Vuelta a la realidad.

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Fin del recuerdo.

Abro los ojos pero rápidamente los cierro de nuevo debido a la potente luz blanca. Poco a poco levantó los párpados y miró la habitación detenidamente, paredes blancas con una tele en la que se encuentra frente a mí, una camilla a mi derecha y una ventana del otro lado, en esa esquina hay un sofá azul y sobre este un bolso. La puerta se abrió dejando paso a dos mujeres, una es mi madre y la otra, por su ropa, debe de trabajar en el hospital. Mi madre se acerca a la cama nada más verme despierta.

-¿Cómo te sientes?- preguntó.

-¿Qué ha pasado?

-Te has desmayado, no sabemos la razón pero estas sana.

-Estabas en casa de Turri cuando ocurrió.

-¿Sabes qué pudo causar tu decaída?- preguntó la mujer.

-No, lo último que recuerdo es saludar a Liu en el pasillo.

Se que al médico no se le puede mentir pero esto es un caso especial.

-Bien os podéis marchar.

-¿Cuánto tiempo he estado aquí?

-Algo más de tres horas.

Salimos del lugar y montamos en el coche, mi madre llamó a mis abuelos, por lo visto estaban merendando con Quiel, mi hermano. Fuimos a la cafetería y ambas pedimos algo para merendar, después de esto volvimos a casa y en el camino le dije a mi madre que preguntaría lo que ocurrió ella estuvo de acuerdo.

Llamé a la puerta y Jane abrió, me pregunto por como estaba y tras contestar me acompaño al salón que se habían montado, allí además de Jeff, Nina, Liu y Zack había un muchacho mayor que yo y una niña de unos ocho años, ambos castaños y con los ojos verdes. Los miré a todos pero me detuve en Zack (que leía un libro, eso me asombro porque no tiene edad de saber leer) y en Jeff.

-¿Qué tal estás?- preguntó Nina al veme.

-Bien, no sabemos qué pasó- fije mi vista en Jeff-. Tenemos que hablar.

Se levantó del sofá y fuimos a su cuarto.

-¿Qué te ocurrió?

-¿Qué eres?

-Hombre- dijo riendo.

-No es broma, ¿qué eres?- la mirada basto para ver que no se fiaba de sí yo lo contaría o no-. No eres humano, eres otra cosa pero no se que.

-¿Y en qué te basas para decir eso?

-En que tengo recuerdos contigo y ninguno de los dos somos humanos.

-Jajaja- se le noto que era forzada-. Pues si no somos humanos entonces ¿qué somos? ¿qué eres?

-Yo soy una mezcla entre demonio y dios, de lo que no estoy segura es de que eres tu.

-Entonces, ¿tu eres la humana?- contestó tras sentarse en la cama.

-¿La humana? - repetí confusa.

Me miró con los ojos entrecerrados y la cabeza inclinada a un lado.

-¿Cómo se llama ese demonio que dices ser?

-Diabla- dije muy segura.

-¿Cómo moriste?

-No me he muerto.

-No te has muerto o no lo quieres recordar- me replicó en un tono de duda pero afirmando lo que decía.

Sus palabras se repetían en mi cabeza, haciendo un horrible eco.

Recuerdo.

Estoy en un coche con mi madre, me está explicando porque solo se puede adelantar cuando la raya del medio es discontinua. De pronto un coche se cruza en nuestro camino y mi madre en un intento de no chocar pega un volantazo, a lo que yo me golpeo contra su sillón, con el del copiloto y contra la ventana. Aunque todo es negro escucho como otros coches se golpean con nosotros haciendo que mi cuerpo se mueva violentamente, segundos más tarde se escuchan unas sirenas que espero que sea la ambulancia. El sonido aumenta pero soy incapaz de taparme los oídos, no siento nada, ni siquiera dolor. De repente solo hay silencio, oscuridad y soledad, bueno eso creía hasta que una llama apareció en la oscuridad, muy extraña pues es verde y de ella una criatura emergió.

Esta es con diferencia más grande que yo, una capa roja cubre su espalda dejando a la vista su cuerpo color negro y las bocas que lo rodeaban, las mencionadas tenían dientes puntiagudos blancos y el fondo rojo. Hablaban a la vez en otros idiomas, que ni siquiera se cuales son, excepto la boca de la cara. También tiene dos cuernos en la cabeza y sus ojos también rojos con un punto negro en medio, sus manos y pies se asemejan a garras.

Un chillido se escuchó a lo que tape mis oídos, todas las bocas rieron por mi acción y la boca que estaba en silencio habló, con voz clara, alta y áspera.

-¿Sabes porqué estás aquí?- negué con la cabeza tímidamente, por el miedo que tenía-. Por ser mala niña.

-Pero yo no soy mala.

-Claro que lo eres, hay que repetirte todo cien veces, no pones interés en nada, te saltas los castigos, mientes, no estudias ni haces la tarea,...- sigue puntuando las cosas que hago mal- ...por todo eso estás aquí.

-¿Y donde estoy?

-En la entrada al infierno.

-Eso quiere decir que estoy...- temía que esta frase terminase como yo pensaba.

-Muerta- sentenció sin un ápice de sentimiento.

-¡No!- grité cayendo al suelo de rodillas- No me puedo ir, aun tengo mucho por hacer, mucho que vivir. Por favor no me obligues, por favor no...- poco a poco el tono descendió hasta ser inaudible.

Me quede llorando en el suelo, de rodillas con las manos en mi cara y estas posadas sobre el suelo, sentía su mirada sobre mi espalda y su respiración calmada en comparación con la mía.

-Creo que hay una solución- alce la mirada con ilusión, sintiendo mi cara llena de lágrimas y mocos que limpie con la manga de mi camiseta.

Fin del recuerdo.

-Estoy muerta- me senté en la cama de Nina-. Estoy muerta- repetí impactada por la noticia.

Jeff se sentó a mi lado y me abrazo.

-Supongo que es duro pensar que no es verdad algo tan importante como la vida- se le nota que no sabe qué decir, ni como animarme-. Lo bueno es que eres D.

-¿D?

-Sí, todos llamamos así a Diabla.

-Pero...

-¿Pero qué?

-En uno de los recuerdos ella se presenta a una niña diciendo que aunque no tiene nombre todos la llaman Diabla- le miré a los ojos-. No mencionó nada de que la llamasen D.

-¿Dónde encontró a la niña?

-En las vías de un tren.

-Entonces se llama Roxa, ¿me equivoco?- negué-. Lo que pasa con ella es que es humana y por eso no se lo dijo, todo eso se lo explica más adelante cuando ya confía en ella.

-Entonces llevó a ese demonio dentro, ¿no?

-Exacto.

-¿Sabes cómo separarnos?

-Todavía no.

-¿Cómo lo averiguamos?

-Yo me encargo de eso, mientras tanto no le digas nada a nadie.

-Bien.

-Has dicho algo al médico o a alguien.

-No, dije que no me acordaba de nada más que saludar a Liu.

-Mejor.

(1177 palabras).

Siento haber tardado tanto pero mi ordenador dio problemas y lo lleve a arreglar por lo que hasta ayer no me lo tenía.  

Whims of fate.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora