Esta vez no tienes perdón.

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[Antes de nada debo decir que esta foto es la de el modo creepy de Jeff, pero en el apartado de él ya cambie la foto de este modo para que no sea repetida, puesto que he encontrado una mejor y la he puesto ahí].

Fuimos a la sala que habían montado, Jane jugaba con Zack a los granjeros, un chico castaño estaba hablando con Liu y Nina por teléfono. Jeff se sentó en el sofá y el pequeño corrió a sentarse sobre él. Los miré un momento, me imagine como había pasado qué Diabla se marchase y que unidos se les ve. Me acerque a Liu y lo abrace, se quedó un poco cortado y fue cuando le di la explicación, o más bien las gracias.

-Gracias Liu, gracias por esconderme aquel día. Si no hubiese sido por ti podria estar muerta- dije todo llorando en tono bajo y tapándose la cara con su camiseta.

Se quedó callado un momento, abrazándome y dejando que me desahoga.

-En realidad gracias a ti, por avisarme, ninguno nos hubiésemos salvado de no ser por ti.

Si no hubieses llamado a la ambulancia me hubiese muerto allí- él también susurro y se tragó las lágrimas aunque tenía los ojos rojos.

Nos separamos, me despedí de todos y camine a mi casa, entre a mi cuarto y seguido a mi cama.

Estaba hecha un lio, hoy había sido un día de locos, me enterado de que estoy muerta, de que tengo un pacto con un demonio, de que el chico al que más quería en el mundo mató a su familia y Liu me salvó la vida. Además vivo con un demonio en mi interior, un medio demonio para ser exactos. Trate de dormir pero la escena e mi muerte se reproducía en mi cabeza una y otra vez, hice de todo para conseguir dormirme leí, escuché música, conté ovejas, etc. Pero todo fue en vano y no pegue ojo, como todas las mañanas a las siete y media sonó mi despertador, cogí aire y me preparé para ir al instituto.

En la parada solo falto Jeff pero lo entiendo, si por mi fuese también me hubiese quedado en la cama, el autobús llegó y todos subimos, intente prestarle atención a Olga para distraerme y para mi suerte esto funcionó, por unos minutos dejé de pensar. Esto terminó al llegar al centro porque como no allí cada quien va a la suya y los demás no importan. Se que si mis amigas supiesen de la situación serían capaces de parar el mundo para ayudarme, pero por desgracia tengo que guardar el secreto y si no lo hago no solo podrían detenerme si no que en cuanto ellos se enteren me descuartizan fijo, además de que obligaría a Zack a quedarse solo (en el mejor de los casos por supuesto).

Volviendo a casa tras que Olga se bajase del autobús repase el día, en comparación con ayer este a sido tranquilo, no he hecho mucho caso en clase (aunque eso no es raro) y no he tenido recuerdo alguno así que haciendo un balance ha sido una buena mañana. Me baje y en la parada que había frente a mi estaba Jeff apoyado con un cigarro entre los dedos y la vista fija en mí. Un temblor recorrió mi cuerpo y me acerque a él obedeciendo el gesto que instantes antes había hecho a la vez que apagaba el cigarro pisandolo.

Nos sentamos dentro de la parada, uno en cada extremo, él me miro fijamente con una sonrisa que asustaba y para mejorarlo un destello no muy fuerte hizo que pasase a ser el asesino que había estado en la mayoría de mis recuerdos. Anoche, ilusa de mí, pensé que no le tendría miedo tras haberle visto tantas veces pero no, estaba acojonada, verle de frente convertido y afirmando que es real es escalofriante.

-Se como revertirlo- afirmó- pero no te va a gustar- cogí aire para poder contestar.

-¿Cómo?

Haré todo lo que esté en mi mano para que Zack pueda volver a vivir con su madre.

-Matandote- contestó poniéndose de pie.

Se me congeló la sangre, él sacó un cuchillo lleno de sangre del bolsillo de su sudadera, me levanté dispuesta a salir de allí pero en un parpadeo me tenía acorralada contra la pared con el cuchillo a la altura del hombro. Trate de empujarlo pero no logre mover ni un milímetro de donde estaba. No dudo en clavar el cuchillo repetidas veces en mi abdomen, notaba la sangre resbalar por mi piel haciendo que mi ropa se pegase a mi cuerpo y de nuevo sentí como lo que quiera que esté dentro de nosotros se marchó de mi cuerpo, se fue por segunda vez.

Una risa salió de mi boca pero no era yo, la risa se volvió más y más desquiciada, más tétrica. Noté una última puñalada, está atravesó mi pulmón y traspasó mi corazón.

De nuevo todo está negro, esta vez si se donde estoy e igual que la otra vez un fuego verde apareció frente a mi dando paso a Zalgo, daba más miedo que la otra vez, y no es que antes se quedase corto.

-Me has fallado.

Lagrimas caian por mis mejillas, trate de pararlas pero fue inútil en cuestión de segundos volvía a estar rodeada de ellas.

-Y esta vez no tienes perdón. Te arrepentirás de haber jugado conmigo.

Me cogió de un pie y yo patelee, grite y me agarre a todo lo que puede pero me llevo con él y desaparecimos en el fuego.

(1012 palabras).

Whims of fate.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora