Whims of fate.

¿Vale? Esto es demasiado raro...

-¡¡¡Oye!!!- los cuatro se giraron- ¿Vivís aquí?

-Por ahora... (seguimos) nos estamos quedando en casa de la tía de Jane, hasta que consigamos una casa- contestó Liu.

-Pues ojalá tardéis, o este por aquí.

-Sí, ojalá sea cerca- deseó Nina.

Caminamos por la calleja hasta que llegamos a mi casa y me despedí de ellos.

-Espera, ¿tú vives ahí?- asiento- ¡Qué bien! Nosotros allí- señala la casa de enfrente y Jeff se acerca a mí.

-Ahora iré a tu casa cuando no quiera aguantar a la plana horrenda.

Jane casi lo asesina, pero Jeff reacciono a tiempo poniéndose detrás mío, usandome como escudo y entonces paro.

-Plana- dijo para si mismo, luego puso un tono normal- ¿Después de comer vienes a ver la casa?

-Valla que rápido metes a extraños en tu casa, ¿a ti no te han dicho que no toda la gente es buena?- él susurro algo pero no le escuché.

-¿Vienes o no?

Yo: Si me dejan...

Jeff: Pues si no te dejan te secuestro y punto.

Yo: Jajaja...Ok.

Jeff me dio un beso en la mejilla y me susurró que si tardaba vendría a por mí, yo me reí suave le di la razón y me volvió a besar el papo.

Entré en casa y chillé HOLA (quien me conoce sabe que hola es), mi madre me respondió en un tono normal. Dejé la mochila y mi abrigo en mi habitación, cuando volví a la cocina empezó el interrogatorio.

Mm (mi madre): ¿Y quiénes son?

Yo: Los vecinos nuevos, ¿recuerdas que la vecina te dijo que venían sus sobrinos con unos amigos?- Asintió-. Bueno pues los dos chicos son hermanos Jeff es el pequeño y el otro es Liu. Las chicas se llaman Nina, la castaña, y Jane la de pelo negro. Jeff va conmigo a clase y Nina en algunas también, Jane va con Olga y María. Y Liu que va a un curso más que nosotros.

Mm: Pues el chico este no está mal ¡ehhh!- ella a lo de siempre si es un chico y estamos a más de 2 pasos ya tenemos algo, uffff.

Yo: ¿Quién Jeff o Liu?

Mm: Él que te a dicho que te va a secuestrar y te ha besado- vale, si, Jeff está para mojar pan.

Yo: Joder dicho así parece otra cosa y solo me ha dado un beso en la mejilla... Espera un momento ¿cuánto has escuchado?

Mm: Desde que una de las chicas te pregunto si esta es tu casa.

Yo: O sea todo- pasamos un rato hablando de cómo nos había ido el día, cuando me acordé de lo que me susurro antes de despedirnos Jeff-. Oye mamá- mi madre levantó la mirada de la olla- y en cuanto a la pregunta de Jeff ¿puedo ir a ver la casa de la vecina?

Mm: Con la condición de que cuando te pida algo me avises- ¿veis lo que decía?

Yo: Mamá, eso se puede malpensar mucho y más siendo yo.

Mm: Pues cuando eso también.

Yo: ¿¡Entonces eso es un sí?!- creeréis que es demasiado exagerado pero realmente pensé que tendría que insistir.

Mm: Come rápido o no te dará tiempo a ir.

En lo que comíamos seguimos hablando de cualquier cosa. Quería preguntarle por los niños que están en mi cabezo desde esta mañana, pero no tenía suficientes datos y no quería preocuparla por mis chorradas. Ya estábamos por el postre cuando sonó el timbre y el ladrido de mi perra (Lola), me levanté y cuando abrí la puerta vi a Jeff con una rodilla en el suelo y en la otra se apoyaba, traía una sudadera blanca con la capucha puesta, en el suelo estaba Lola panza para arriba disfrutando de las caricias que le estaba dando.

Recuerdo.

Estoy en un bosque contando en un tronco, al fondo se escuchan risas seguramente estamos jugando al escondite, pero... ¿quienes?

-...48, 49 y 50 ¡¡VOY!! El que no se haya escondido tiempo a tenido.

Y empecé a caminar. Escuché un árbol moverse brusco como si alguien lo estuviera agitando. Miré hacia arriba y vi dos sudaderas naranjas y una chaqueta marrón. Entonces empecé a correr hacia el árbol donde había estado contando. 

-¡¡¡Por Hoodie, Masky y Tobias!!!

El árbol se movió, me fijé en la copa y guiñé un ojo. Volví a caminar pero sentí una sombra detrás mío, miré todo atentamente, cuando ya muy lejos de mí escuché claramente unas hojas romperse me fijé en ese lugar exacto y pude distinguir unas botas militares, una sudadera oscura, azul creo, y una cabellera castaña. El chico estaba sentado a los pies de uno de los de la sudadera naranja. Crucé los brazos me reí bajo y seguí caminando tranquilamente, pasado un rato cambié de rumbo y todo estaba en mediano silencio, solo se escuchaba el aire moviendo las hojas de los árboles, este silencio se quebró por un chillido aterrado y dos risas que reconocí al momento, una aguda y otra más grave. 

(830 palabras).