se puso de pie y con la idea fija en sus pensamientos iría por lo que quería, como se había caracterizado toda su vida. Iría por lo que más necesitaba. Iría por Chaeyoung y porque le hiciera el amor hasta quedar satisfecha.

Mina se quitó el pijama y completamente desnuda, solo se colocó su bata y dejó la habitación.

- ¿Chaeyoung? -la llamó atravesando el living. Pudo oír un ligero aquí y acompañado del sonido de un sorbo. Cuando llegó a la cocina, se encontró con la sonrisa radiante y mañanera de su novia, en conjunto con su taza y canasta de tostadas en la mesa.

- Buenos días, Minari -

- Buenos días, mi amor -la saludó acercándose al notar cómo dejaba de verla para darle su atención al periódico - ¿llevas rato aquí? No me despertaste -agregó sin tono de reclamo y dejándole un rápido beso en los labios.

- Lo hice pero no parecías escucharme. Estabas tan linda toda dormida que no insistí ¿cómo estás? -

- Podría decirse que bien -le respondió con media sonrisa sugestiva y sentándose cómodamente sobre la mesa - ¿y tú? -

- Muy bien, gracias. Estaba esperándote, quería contarte algo y es...cuidado, Minari, está caliente -le informó al alejarle con cautela la tetera con leche recién hervida y cuando ella quiso estirar su brazo a lo largo del borde. Mina volvió a erguirse con una forzada sonrisa: su paso número uno allí acababa de ser arruinado y solo por un poco de preocupación - te traeré una taza -

Ella se mordió el labio para no detenerla. Y con la mirada en la espalda de su novia, la recorrió de arriba abajo ¿Cómo podía ser que solo con pijama Chaeyoung se viera tan impresionante e igual que cuando lucía las prendas habituales? Su camiseta blanca y su pantalón gris moldeaban las partes más sobresalientes y, cuando volteara, entre sus piernas se marcaría lo que tanto fue a buscar.

Como una cazadora saltando sobre su presa, un oso en el río sobre un pez y el impulso obsesivo sobre la belleza qué se desea. Aquella locura a punto de desbordar la caracterizaban y la rubia no tenía techo que la protegiera. Sabiéndola ingenua, asomó lentamente su lengua y repasó su labio, antes de apretar sus dientes y alzar el mentón.

Mientras la oía batir la cuchara y remover el azúcar, con velocidad se abrió un poco más la abertura de la bata en su pecho y se acomodó el cabello. Estaba segura que mostrándole un poco de su nipona piel, sería suficiente para que Chaeyoung cediera. Era como alojar la trampa en medio de un bosque y aguardar porque alguna indefensa criatura la pisara.

- Quería decirte que leí el anuncio del novio de tu amigo, de Blaine. Parece que adquirió una galería bastante grande -dijo la rubia girando y llegando a ella.

My Lady | Michaeng [PAUSADA] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora