Cuando otōsan se fue Jeff se sentó a mi lado, miré sus labios un segundo y entonces...( juro que no era mi intención, yo no quería pero tampoco me arrepiento), entonces... le besé, al notar sus labios me separé tan rápido como pude. Me levanté, él reaccionó en ese momento y también se levantó.
-¿Por qué has hecho eso?- reprochó agarrando mi muñeca.
-Porque- bajé el tono y la mirada- yo te quiero.
-¡No te he escuchado!
-Porque- traté de decirlo, lo juro-. Nada, no tiene importancia.
-¿Estás segura?
Asentí.
-Lo siento, no... no era yo.
-Pues que pena- dijo bastante serio.
Me sentí mal, es decir, sabía que esto ocurriría, que ya no iba a querer hablar conmigo, ni verme, ni siquiera escuchar mi nombre. Dejaré de ser su princesa, su cómplice, su hermana y hasta su amiga, por eso no quería hacerlo. Me quedé en blanco, me senté al lado de los barrotes, sin tocarlos claro, Jeff se apoyó en la pared de enfrente y encendió un cigarro.
-¿Me das uno?- Sí, se que todos diréis que solo tengo doce años pero no sabéis lo que desahoga un cigarro, no lo hago mucho pero hoy lo necesito.
Cogió la carterita de metal y metió el mechero, para después tirarmela. Imité su acción y de nuevo se la lancé.
-¿Hoy no había un concurso?- pregunté tras la primera calada.
-Yo ya lo he ganado tres veces, no creo que valga para mucho que lo haga otra vez.
-¿Tan seguro estas?
-¿No me crees?
-Te veo demasiado... seguro. Aunque viniendo de tí no me extraña.
-Entonces ¿crees que no ganaría?- dijo en un tono divertido.
-Creo que podrias perder.
-Levántate.
-¿Desde cuando me das ordenes? De hecho, ¿desde cuándo yo obedezco a alguien?- Apagué el cigarro en el suelo.
-Pues entonces- me imitó.
Se acercó a mí y me levantó.
-Eres más burro- dije suspirando.
-Ponte- dijo el preparándose para pelear.
Me coloqué lista para enfrentarlo, él atacó primero, lo esquivé con facilidad, a continuación ataqué yo él también se defendió, así empezamos a pelear, jugando, divirtiéndonos, aquí tampoco hay más que hacer y a mí me gustaba pelear contra la puta, J, otōsan y él porque veían mis fallos y después me explicaban cómo hacerlos bien. Pasamos un rato peleando, me ganó, aunque le había quitado su cuchillo. Jeff es muy fuerte, más que yo, sé que puedo absorver el poder de mi oponente, pero no es justo que use mis poderes cuando él no tiene.
Estaba medio muerta, tirada en el suelo, tratando de recuperar energías, el mapache no estaba muy alejado de mí, también medio muerto, pero estaba boca abajo. Cuando me recuperé me senté sobre su espalda.
-¡¡Bajate!!! Me voy a quedar sin oxígeno.
-Aguantaras.
-Eres tú quien se puede morir y seguir jodiendo a todo el mundo.
-Es que yo soy un demonio, no como algún inútil.
Giró y yo me dí de bruces con el suelo.
-¡Imbécil!
ESTÁS LEYENDO
Whims of fate.
RandomPolicia: Nombre completo. -Diabla Foster. Policia: Porque estas aquí? -No me acuerdo muy bien pero no mentiré, no estoy segura de quién soy después de tantas revelaciones, siempre había pensado que era Charo una chica normal, dentro de lo que cabe...