Día en el lago.

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-Qué!?

-Es raro que no pidas cerveza.

Le preparé un bocadillo de bacon a mi novio y acto seguido resonaron unas risas por lo que me levante al tiempo que Jeff.

-Serán humanos voy a ver.

-No, termina el bocadillo y después vienes.

Se sentó y yo camine hacia las voces, me oculté en la maleza y me convertí por si me descubren.

-Van camino del lago.

En un principio me asusté pero sabía que era él, cuando mis alarmas saltaron fue cuando no vi a Zack, es decir no hay problema por dejarle solo, no se mete al agua si no hay un mayor con él y nadie en el bosque le hace nada puesto que todos tienen miedo de lo que Jeff y yo les haríamos si llegan a tocarle, por lo que no hay problema aparente, pero al estar los humanos por aquí no es seguro.

- Y Zack?!?!

-Comiendo patatas, no se moverá en lo que le dure la bolsa.- Abrí mucho los ojos- ¿Qué pasa?

-Que ellos van al lago.

-Y está allí- a medida que hablaba se daba cuenta de lo que ocurría.

Ambos corrimos esquivando tropezar, el terreno ya era conocido así que no había problema, llegamos al lugar pero ya era tarde, una mujer de unos veinte años con el pelo afro y corto, se colocó frente a mi hijo, un momento, era rubio como yo y aparenta tener alrededor de medio año. Le estaba hablando como yo a Smile y eso me mosqueo mucho MI HIJO NO ES UN PERRO.

-Te estas convirtiendo.

Miré mi pelo y me di cuenta de que llevaba razón el pelo era negro y mi piel se estaba pudriendo, así que me tapé los oídos y traté de calmarme, me toqué las mejillas y no noté la sonrisa pero por si acaso le pregunté.

-Ya?- asintió.

Fijamos de nuevo la vista en nuestro bebé, una mujer se acercó a ellos, esta tenía el pelo negro (largo) y cogió en brazos al pequeño.

-No lo toques!!!- dije entre dientes.

-Voy por él, vale?

Se transformó y camino hacia las dos mujeres, llegó a su altura y Zack estiró sus bracitos hacia él.

-Apí!!! [Papí!!!].

-Hola peque!

Ambas le miraron, la pelinegra se mordió el labio al verlo, para ser sincera no me extraña, Jeff en su forma humana aparenta unos veinticinco años, castaño y con sus hermosos ojos azules, una dentadura perfecta y una sonrisa para mojar las bragas. Tiene los brazos y las piernas "fuertes" por así decirlo. Y para rematar tiene el abdomen marcado, pero no marcado de gimnasio ni de que es delgado y por ello ya se le ve, no el suyo es perfecto, además ese bañador negro le marca tanto el culo como el paquete [la portada es como yo me lo imagino].

-Es tu papí?

La pelinegra susurró algo que no entendí pero lo pude deducir porque la otra le pisó el pie.

-Perfecto!- dijo alegre la media melenita.

-¿Por qué saliste? te dije que no te movieras- dijo al pequeño en lo que se lo cogia a la babosa esa.

-O e oio, ea e oió a í [No me he movido, ella me cogió a mí].

-A si?

-Í [Sí].

-Le habéis sacado vosotras?

Las dos se miraron la pelinegra agachó la cabeza y la otra miró donde se había encontrado al niño.

Whims of fate.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora