Cap 21: La luz y sangre que bombea al corazón

2.8K 226 75
                                    

— Mina — la llamó ella, asomándose a la habitación de la nipona e interrumpiendo su ritual con cremas de belleza — Rápido, ven —

— ¿Qué sucede? —cuestionó la psicóloga al seguirla de inmediato — ¡Chaeyoung! —

— Rápido, solo ven —repitió casi corriendo por el pasillo y ocultándose afuera, a un lado de la puerta. Cuando Mina atravesó el marco, le rodeó desde atrás los ojos y rió, al verla a dar un pequeño salto asustada.

— ¡Chaeyoung! —

— Shhh, tranquila —le susurró pasando un brazo por su abdomen y pegándose a su espalda — quiero que veas algo —

— Seguro, de esta forma veré mucho —ironizó. Chaeyoung sonrió, guiándola y notando la inseguridad de Mina al estirar sus manos para tantear el camino — ¿De qué se trata? —

— Solo...es algo que quiero que veas pero debes permanecer en silencio —aclaró con rapidez — aquí están los escalones, cuidado —

A pesar de la oscura noche veraniega, la llevó lejos del pórtico y más. Más allá del rancho, con lentitud y hasta donde el piso desalineado acababa y el liso y proporcionado césped verde comenzaba.

La sostuvo con tanta seguridad, en silencio y echándole por momentos algo de aire a su cuello, solo para oírla protestar por lo bajo. Iluminadas por la luna, las estrellas que parecían parpadear y el canto de los grillos a veces cerca y a veces tan lejos pero que nunca la hicieron dudar del trayecto, solo siguió.

— ¿Estamos cerca del río? —inquirió la nipona al escuchar el agua correr pacíficamente. Sin embargo ella no respondió — Chaeyoung ¿lo estamos? —

— Estás cerca de mí ¿quieres que te suelte? —

— No —contestó la psicóloga al instante — no quiero que me sueltes —

Sin detenerse, la rubia la estudió desde la cabeza a los pies, antes de estirarse y dejarle un beso en la nuca. Oyó su nombre en un reproche infantil, cual juego y vergonzoso mientras seguían.

Le gustaba tanto eso de Mina, esa misma exigencia con que llevaba las sesiones como el tono molesto que apenas podía fingir. Y la combinación de eso era lo mejor, percibirla en ambos estados era el resultado perfecto de la estadía de la psicóloga allí con ella.

Y así como la nipona se lo pidió, no iba a soltarla.

Al llegar a su destino, Chaeyoung avanzó con lentitud hasta frenar, obligando a Mina a hacer lo mismo. Alejó con calma su mano, liberándole la ceguedad momentánea y aguardó a ver su reacción.

No se trataba de una sorpresa, al menos ella pensó que no era eso, pero había una notica que debía conocer también y debía conocerla cuánto antes. A unos metros de ellas, había una llamativa y bien formada fogata, un tronco grueso en el suelo y Mina se alejó, llegando a Fiona que estaba acostada pero con sus ojos abiertos.

— ¿Está enferma? —le preguntó preocupada y ella negó con una sonrisa.

— No —le dijo acercándose y deteniéndose a su lado — está embarazada —

La nipona volteó a verla, con sus ojos abiertos de manera desorbitada y su boca sorprendida, antes de arrodillarse y recibir el rostro de Fiona hurgando el de ella.

— ¿Tendrá un hijo? —murmuró emocionada y acariciándole el abdomen.

— Un potrillo —la corrigió Chaeyoung — controlaba su fecha para evitarle otra gestación pero parece que Pantano se aprovechó de nuestra estadía en Seul —Mina rió, mirándola por sobre su hombro y escondiendo el rostro tras su brazo estirado —

My Lady | Michaeng [PAUSADA] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora