Reconciliación (Parte 1).

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L: (...) Tiempo después desperté en un hospital ante Susan, pensando que era un ángel.

Jane se levantó y se fue, Nina cogio a Isaac y la siguió. Me levanté y como si mi cuerpo funcionase solo me acerque a Liu y lo abrace, le pedí perdón varias veces pensé que solo era en mi mente hasta que él me contestó.

-Jeff, lo hecho hecho esta. Ye te perdone por ello- me abrazo- de todas maneras gracias a eso conoci al amor de mi vida.

-Lo siento, lo siento, perdoname ese día no pensaba, no era yo. Ese día me deberia haber apuñalado yo, no a vosotros, soy un monstruo.

-No digas tonterías, no lo controlas, para mi que fue más la voz que tu. Y si la culpa fuese tuya entonces yo también tendría parte de ella.- Se me escapó una risa.

-Y dices de mi?

-Debería haberte defendido o por lo menos no evitarte la cárcel. Allí dentro de que no tienes libertad no era tan malo. Además no hubieses tenido que aguantarles, ni te hubiesen quemado. Debería haberse cuidado mejor.

-Cómo ibas a hacer eso, si estabas en la cárcel? Por mi culpa además.

-Alguna manera tenía que haber.

-Si, seguro- dije en un tono que daba a entender que pensaba todo lo contrario.

Nos quedamos abrazados un tiempo más, no había abrazado a Liu desde el día en el que le encontré huyendo de la policía. Hasta aquel día pensaba que le había matado.

Recuerdo.

Iva por la calle cuando de la nada escuche una sirena acompañada de las luces rojas y azules, de las que tantas veces había escapado por poder saltar vallas o atravesar casas a mi antojo, doble la esquina metiendome en una calleja un tanto oscura, vi alguien correr en dirección al bosque de Slender. La patrulla aparcó y se bajaron del coche armados y con una linterna cada uno.

Me acerqué al coche y lo revisé encontré varios pares de esposas, tres de ellas rotas, esas las dejé una pistola que aún llevaba arreglo y un montón de cargadores los cuales guarde en una mochila que tenían en el maletero con ropa. La colgué en la rama de un árbol, camine hasta ver los guardias decidir si se separaban para buscar al muchacho o no. Uno de ellos tiene miedo de que y cito palabras textuales "algún monstruo le ataque" será el primero al que mate porque si no se marchara en el coche.

Seguí al mencionado saltando de rama en rama para que al moverse sonarán y se asustase más, disfruto de esto más que nada en el mundo. Es demasiado gracioso verlos como están atentos a cualquier sonido y temblando por cualquier cosa. Más si son como este, os explico cuando un humano está asustado normalmente escucha cosas que en realidad no suenan, por ello se hablan diciendo que es mentira o que son cosas suyas. Cuando les oyes es un descojone y más divertido aún si ven algo moverse o como en este caso el lugar ya tiene un toque espeluznante, pues tratan de dar explicación lógica a todo. Llegó al barranco en el lugar no tiene árboles pero igualmente es fácil esconderse, yo tiré mi cuchillo ente a él haciendo que el filo quedase enterrado a un palmo de sus zapatos, de seguido me tire tras unas piedras, me asome por un lado para verle y tuve que contenerme para no reírme demasiado alto, parece mentira pero si el otro está algo cerca de nosotros puede escucharnos claramente y eso sería un gran fallo. De igual modo la carcajada fue suficiente alta para que el policía cagueta (sinónimo de asustadizo) giro con el arma en alto, preguntando si había alguien, me dieron ganas de contestar pero me contuve, a la vez alumbraba la montaña de piedras en la que me encontraba, por suerte es bastante larga y en lo que alumbraba un lado no veía el otro así que salí por el contrario, corrí todo lo que daban mis piernas para poder coger mi cuchillo, que ahora estaba a un par de pasos de él, porque se había acercado a la pared en la que me había escondido anteriormente, también cogí una piedra que tiré a un pequeño charco que se había formado en el suelo y me tiré tras uno de los arbustos que rodeaban el lugar. Esperé a dejar de escuchar los pasos de aquella pobre persona que no sabe lo que le espera, cuando el ruido cesó dije lo bastante fuerte para que me escuchara.

-Por ahí no estoy.

Giró mirando a su alrededor para ver de donde salía, entonces empezó mi parte favorita, ver su cara de miedo. Al verme salir ahhh y cuando ruegan por su vida, en verdad creerán que por ello nos dan pena? Como iba diciendo salí y camine hacia él de forma pausada, cuando su linterna topo con mis zapatos la luz subió por mi pantalón y la sudadera negra que hoy llevaba, pensaba pasar por medio de la ciudad y de esta manera sería más... discreto?, si discreto creo que  es la palabra adecuada, cuando se topó con mi cara se le cayó la linterna al suelo y con la mirada aún puesta en mi retrocedió apuntándome con el cañón de la pistola. Al retroceder trato de disparar pero le temblaba el pulso así que me acerque rápido a él para quitársela, para lo cual clave mi cuchillo en su hombro y después lo saqué de manera brusca, su sangre me salpicó pero no casi no se nota por el color de la ropa. Le agarré del cuello y le empujé hasta que lo único que evitaba la caída era mi agarre, yo sonreí mirando como su cabeza poco a poco se ponía roja por la falta de sangre, ladeé la mía.

-No crees que soy hermoso?

-Si- contestó a duras penas el hombre que debía tener unos treinta años, tenía una perilla alrededor de su boca pelirroja al igual que su pelo y los ojos marrones muy grandes. Colocó las manos sobre mi brazo para evitar caerse.

-Entonces...

Sonreí más, le hice mi sonrisa y queme sus párpados, me sorprendió que todavía luchase por su vida, a estas alturas por media general ya están muertos.

-Smile!!!- él me miró asustado- Tienes hambre perron!?!?!?

De abajo se escuchó un ladrido.

-Go to sleep.

Le dije a él policia, a continuación le solté, vi como caía chocando con rocas que había en la bajada y finalmente como trataba de huir del perro, aunque le fue imposible, porque él estaba demasiado dañado para pelear.

Di la vuelta y busque a el otro policía, no tarde porque debió escuchar los gritos de su compañero y venía en mi dirección con un hombre encadenado. Me fije en ellos, el preso tenía la cabeza agachada y una chaqueta de cuero oscura, al igual que sus pantalones, tenía unas botas negras llenas de barro y una bufanda de rayas en el cuello. Y el otro era un cuarentón canoso, con uniforme y chaqueta, de ojos verdes labios finos y mucha nariz. Este último venía detrás del esposado...

(1187 palabras).

Whims of fate.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora