¡¡Protégeme del monstruo!!

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Un día asistieron al juicio de un asesino- tome aire-, la princesa no le gustaba mucho ir a esas cosas porque odiaba la maldad y el dolor, por el contrario la niña que había crecido en el infierno estaba muy intrigada por cómo era un juicio y sobre todo quién iban a condenar. Llegaron al lugar del juicio junto a su padre, sus hermanos y hermanas, su tío, sus abuelos y la mujer de su padre, todos llevaban hermosísimos trajes, las mujeres vestidos en colores claros y los hombres armaduras brillantes como la luna en una noche oscura. Se sentaron en unas sillas muy grandes y cómodas, todas de oro con acolchado rojo. La bella princesa estaba muy angustiada y su hermana todo lo contrario. Pasaron unos minutos y se callaron al ver a tres guardias entrar, detrás otros cuatro agarrando las cadenas que tenía el temido asesino, además de una camisa de fuerza que le impedían mover los brazos, detrás venían otros tres guardias. El asesino además de la camisa y las cadenas tenía unos zapatos oscuros, unos pantalones negros y un aparato en la cabeza para aturdir. Cuando llegó al frente de aquel "estadio" le quitaron el casco de hierro y en ese momento la mirada del asesino se cruzó con los ojos de la demonio, ellos aparentaron que nada había ocurrido y nadie pareció darse cuenta de que volverían a estar juntos tras tanto tiempo.

El abuelo de las hermanas dijo en voz alta, ronca y seria todos los delitos que él había cometido hasta el momento, el asesino se echó a reír en algunos de los delitos, cuando el anciano terminó de hablar una mujer al extremo contrario de la sala pidió la palabra y se levantó, alzó la voz y pidió que se le pasara por una muerte lenta y dolorosa. Tras varias peticiones el abuelo decidió que- me limpie otra lágrima- que sería ejecutado por descargas eléctricas con el martillo de su hijo mayor. Pero lo que no sabían es que la niña daría todo por salvar al asesino de cualquier dolor...

-¿Es su novio? ¿Él que dejó en el infierno?- preguntó ella destapándose y sentándose en la cama.

-Sí- le contesté volviendo a taparle-. ¿Puedo seguir?- la niña asintió-. Bien, por dónde iba... ¡Ahhh, verdad! Tas decretar cuál sería su castigo por el daño que causó a otros todos salieron de la sala, él primero que el resto.

Llegaron a una plaza al aire libre donde le subieron en una tabla y el padre de las gemelas colocó su martillo sobre el corazón del asesino. La princesa buena no quería verlo así que abrazó a su hermana escondiendo la cara en el hueco de su cuello, la demonio le susurro al oído.

-Tranquila él no va a sufrir el más mínimo daño.

-¿Por qué, no le afecta?

-Ni siquiera lo va a sentir.

Las dos se separaron, en ese momento el padre de la ellas dio con un dedo al martillo, la chica y el asesino se miraron y ella absorbió el dolor de la descarga sin inmutarse, otras tres descargas se hicieron con un dedo, pero la cuarta fue una palmada, la niña que si estaba sintiendo la electricidad recorrer su cuerpo consiguió resistirlo, otras dos palmadas sobre el martillo hicieron que necesitará sentarse, su padre se acercó a ella preocupado y enfadado.

-¿Porque haces esto ahora Diabla? Nos estas dejando en evidencia delante de él, puede usarte para salir- trato de tocarla pero una mano le detuvo.

-Yo que tu no la tocaría no se qué intensidad has puesto en las descargas, pero te has pasado. Es casi imposible que la corriente le duela y has pasado el límite- dijo el asesino que se había desatado en lo que nadie le prestaba atención.

-¿Estas bien?- dijo ella en lo que el asesino se ponía a su altura.

-Si no fuera por tí estaría muerto así que.

-Jajaja tonto.

-¿Lo controlas?

-No sé probamos- dijo ella sonriendo y acercando la mano a su cara hasta posarla sobre su mejilla.

El asesino cogió a la chica como si fuera una princesa y se marchó con ella, la cuido por tres días en una casa abandonada en un bosque no muy lejos del castillo. Y cuando ella estuvo bien ambos se escaparon para ser felices a su manera.

La niña me miraba, me limpie las lagrimas y sonreí.

-¿Por qué lloras?

-Porque nadie se dio cuenta de que el asesino había ido en busca de su princesa y ellos recibieron un castigo solo por quererse.

-Es la mejor historia que he escuchado en mi vida.

-Yo también.

-¿Era guapo?- la mire extrañada-. El asesino de tu historia, ¿era guapo?

-El más hermoso del mundo.

-¿Y por qué mataba?

-Eso es otra historia.

-¿Me la contaras?

-¿Quién sabe? Me voy, dream of me niña.

-¿Te puedes quedar hasta que vengan mis papas?

-¿Por qué? ¿No te puedes quedar sola o qué?

-Sí, pero tengo miedo.

-¿De qué?

-De los monstruos. He escuchado que hay uno que entra en las casas y mata de la manera más cruel a todos los que se encuentran en la casa, que es malo y que daña por gusto. Tengo miedo de que me haga algo o a mis papas o a Ionela, no quiero que les pase nada- susurro esto último.

^Si supiera que nosotras somos el monstruo, jajajajajaja^.

-Esta bien, pero te tienes que dormir ya.

-Si te tumbas conmigo.

-Te estas pasando niña.

-Porfaaa- hizo pucheros.

Rodé los ojos y me tumbe a su lado, la agarre como a Chris, abrazándola por encima de sus brazos, con un ala recogida y la otra cubriendonos. Ella tocó mis plumas y me agarro el brazo, no tardó en dormirse y yo me tuve que levantar para no quedarme de igual forma, me acerque a la ventana y encendí un cigarro [portada más alas], contarla aquello además de conseguir que llorase me recordó nuestra pelea de hace un mes, desde entonces no sabía nada de Jeff. No se cuando pero me senté sobre la repisa de la ventana y escuche tacones dar contra el suelo, una mujer entró en la habitación buscando algo yo cerré la ventana pero me quede sentada fuera mirando quien era y cuáles eran sus intenciones porque si alguien iba a matar a esa niña sin duda alguna sería yo. Me fije en el retrato y se parecía a la niña rubia debe de ser su hermana.

-Cassandra- gritó.

Una mujer de unos treinta se adentro en el cuarto.

-¿Qué ocu...? Por dios es Roxandra.

-Avisa a mis padres rápido.

-Por supuesto señorita- se retiró rápidamente del cuarto.

Ahora que ya se quien es me puedo ir.

^¿Ya se habrán enterado de los últimos?^

-Vamos a comprobar.

Volé hasta la casa mucha gente se encontraba amontonada en la entrada.

-Parece que sí.

Fin del recuerdo.

(1136 palabras).

Whims of fate.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora